Mi nombre es Rebeca y soy muy feliz en mi matrimonio. Soy madre de una niña muy hermosa y mi marido me ama. PodrÃa decirse que es la vida que desee. Ya que tengo todo lo que necesito, incluso en lo material. Vivimos muy bien, Elvis tiene un trabajo estable y gana buen dinero. Aunque no sé con certeza a que se dedica. No he sido mujer de molestar haciendo muchas preguntas, por eso tenemos un matrimonio armonioso, sin pleitos. Tengo alguna que otra sospecha por la apariencia de los hombres que lo frecuentan. Bien vestidos y pulidos, pero malencarados y hasta con marcas en el cuerpo. Y pienso que el dinero que gana es producto de alguna acción criminal. Como quien no quiere la cosa, me le voy metiendo, buscando que suelte prenda, pero nada. No acepta hablar del asunto. Me cambia el tema, me rehúye. Yo trato de quedarme tranquila. Como dice la abuelita, no hay que buscarle la quinta pata al gato. Y yo con una niña pequeña menos, qué va. Mi corazón se inquieta cada vez que viaja, por miedo a que no regrese o a que le atrapen, que sé yo. Entre sobresaltos pasa el tiempo. Hasta un dÃa en que viene a casa contra el piso. Acaba de perder su empleo y tiene una gran deuda. En ese momento, me dice la verdad. El dinero con el que vivimos todos estos años es producto del tráfico de drogas, en eso se desempeña. Forma parte de una mafia y los tres corremos peligro. La angustia se apodera de ambos y pensamos en una solución posible. Pero no hay nada que podamos hacer. El dinero que debe es por una mercancÃa que se perdió y le han achacado la culpa. El monto es tan alto que no podremos pagar. Lo han amenazado de muerte. Temo por mi vida y por la de mi esposo. Pero lo que más me inquieta es mi inocente niña ¿Qué será de ella si algo nos sucede?
Mi nombre es Rebeca y soy muy feliz en mi matrimonio. Soy
madre de una niña muy hermosa y mi marido me ama. PodrÃa
decirse que es la vida que desee. Ya que tengo todo lo que
necesito, incluso en lo material.
Vivimos muy bien, Elvis tiene un trabajo estable y gana buen
dinero. Aunque no sé con certeza a que se dedica. No he sido
mujer de molestar haciendo muchas preguntas, por eso tenemos
un matrimonio armonioso, sin pleitos.
Mi marido es un buen hombre, incapaz de faltarme. Desde que
nos conocimos me hizo sentir segura de sus intenciones hacia mÃ.
Se organizó para viajar a verme cada dos meses. Reuniendo del
dinero que ganaba en Mérida, en un empleo que obtuvo en la
universidad donde estudiaba.
El no es andino, nació en Carúpano y su familia lo mandó a
estudiar allá, le pagaban una habitación en un apartamento donde
compartÃa con otros estudiantes, uno de ellos de nombre Klever,
su mejor amigo.
Resulta que la enamorada de Klever es mi mejor amiga. La
conoció en Caracas y se engancharon. Al punto que viajamos a
Mérida en unas vacaciones a visitarlo. Al terminal de autobuses
llegaron Klever y Elvis a recibirnos. La cosa se puso emocionante
para mÃ. Mi primera cita a ciegas, alucinante. Y asà fue como el
destino unió nuestras historias.
Enamorados, nos vemos cada dos meses. Nos casamos en
menos de un año y me mudo con él. Dos años después recibe
una terrible noticia, su padre ha muerto, Y él debe regresar a
hacerse cargo de su madre y hermanos, no puede continuar
estudiando. Asà fue como llegué a este pueblo.
Con el tiempo dejamos la casa de su familia y compramos una
casita. El lugar es maravilloso, frente al mar. Camino un poco
sobre la arena y ya estoy en el agua. Una vida espectacular,
soñada.
Elvis me compra todo lo que le pido, no escatima en nada. Una
muestra de que me ama. Mejor dicho, nunca me ha dado dolores
de cabeza. Ni razones para celarlo o dudar de él. Siempre lo he
visto dedicado a trabajar y a su familia.
Una noticia nos llena de alegrÃa, estoy embarazada. Nuestro
primer hijo, algo que nos unirá por siempre. La ilusión es muy
grande. Comenzamos a vivir todos los dÃas pensando en el bebé
y preparándonos para su llegada. Su habitación, ropa y algunos
juguetes, le esperaban ya en casa. Nunca vi a Elvis tan feliz. Se
involucró por completo, sin duda, va a ser un buen padre.
Una hermosa niña, de piel muy blanca y cabello rojizo, vino a
aumentar nuestra dicha. Mila es el nombre que le hemos dado a
la hermosa pelirroja. La niña nació llena de pecas y con mejillas
redondas y rosadas, muy llamativa.
Los gastos de la casa se incrementaron y la economÃa del paÃs no
está en su mejor momento. Elvis estuvo nervioso unos meses.
Hasta que empezó en otro trabajo. Sus ingresos aumentaron y
volvimos a tener ahorros y una vida plácida. Se dedica a los
negocios y a veces hay altas y bajas, me explica.
La crianza de Mila me ocupa el dÃa entero. Casi no descanso,
porque cuando duerme es que hago los oficios. Me la paso
cansada y cuando mi esposo llega a casa me encuentra dormida.
Su trabajo le exige mucho, se la pasa de viaje. Cada vez
compartimos menos y no me quejo, trato de entender que es una
etapa que pasará. Sin embargo, como mujer me resiento al no
tenerlo más tiempo a mi lado y me pongo a pensar cosas.
Tengo alguna que otra sospecha, no se trata de mujeres. Son los
hombres que lo frecuentan, su apariencia es muy rara. Algo no
me gusta, visten bien y andan pulidos, pero malencarados y con
marcas en el cuerpo.
Como quien no quiere la cosa, me le voy metiendo, buscando que
suelte prenda, pero nada. No acepta hablar del asunto. Me
cambia el tema, me rehúye. Yo trato de quedarme tranquila.
Como dice la abuelita, no hay que buscarle la quinta pata al gato.
Y yo con una niña pequeña menos, qué va.
Mi corazón se inquieta cada vez que viaja, por miedo a que no
regrese o a que le atrapen, que sé yo. Entre sobresaltos pasa el
tiempo.
Mila crece rápido y entra al kinder, ya tiene cinco años. La llevo
en las mañanas y luego disfruto de un valioso tiempo para mÃ.
Comienzo a trabajar con la lectura del Tarot, lo que me apasiona.
Elvis cada dÃa está más distante. Al punto que me hace
sospechar que algo pasa. Su neviosismo me afecta y entro en
depresión.
Un dÃa viene a casa contra el piso. Me cuenta que acaba de
perder su empleo y que tiene una gran deuda. Las cosas se salen
un poco de control y nos ponemos muy nerviosos. En ese
momento, me dice la verdad. El dinero con el que vivimos todos
estos años es producto del tráfico de drogas, en eso se
desempeña.
Forma parte de una mafia y los tres corremos peligro. Su rostro es
una mueca y sus ojos me transmiten terror. Mi esposo tiene
miedo, debe haber algo que no me ha dicho.
Siento que el mundo se me viene encima. Que se me acaba la
vida en un instante. Qué desgracia tan grande Dios mÃo.
- ¿Qué vamos a hacer? Elvis, yo no puedo perderte, no nos
puedes dejar solas. Haz algo.
-Tranquila, yo hablé con él, solo que lo que le debo no se lo voy
a poder pagar en esta vida.
- ¿De qué estamos hablando? ¿Perdiste el trabajo o hay algo
más que no me has dicho?
- Hay algo más. e l punto e que no solo estoy desempleado,
d
- Si no que la deuda que tengo con él tengo que pagar a costa
de mi vida. Lo que me preocupa no es eso. Son ustedes. No voy
a permitir que les pase nada.
- ¿De qué cantidad estamos hablando?
- Treinta mil dólares Rebeca. Como reúno yo esa plata.
- No me cabe en la cabeza como pudiste endeudarte asi, que
hiciste cn el dinero te volvidte loco
- Fue un peo con una mercancÃa, se perdió y me están culpando
a mÃ. Yo soy el responsable.
Me levanto y camino de un lado a otro, agarrando la cintura que
es donde me pegan los nervios.
Me seco las lágrimas y él también se está pasando la mano por la
cabeza.
Nos miramos sin saber qué decir.
-Me imagino que tú hablaste con el cómo la gente, te supiste
excusar que sé yo. Tiene que tener arreglo, hay que negociar.
-No mami, en este negocio esos pelones no se perdonan. Le
estoy ofreciendo la camioneta, pero nada, quedo debiendo plata
de más.
La angustia se apodera de ambos y pensamos en una solución
posible. Pero no hay nada que podamos hacer. El dinero que
debe es por una mercancÃa que se perdió y le han achacado la
culpa. El monto es tan alto que no podremos pagar.
Lo han amenazado de muerte.
Temo por mi vida y por la de mi esposo.
Pero lo que más me inquieta es mi inocente niña ¿Qué será de
ella si algo nos sucede?
Bueno, yo voy a quedarme esta noche hasta tarde. Me voy a
fumar un tabaco y a ver que me dicen los muertos mijo. Duerme
tú a la niña que necesito darme un baño antes y necesito hacerlo
con calma, concentrada.
-Si mami, yo me encargo de ella, tranquila y gracias por ser tan
comprensiva tenÃa miedo de tu reacción.
-En las buenas y en las malas mijo. Quédate quieto que todo se
va a arreglar.
Los años pasaron, ya llevamos tres años en esta angustia,
pasando trabajo y sobre todo hambre. Lo que me partÃa el alma
era mi muchacha. Tan bonita y sin nada, somos muy pobre,
después de haberlo tenido todo. En mala hora nos cambió la vida
de esta manera.
Cada ve que ese hombre salÃa a rebuscarse, por ahà quedaba yo
con el alma en un hilo, esperándolo sin dormir aterrada de que no
volviera.
Yo me arreglaba bien con la lectura de tarot, la gente es viciosa
de conocer el futuro y hay tanta superstición que gracias a la
virgencita el pan nunca nos faltó. Apretados pero palante. Hasta
con trueque me pagaban algunos necesitados. Yo compuse y
separé matrimonios. Cure gente, Encontré cosas perdidas.
Devele traiciones y sobre todo, mantuve unida a mi familia. Me di
a conocer entre la gente que venÃan con fe a consulta.
Mi muñequita esta grande ya, acaba de cumplir 5 años y ese dÃa
sucedió algo muy extraño. Se presentó un tipo bien empintado.
Con pinta de plata, ropa buena, zapatos y una camioneta que me
dejo pasmada.
Elvis quien es ese tipo que lego allÃ.
Que te pasa, por qué pones esa cara.
Mami ese es el tipo al que le debo los riales.
Virgen del Valle, agarra a la niña que si pregunta por ti le voy a
decir que no estas.
Me sacudà la ropa y me puse a arreglar el frente. Cuando él entró
me dijo con cortesÃa si era la casa de Elvis. Yo nunca lo vi antes,
pero al parecer el sà a mÃ.
-¿De parte de quien?
-Soy Hernán, un placer. ¿Usted es Rebeca, verdad?
-Si, usted me conoce de donde?
-Su marido siempre hablaba mucho de usted.
-¿Hablaba?
-SÃ, él fue mi empleado.
-La verdad nunca me dijo el nombre del patrón, salÃa a trabajar y
yo no preguntaba nada.
-Se ve que es usted una buena mujer. E puede decir que he
venid, que necesito que salga para conversar?
-No, pues es que él no se encuentra, Si me deja su número de
teléfono con gusto le doy su mensaje.
-Entiendo, basta con que le diga que Hernán quiere hablar con
él. Lo demás ya él lo sabe.
- No se preocupe, que este bine.
El hombre que se va y yo que corro a contarle lo que me dijo el
hombre. Abro la puerta de la habitación y lo agarro asustada. En
lo que le voy a dar el mensaje, la niña sale corriendo, menos mal
que ya la camioneta habÃa arrancado.
Fue como un aviso y de inmediato capte el mensaje. Mis murtos
no me abandonan. No puedo dejar que vea a la niña. Es mi
tesoro, todo lo que tengo. Y es muy bonita, me muero de terror de
que le haga daño.
Elvis se detiene detrás de mà y nos abraza.
-Mija voy a ir a hablar con él. Además, ha pasado mucho tiempo
y no me hizo nada. Puede que me haya perdonado quien sabe si
me vino a buscar para trabajar de nuevo para él.
Seamos optimistas ¿Qué me dices, lo intento?
-Lo que dices es una locura. ¿Te vas a entregar? No cometas
ese error. Contamos contigo, ni siquiera soy de acá. Solo te
tenemos a y mi amor.
-Voy a dar la cara Rebeca porque andar escondiéndome es
peor. No me ha agarrado porque no querido. Ese tipo me
desaparece con un chasquido de dedos. Si eso quiere.
Confiemos
De hecho, es en su casa, en el único lugar en que mis padres me
dejan quedarme a dormir. Cuando tenemos que hacer algún
trabajo o si hay una que otra reunión.
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13/07/2023
CapÃtulo 2 2
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CapÃtulo 3 3
13/07/2023
CapÃtulo 4 4
13/07/2023
CapÃtulo 5 5
13/07/2023
CapÃtulo 6 6
13/07/2023
CapÃtulo 7 7
13/07/2023
CapÃtulo 8 8
13/07/2023
CapÃtulo 9 9
13/07/2023
CapÃtulo 10 10
13/07/2023
CapÃtulo 11 11
13/07/2023
CapÃtulo 12 12
14/07/2023
CapÃtulo 13 13
14/07/2023
CapÃtulo 14 14
14/07/2023
CapÃtulo 15 15
14/07/2023
CapÃtulo 16 16
14/07/2023
CapÃtulo 17 17
14/07/2023
CapÃtulo 18 18
14/07/2023
CapÃtulo 19 19
14/07/2023
CapÃtulo 20 20
14/07/2023
CapÃtulo 21 21
14/07/2023
CapÃtulo 22 22
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CapÃtulo 27 27
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CapÃtulo 40 40
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