La Venganza de la Heredera: Un Corazón Traicionado
sta de Sofí
i lado, su mano descansando suavemente sobre la mía. Miré por la ventana, observando el familia
erza notable", dijo Elena
scapando de mis labios. "Se sintió como
aste de los vestigios de una vida que nunca fu
a palpitaba por la caída, un dolor sordo latiendo al ritmo de mi corazón destr
mento", dije, las palabras pes
ya está allí, empacando tus pertenencias. Solo lo que
s rotas, el falso futuro. Cerré los ojos, imaginando el departamento, la vida que había construido tan cuid
él desaparezca", murmuré, mi voz tensa
mano. "Considera
suite lujosa, un mundo lejos de mi antigua vida. Pero el cambio de escenario no podía borrar el dolor en mi corazón. El f
ch, Daniel Herrera, y la influencer Karla Rincón anuncian su compromiso". Una foto de ellos, sonriendo, la mano de Karla mostrando e
un marcado contraste con la explosión de ira que se acumulaba den
sconocida cama, tratando de dormir, mi nuevo teléfono
mensajes, volviéndome loco!". La voz de Daniel, espesa por el alcohol, se
ahora pulsaba con un frío disgusto. "No e
to cuando estás molesta". Intentó reír, pero fue un sonido patético y roto. "
igrosa en mi voz. "Curioso. Sus redes social
, ya sabes. Para la empresa. No lo entenderías. Influencers, redes sociales, tod
el patético intento de pintarlo como una "cosa de publicidad". Y la repetición
lana, "ya no soy 'tu Sof
n ti". Su voz bajó a un murmullo bajo y seductor. "Vuelve. Haremos las pac
llo, hizo que mi piel se erizara. "No hay
o". Su voz estaba cargada de una autocompasión que era ca
. Colgué el teléfono, la finalidad del c
smayado, ajeno a la destrucción que había causado, ajeno a la muj
llamas con las publicaciones de Karla. Fotos de ella en un lujoso restaurante francés, copas de cha
entre ligeramente redondeado de Karla. "¡Nuestro pequeño secreto está
Daniel, presumiéndolo en las redes sociales solo semanas después de que yo perdier
mano descansando suavemente sobre su vientre. "Mi futura esposa, mi futura fami
tuviera siendo apretado en un tornillo de banco. Estaban teniendo un bebé. Su beb
urante. No era solo mi vida, mi amor, mi identida
r. No. No dejaría que esto me rompiera. No dejaría que su retorcid
ventana, mirando la ciudad, mis pu
un fuego frío. "Están teniendo un bebé. Kar
ndureció. "Ya veo". Su
palabras ahogadas por la emoción.
promesa silenciosa de venganza. "No por mucho tiempo. Ahora, preparémonos. Hay un eve
Daniel, ardiendo brillante en mi mente. Esta noche, no sería la víctima