BELKITO
Libros de BELKITO(3)
UN NUEVO DÍA PARA AMAR
Romance —Srta. Green, es un placer verla nuevamente —extendió su mano y dudé en agarrarla, pero lo hice y así mismo como la toqué, la solté.
—¿Placer? ¿Usted sabía que era yo? —me atreví a preguntar.
—La investigué y supe que trabaja de bailarina, contacté al dueño del lugar y me comentó sobre su nuevo trabajo, compré sus servicios y aquí esta.
Me señaló, aun teniendo su mirada fija en mí. Se me hacía inquietante y abrumador el que solo me mirara directamente a los ojos, era tan intenso que me intimidaba.
—¿Por qué? —susurré.
—Porque usted me debe dos favores, Srta. Green y simplemente lo cobraré —se encogió de hombros despreocupado.
Señaló el mueble y me senté, él lo hizo al otro lado.
—¿Dos favores? —alcé una ceja confundida—. ¿De que habla usted?
—Hoy hice que su hija recibiera atención médica y después de darme cuenta que era la mujer que estaba buscando, pagué la suscripción, el tratamiento y justo ahora están buscando un donante, en menos de una semana lo tendrá.
Tenía los ojos abiertos como platos, no daba crédito a todo lo que estaba escuchando.
¿Quién era este hombre?
—¿Qué es lo que quiere de mí? —pregunté, levantándome del mueble, quería irme cuanto antes, nada de esto me gustaba.
—Quiero que finja ser mi novia. AMOR SIN BARRERAS.
Romance Reyyan Aslanbey decide escapar de su país dejándolo todo atrás, su lujosa vida, su familia, sus amigos y un compromiso organizado por sus estrictos padres, será Francia el lugar donde elegirá para comenzar de nuevo, donde podrá ser ella misma sin temor a ser juzgada.
Todo iba bien en su vida, asistía a la Universidad, tenía un buen trabajo y nuevos verdaderos amigos que nunca la traicionarían, hasta que un día cualquiera vio al hermano mayor de su mejor amiga Alison, Louis Lambert, alguien muy sexy y hermoso, era el hombre más hermoso que sus ojos jamás habían visto, pero para él Reyyan no existía, ni siquiera volteaba a mirarla, por lo que ella deseaba que fuera el típico bad boy mujeriego para tener alguna oportunidad de intercambiar palabras, pero no, él era todo lo contrario, él no era un chico malo, no era un mujeriego, no mostraba sus sentimientos hacia nadie quien no fuera su familia, no reía, no sonreía y nunca su mirada iba dirigida a ella, hasta el día donde todo cambió.