SENTENCIA DE LUNA Fue Desterrada de su manada .Traicionada por su pareja destinada y condenada sin pruebas. Nayara lo perdió todo en una sola noche. Acusada de un crimen atroz, fue juzgada sin piedad y desterrada como una asesina. La manada la repudió. Su compañero destinado, Gael, no la protegió. Bajo el mandato de Lidia, la Luna Madre, su nombre fue borrado, su existencia reducida a un recuerdo maldito. Pero mientras ellos la olvidaban, ella sobrevivía. Crecieron en su piel las cicatrices del abandono, en su alma la furia de la injusticia. Y con el tiempo, comprendió la verdad: su caída fue orquestada. Sus enemigos no querían solo desterrarla, querían destruirla. En el exilio, Nayara encontró respuestas. No fue la primera en ser traicionada, ni será la última. Khael, el legítimo Alfa de la manada, también fue condenado por la misma mentira, por la misma mujer que los engañó a todos. La verdad quedó enterrada bajo hechizos y engaños, pero ellos han regresado para desenterrarla... y hacer pagar a quienes los condenaron. La justicia no es suficiente. La venganza es su derecho. Cuando la luna ilumine su regreso, no habrá súplica que la detenga, ni lazos que la retengan. La manada pagará su deuda de sangre. Gael enfrentará el peso de su traición. Y cuando todo arda bajo el juicio de la loba que una vez desterraron, Nayara decidirá si queda algo por lo que luchar... o si destruirá todo a su paso. Porque esta vez, ella dicta la sentencia.
El aullido de la manada desgarró el cielo nocturno como un lamento antiguo, cargado de furia, de dolor, de traición. No era un canto de hermandad esa vez. No era un llamado a la unidad bajo el manto de la Luna.
Era un juicio.
Y Nayara estaba sola en el centro del círculo, arrodillada en la tierra fría, con la sangre -ajena y propia- manchándole la piel, impregnándola como un pecado que nunca había cometido.
Su vestido, antaño blanco como la nieve, colgaba de su cuerpo en jirones. Las fibras rotas dejaban al descubierto la brutalidad de las marcas recientes: cortes abiertos, moretones violáceos, arañazos profundos, la prueba viva de su supuesta traición. Su respiración era errática, cada inhalación un recordatorio del dolor que ya no podía contener.
La palabra prohibida flotaba entre los susurros de la multitud: traidora.
Una acusación que ardía más que cualquier herida, más que cualquier golpe.
Frente a ella, como una sombra de hielo entre los lobos, estaba Gael.
Su compañero destinado. Su Alfa. Su amor.
Pero no había rastro de amor en su mirada esa noche.
Solo juicio.
Solo sentencia.
Su postura era inquebrantable, el rostro esculpido en piedra. Sin embargo, en lo profundo de esos ojos grises que Nayara había aprendido a amar, había un resquicio... un destello tembloroso de duda que luchaba por no salir a la superficie.
-La evidencia es clara -dictó Gael, su voz atravesando el círculo como una espada-. Nayara ha traicionado a la manada. A la Luna misma.
Un zumbido de voces acompañó su sentencia, un mar de rostros que alguna vez fueron su hogar, su familia, sus amigos... y que ahora eran cuchillos afilados, clavándose uno a uno en su alma.
El corazón de Nayara latía con violencia, desesperado, en su pecho herido.
-¡Es mentira! -gritó, su voz quebrada en un sollozo cargado de furia-. ¡Me están tendiendo una trampa!
Sus palabras se perdieron en el vacío.
Nadie acudió en su defensa.
Ni uno solo.
Los ancianos de la manada -esos que la habían visto nacer, que le habían enseñado las antiguas canciones de la Luna- bajaron la mirada con desprecio, como si su sola presencia manchara la tierra que pisaban.
-La ley de la manada es sagrada -tronó uno de ellos-. Traicionar a los tuyos es traicionar a la Diosa.
Nayara sintió cómo el veneno del exilio se enroscaba a su alrededor como una víbora silenciosa. No importaba lo que dijera. No importaba lo que suplicara. Ya estaba condenada.
Pero lo que más dolía no era el abandono de la manada.
Era él.
Era Gael.
El lobo que había prometido ser su escudo. El hombre que había jurado protegerla, aun contra el mundo entero.
Y ahora la sacrificaba con sus propias manos.
Gael se acercó un paso más. Nayara percibió su aroma -ese olor a bosque y a una tormenta que tanto amaba- envolviéndola como una burla cruel. Lo miró a los ojos, desafiándolo con una última chispa de la loba orgullosa que aún ardía en su interior.
-¿No vas a salvarme? -susurró. No era una pregunta. Era un ruego. Una plegaria desgarrada.
Por un instante, por un solo instante, los labios de Gael se entreabrieron, y en ese vacío Nayara vio el reflejo de un hombre dividido.
-No puedo -murmuró, tan bajo que solo ella pudo oírlo.
No era verdad.
Podía salvarla.
Simplemente, no quería.
Y entonces, con un temblor apenas perceptible en las manos, Gael alzó la voz para pronunciar su condena definitiva:
-A partir de esta noche, Nayara ya no es parte de la manada.
El grito de aprobación de los lobos estalló como un trueno, rompiendo la noche en fragmentos afilados.
El vínculo sagrado que unía a Nayara con los suyos se quebró en un chasquido invisible, más doloroso que cualquier tortura física. La conexión ancestral con la Luna, con la tierra, con su hogar... se deshilachó dentro de ella.
Y el golpe final llegó cuando Gael, sin una última mirada, sin una palabra de despedida, se dio la vuelta y le dio la espalda.
Fue como morir.
Pero Nayara no lloró.
No lloraría. No les daría ese placer.
Dos lobos se abalanzaron sobre ella, la sujetaron de los brazos como si fuera una bestia enferma, y la arrastraron fuera del círculo sagrado. Nayara no resistió. Su cuerpo ya no le respondía. Pero su espíritu, aunque quebrado, seguía gritando en silencio.
La llevaron a rastras hasta la frontera del bosque prohibido. Allí donde los renegados vagaban. Donde los cazadores acechaban. Donde los exiliados se convertían en alimento de las sombras.
La arrojaron al suelo como un despojo inútil.
La tierra fría le arrancó un gemido de dolor, pero Nayara apretó los dientes.
Uno de los lobos -un joven que alguna vez había compartido juegos con ella bajo la luz de la Luna- se agachó junto a su oído y susurró con una sonrisa cruel:
-Sobrevive si puedes.
Y luego se marcharon.
Se perdieron entre los árboles, entre las sombras.
Dejándola sola.
Completamente sola.
La Luna brillaba en lo alto, indiferente, distante, como una madre que observa a su hija morir sin tenderle la mano.
Nayara alzó el rostro ensangrentado hacia esa luz fría.
Y por primera vez en su vida, la sintió enemiga.
Su corazón, su alma, su espíritu... todo en ella temblaba entre el odio y la tristeza, entre el amor traicionado y la furia incontrolable.
Allí, en la frontera entre la vida y la muerte, Nayara supo que algo dentro de ella había muerto esa noche.
Y también supo algo más:
Lo que nacería de esas cenizas... sería imparable.
Capítulo 1 LA LUNA DESTERRADA
05/10/2025
Capítulo 2 EL ABISMO
05/10/2025
Capítulo 3 EL PRIMER PASO
05/10/2025
Capítulo 4 SOMBRAS Y LUNA
05/10/2025
Capítulo 5 EL LEGADO DE LOS EXILIADOS
05/10/2025
Capítulo 6 SOMBRAS DEL PASADO
05/10/2025
Capítulo 7 LA TRAICIÓN DE UNA MADRE
05/10/2025
Capítulo 8 FORJADA EN VENGANZA
05/10/2025
Capítulo 9 VERDADES ENTERRADAS
05/10/2025
Capítulo 10 LA CAZA DEL DESTINO
05/10/2025
Capítulo 11 LO QUE LA LUNA NO OLVIDA
05/10/2025
Capítulo 12 EL ECO DEL VINCULO
05/10/2025
Capítulo 13 SOMBRA ENTRE HOMBRES
05/10/2025
Capítulo 14 LO QUE EL SILENCIO NO PUDO OCULTAR
05/10/2025
Capítulo 15 EL TÉ DEL ENGAÑO
05/10/2025
Capítulo 16 EL PRECIO DEL SILENCIO
05/10/2025
Capítulo 17 EL VENENO EN LA BONDAD
05/10/2025
Capítulo 18 EL DESPERTAR DEL HIJO
05/10/2025
Capítulo 19 EL ECO DE LA VERDAD
05/10/2025
Capítulo 20 LA USURPADORA DE LA FAMILIA
05/10/2025
Capítulo 21 LA VOZ DEL HIJO DESPIERTO
05/10/2025
Capítulo 22 LA FRONTERA DEL RETORNO
06/10/2025
Capítulo 23 EL CAMINO DE LOS VIVOS
06/10/2025
Capítulo 24 EL REGRESO
06/10/2025
Capítulo 25 LA TIERRA TIEMBLA
07/10/2025
Capítulo 26 NO VOY A MIRARTE
07/10/2025
Capítulo 27 LA SANGRE QUE DESPIERTA
07/10/2025
Capítulo 28 EL SILENCIO DE LA VERDAD
07/10/2025
Capítulo 29 EL VÍNCULO DESTROZADO
07/10/2025
Capítulo 30 LO QUE LA VERDAD NO PUDO OCULTAR
07/10/2025
Capítulo 31 EL LAMENTO DEL HERMANO
07/10/2025
Capítulo 32 EL LAMENTO DEL HERMANO II
07/10/2025
Capítulo 33 LA LOBA QUE SE ELIGIÓ A SI MISMA
07/10/2025
Capítulo 34 LA LOBA QUE SE ELIGIÓ A SI MISMA II
07/10/2025
Capítulo 35 EL AULLIDO QUE ROMPE EL SILENCIO
07/10/2025
Capítulo 36 EL GUARDIÁN DEL SILENCIO
07/10/2025
Capítulo 37 LO QUE ROMPIERON POR MI
07/10/2025
Capítulo 38 LO QUE CALLARON LOS LEALES
07/10/2025
Capítulo 39 PRUEBAS DE SANGRE
07/10/2025
Capítulo 40 DONDE SE ENCUENTRAN LOS FUERTES
07/10/2025
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