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Lo que llaman un amor prohibido [Libro I]

Lo que llaman un amor prohibido [Libro I]

AshleyLanCaster

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Capítulo

¿Un error? Así lo llamaron muchos. ¿Un amor? Así lo llamábamos nosotras. ¿La sociedad? Nos tachó de enfermas. ¿Lo que llaman un amor prohibido? ¡Ja, absurdo! Todos los amores son libres de expresarse si son sinceros. ¿Todo cambió? Sí, exactamente ese día donde mi vida pasó de ser tranquila a convertirse en un problema donde todo se fue al barranco más profundo. ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Con quién? Muchas preguntas que a la larga tendrán una respuesta, pero ahora solo quiero que sepan que me enamoré de… lo que llaman un amor prohibido.

Capítulo 1 Prólogo

P R Ó L O G O

Dos gruesas lágrimas bajan por mis mejillas al recibir el fuerte impacto de la cachetada que me ha dado mi madre. El dolor y la decepción es tan claro en sus ojos por lo que acaba de ver. Yo no tuve culpa de enamorarme de mi mejor amiga, yo nunca quise que todo cambiara desde el primer beso que nos dimos y desde aquella vez donde…

—¡Otra vez no! —Betsy le grita a mamá, deteniendo el golpe que me dará—. ¡Está loca! Todo esto porque nos enamoramos.

—¡No me toques! —Mamá la empuja con fuerza haciéndola caer, y cuando estoy por levantarla me toma del brazo alejándome—. ¡No tienes que sentir lástima por esta tipa! ¡Por Dios, te pervirtió! Tienes que alejarte de ella, hija. No te hace bien tenerla cerca.

Paso la mirada por mi hermana, por mi papá que se mantiene callado y por último miro a Betsy. No podría dejarla sabiendo que me enamoré de ella. La amo y sería una locura dejarla ir en este punto donde siento que será la única que me cuidará.

—¿O ella o nosotros? —La fuerte voz de papá me hace levantar la mirada. Tiene sus ojos enrojecidos—. Decide. Si te vas con ella pierdes todo, no quiero una hija que nos ha llenado de vergüenza.

—¿Vergüenza por qué, papá? —Me acerco sin miedo a que me pegue—. ¿Por no formar una familia con el estúpido que querías para mi esposo, o por enamorarme de una chica?

—¡Por ser una puta lesbiana! —Me grita con enojo—. ¡Eras mi hija perfecta! ¡Pensé que tú no me fallarías!

—No, papá, la vida es así y yo me enamoré de Betsy. ¿Quieren que escoja con quién me quedo? Pues lo hago —tomo la mano de Betsy—. Esta chica ha hecho por mí lo que ustedes no, ella me apoyó en todo cuando ustedes se encargaban de buscarme un esposo perfecto, que a la final, terminó siendo una basura como todos.

—Te largas de la casa —mamá habla en un susurro—. Desde hoy quedas excluida de la familia, nadie aquí quiere tener a su lado un par de enfermas como ustedes.

—Te equivocas, mamá —mi hermana toma mi mano libre, dedicándome una sutil sonrisa—. Lía no me ha dejado sola, y yo no lo haré ahora. Su condición sexual no tiene nada porque sigue siendo lo más hermoso que hay en mi vida, y si ustedes quieren pueden sacarla de sus vidas, pero yo no. Es mi hermana.

—¡No puede ser tu hermana cuando frotó sus partes con esa chica que solo la tiene engañada! ¡Tú misma viste las cochinadas que estaban haciendo!

—¡Me vale un rábano, mamá! Es mi hermana y cuando me enteré de todo la apoyé, no soy como ustedes que viven de una sociedad de mierda que nos destruye a todos con sus estupideces. ¿Sabes por qué no les doy mi apoyo a ustedes y a ella sí? Porque soy bisexual y nadie aquí cambiará eso.

—No tienes que hacer esto, Berni —me acerco y le doy una sonrisa—. Podemos vernos cuando quieras, no tienes que discutir con ellos, son nuestros papás.

—Pero…

—Pero nada —la corto para seguir—. Te quedas, prometo llamarte cuando me instale.

Mis papás apartan la mirada cuando me voy a despedir. Me duele que nuestra despedida sea de esta manera porque nunca pensé que esto terminaría tan mal. Solo me enamoré. Apenas ponemos un pie fuera de mi casa me suelto a llorar en el hombro de Betsy quien me susurra que me calme.

—Lía, amor —atrapa mis mejillas en sus manos—. ¿Segura que te quieres ir conmigo? Ellos son tus papás.

—Pero tú eres mi novia. Te amo, Betsy, y no pretendas que me quede con ellos cuando quiero estar contigo. Tú empezaste con todo y yo me enamoré, ¿me dejarás ahora?

—No podría hacerlo, no cuando ya eres mía.

Sus labios se pegan a los míos con delicadeza, calmando mi dolor. No me arrepiento de nada. Ahora entiendo que amo a Betsy y fuera de todo lo que hemos vivido yo sí me enamoré, y no me importa lo que se venga porque estaremos juntas.

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