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La segunda oportunidad en el amor

Arny Gallucio

Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".

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El símbolo que representa el pequeño pueblo de Hundun es una rosa negra.

La leyenda relata el cómo una rosa aparece en medio del bosque maldito cada diez años, lo que inicia la prosperidad en el pueblo; se dice que la primera fue encontrada junto a una mina de grandes piedras preciosas.

Gracias a ella y a los tesoros escondidos en aquella mina, es que inicia la economía en Hundun, a tal punto que aun si no es suficiente relevante para el país, la capital aún lo observa como si fuera aves rapaces, después de todo, es el resultado podría impulsar el gran juego estratégico en la política del país.

En agradecimiento los habitantes de Hundun recrean una imagen en una estatua en el centro del pueblo. Debajo de ella los habitantes lanzan monedas y piden deseos.

Sonido de chapoteo.

Una mujer con ropas delgadas y desgastadas emerge de la superficial agua de la fuente en justo a los ojos de varias personas que observan con curiosidad, mientras otros incluso con ira. Toda la ropa de la niña se encontraba mojada y pegada al cuerpo, resaltando una figura que era delgada y delicada. Ropas rotas, labios pálidos y secos con una tez cenicienta que hacía poco por ocultar una hermosa debilidad.

Solo bastaron unos segundos para que los hombres presentes quedarán cautivados, como si de un hechizo se tratara.

Es solo que... como si de tarro roto, el hechizo se rompe cuando una dulce voz acapara la atención.

—Hermana mayor...—Los lamentos de una joven con lágrimas en los ojos se apresuró a atravesar la multitud de personas que rodearon la mujer en la fuente.

La plaza al interior del pueblo, quedó en silencio —Alguien ayuda...

La joven poseía hermosos cabellos dorados y brillantes ojos verdes, unos que llamaron la atención de todos los presentes, dejando prácticamente en el olvido a la criatura de cabellos oscuros que se encontraba sola y empapada. Una muchacha que aunque no se estaba ahogando o su vida en riesgo, si se encontraba paralizada.

"¿Quiénes son?"

Susurros de mujeres

"Escuche de una familia que se mudó hace unas semanas, al parecer vienen de lejos"

Sorpresa entre las mujeres.

"¿Y por qué venir aquí?"

Una voz mayor, femenina y algo envejecida responde "¿No es obvio? Desde que el pueblo recibe apoyo de la capital por las minas, muchas familias se han mudado. Sin contar, que este año se da la apertura de una nueva universidad, estas chicas se ven que están de edad correcta."

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