La Venganza de la Heredera: Un Corazón Traicionado
/0/20855/coverbig.jpg?v=511fc0ba581057198fccc3068ef4f944&imageMogr2/format/webp)
rimonio a otra mujer. Lo vi en redes sociales
on una ola de dolor por todo mi cuerpo. Luego, un destello de luz, un
aniel pidiendo ayuda, diciéndole q
. "¿Qué bebé? E
iste un pasatiempo, un caso de caridad.
llamada
d, una mujer apareció junto a mi cama. "So
poderosas de la Ciudad de México, y la mujer que me robó mi vida, mi amor y mi
ítu
sta de Sofí
para mostrar un diamante que gritaba "para siempre", le sonreía a los ojos a Daniel Herrera. Daniel, mi novio de ocho años, el hombre que me había p
años construyendo una vida, construyendo su empresa, creyendo cada palabra que decía. "Ella es sol
e él. "Sofía, necesito hablar. Proyecto urgente". Estaba en
sido una alegría secreta durante semanas. Nuestra alegría secreta. Mi alegría secreta. Puse una mano en mi vientre, protegiendo in
sudorosas y temblorosas, se aferraban al volante. La carretera se retorcía adelante, un cami
y metal retorcido. Mi cuerpo se estrelló hacia adelante, luego hacia atrás, una muñeca de trapo lanzada por una fuerza invisibl
sangre. Una marea cálida y pegajosa se filtraba a tr
Una llamada entrante. Daniel. Mis dedos temblorosos buscaron, tratando de contestar. La línea se conect
Tuve un accidente. El bebé...". Mi voz era
fría de lo que nunca la había oído. "¿So
e Karla. Más
nes que venir!". Mi súplica era un sollozo desgarrado, rompiendo mi garganta.
bebé". Sus palabras fueron planas, desprovistas de emoción. Corgar a nuestro hijo?". Mi voz se quebró, cruda con un dolor que aún
e mientras esperaba que Karla volviera conmigo. Ahora ella está aquí, y tú eres... obsoleta". Sus pal
e hace meses. ¿De verdad pensaste que eras especial? Solo fuiste un caso de caridad, un pasatiempo. ¿Y ese pequ
urió, reflejando la muerte de todo d
ve. Urgente. "¿Sof
iséptico. Una mujer, elegante y serena, estaba junto a mi cama. Sus ojos, de un ll
s usted?". Mi voz
as, pronunciadas con una fuerza tranquila, fueron otro sh
a muerta. La mujer que me h
tarme, una nueva ola de dolor recordándome
a y suave, presionó mi frente. "Hay tant
encendió dentro de la desesperación e
ía. La única heredera de una de las familias más antiguas y poderosas de la Ciudad de Méx
cer a un "pariente perdido". Lo había descartado, pensando que era una esta
é, las palabras atasc
. Su voz era inquebrantable. "Karla Rincón no es nada. Daniel Herrer
crueles palabras de Karla. "¿Ese pequeño 'accidente' tuyo? Considéralo un favor". N
una resolución abrasadora y helada. "Mi bebé", logré decir, las
debes sanar. Luego, debes abrazar quién eres realmente. El apelli
eaños número 18. Pero ella se lo quedó. Karla Rincón ha vivido tu vida, disfrutado de tu herencia, robado tu
tido?", pregunté, compl
eglamos hace meses, antes de todo esto. Una alianza fuerte para la familia, pero ahora s
nado, un prometido estratégico. Era demasiado. Pero entonces, la voz de Karla, fr
o quedaba un fuego frío y ardiente. "Pagarán", dije, mi voz apenas un susur
de feroz satisfacción en
alguna manera todavía funcionaba. Un número diferente. "Ten cui
e confirmación de la malicia de Karla. Pero ya