Desde niña aprendà que todo se va, pero nunca vuelve. Mi padre que se suponÃa era la persona en la que más confiaba o debÃa de confiar, se fue dejándonos a mi madre y a mà solas, sin nadie que nos protegiera. A consecuencia de eso mi madre también se fue, pero no de manera fÃsica, siempre en la cama o en el sofá, la veÃa, a veces conversaba con ella, pero desde la partida de papá fue como si él se la hubiera llevado consigo. Al principio le reprochaba el no estar conmigo, dejarme sola, pero al no obtener respuestas y solo miradas vacÃas entendà que solo gastaba energÃas. Con el paso del tiempo aprendà a cuidarme a mi misma, y de paso cuidar al menos un poco de mamá.
TenÃa 10 año cuando él se fue.
Todo pasó tan rápido que siento como si hubiera sido un sueño. No lo culpo, mamá no fue la mejor esposa ni la mejor madre. Lo que nunca le voy a perdonar fue no llevarme con él. Dejarme sumergirme en una soledad total, en la que a pesar de no estar completamente sola, no lograba sentir una compañÃa, más bien era una carga que me habÃa dejado, una carga que él se habÃa cansado de traer sobre sus hombros y que indirectamente la aventaba sobre los mÃos, sin siquiera dignarse a mirar atrás. Nunca llamó, no llamó ni en navidad, ni en Año Nuevo, ni en mis cumpleaños, no llamó cuando me quebré el brazo peleando con un niño en secundaria a pesar de ser el contacto de emergencia. Simplemente vivió como si nunca hubiera tenido una familia. A veces soñaba que volvÃa conmigo, que me pedÃa perdón por haberse ido, lo veÃa llorando a lo lejos en mis sueños, arrepentido, lo veÃa riendo junto a mamá, haciendo mi desayuno de cumpleaños.
Pero al despertar su recuerdo se desvanecÃa, ya solo era un espectro, un fantasma de lo que hubiera sido, si hubiera tenido las agallas por luchar por su relación. Pero como siempre lo he dicho, no lo culpo por haber dejado a mamá.
Lo que si tengo es que agradecerle algo, gracias a él desconfÃo de todos, sé que en algún momento me van a dejar, que las personas van y vienen, que nadie es para siempre, que las mejores relaciones terminan, que toda la vida es asÃ, sin regreso