Cuando el Perdón es Tarde

Cuando el Perdón es Tarde

Gavin

5.0
calificaciones
599
Vistas
11
Capítulo

El aire del hospital olía a desinfectante y a desgracia, pero mi determinación era de acero al empujar la puerta de la habitación de Camila. Dentro, encontré a Ricardo, mi esposo, susurrando dulzuras a Camila, una delicadeza que nunca me había dedicado a mí. Mi entrada interrumpió la escena, y su rostro se endureció: "¿Qué haces aquí, Sofía? ¿No te dije que te quedaras en casa?". No pude más: "¿Que qué hago aquí? ¡Todo el mundo dice que fui yo, que a mí me atacaron, que el bebé que espero es una vergüenza, un bastardo!". Él me calló, protegiéndola a ella: "Baja la voz, vas a alterar a Camila". Mi ira estalló: "¿Alterarla a ella? ¿Y qué hay de mí? ¿Qué hay de tu esposa y de tu hijo? ¡Tu hijo, Ricardo!". Entonces, me soltó la frase que lo cambió todo: "Camila es diferente. Ella aún no está casada. Un escándalo así arruinaría su vida". Me quedé helada, buscando al hombre con el que me casé, pero solo encontré a un extraño con ojos de hielo. "¿Y yo?", susurré, incapaz de creerlo. "¿A mí sí me puede caer toda la mierda encima? ¿Mi reputación no importa? ¿La de tu hijo tampoco?". "Tú eres más fuerte, Sofía. Tú puedes con esto", respondió él, desviando la mirada. En ese instante, algo se rompió dentro de mí para siempre. Lo miré, al hombre que había destruido mi vida para proteger a otra. "Bien", dije, mi voz extrañamente serena. "Ya que mi reputación no importa, y la de este bebé tampoco... entonces no hay razón para que nazca en este infierno". Una chispa de pánico apareció en sus ojos: "¿De qué estás hablando?". "Del aborto", dije, cada sílaba afilada. "Voy a abortar, Ricardo. No voy a traer a un hijo a un mundo donde su propio padre lo usa como escudo para proteger a su amante". Me di vuelta y salí de esa habitación, dejando atrás el olor a traición y los restos de mi vida hecha pedazos.

Introducción

El aire del hospital olía a desinfectante y a desgracia, pero mi determinación era de acero al empujar la puerta de la habitación de Camila.

Dentro, encontré a Ricardo, mi esposo, susurrando dulzuras a Camila, una delicadeza que nunca me había dedicado a mí.

Mi entrada interrumpió la escena, y su rostro se endureció: "¿Qué haces aquí, Sofía? ¿No te dije que te quedaras en casa?".

No pude más: "¿Que qué hago aquí? ¡Todo el mundo dice que fui yo, que a mí me atacaron, que el bebé que espero es una vergüenza, un bastardo!".

Él me calló, protegiéndola a ella: "Baja la voz, vas a alterar a Camila".

Mi ira estalló: "¿Alterarla a ella? ¿Y qué hay de mí? ¿Qué hay de tu esposa y de tu hijo? ¡Tu hijo, Ricardo!".

Entonces, me soltó la frase que lo cambió todo: "Camila es diferente. Ella aún no está casada. Un escándalo así arruinaría su vida".

Me quedé helada, buscando al hombre con el que me casé, pero solo encontré a un extraño con ojos de hielo.

"¿Y yo?", susurré, incapaz de creerlo. "¿A mí sí me puede caer toda la mierda encima? ¿Mi reputación no importa? ¿La de tu hijo tampoco?".

"Tú eres más fuerte, Sofía. Tú puedes con esto", respondió él, desviando la mirada.

En ese instante, algo se rompió dentro de mí para siempre.

Lo miré, al hombre que había destruido mi vida para proteger a otra.

"Bien", dije, mi voz extrañamente serena. "Ya que mi reputación no importa, y la de este bebé tampoco... entonces no hay razón para que nazca en este infierno".

Una chispa de pánico apareció en sus ojos: "¿De qué estás hablando?".

"Del aborto", dije, cada sílaba afilada. "Voy a abortar, Ricardo. No voy a traer a un hijo a un mundo donde su propio padre lo usa como escudo para proteger a su amante".

Me di vuelta y salí de esa habitación, dejando atrás el olor a traición y los restos de mi vida hecha pedazos.

Seguir leyendo

Otros libros de Gavin

Ver más
Cariño, Te di 7 Oportunidades

Cariño, Te di 7 Oportunidades

Cuentos

5.0

Mi esposo, Mateo Vargas, me ha pedido el divorcio siete veces. Cada vez, la misma excusa: "Valentina ha regresado a México y la necesito" . Y cada vez, yo, Sofía Romero, su "esposa" que él desechaba como un pañuelo usado, firmaba los papeles. Siete humillaciones públicas, siete rondas de susurros a mis espaldas, siete colecciones de actas de divorcio que ya parecían cromos. Sacrifiqué mi carrera como diseñadora, mis sueños, mi dignidad, todo por ser la esposa perfecta que él nunca valoró. Pero esta octava vez, mientras él me sonreía perezosamente y prometía regresar en tres meses para volver a casarse, algo cambió dentro de mí. ¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Tan desesperada por una migaja de su amor que no veía la toxicidad? La risa que solté fue amarga, sin alegría, como la historia de mi vida con él. "No te preocupes", le dije, mi voz con un filo helado que nunca antes había usado. "Esta vez, haré las cosas diferente yo también." No hubo lágrimas, no hubo gritos, solo una calma aterradora que lo descolocó por completo. "Cuando vuelvas, ya no estaré." Se que se siente aliviado, pensando que no habrá drama esta vez. Pero lo que no sabe es que esta vez, el juego ha cambiado. Porque en mi mente, un plan completamente diferente ya estaba en marcha, uno que no incluía ninguna boda, ninguna reconciliación. Uno que no lo incluía a él. Y esta vez, Sofía Romero no solo se irá, se levantará, se transformará. La venganza es un plato que se sirve frío, y yo sé esperar.

Quizás también le guste

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro