La Venganza de la Heredera: Un Corazón Traicionado
sta de Sofí
. Elena había insistido en una cena tranquila en casa, un breve respiro antes del "evento importante" que había insinuado. Pero
l delicado tenedor por mi plato de comida in
la vista de su propio plato. "Déjalos. Cuanto más alto vuel
el dolor un nudo crudo en mi g
Nos aseguraremos de que paguen por cada lágrima, cada onza de dolor". Su voz se endureció de nuevo, la matriarca
nuevo teléfono vibró de nuevo. Era una notificación de un sitio de chismes de celebridades. La fiesta de cumpleaños oficial de Karla Rincón.
e de proyectos que rastreaba meticulosamente cada detalle de la vida de Daniel. Era Sofía d
o. Daniel, con un aspecto impecablemente arreglado, estaba junto a Karla, forzando una sonrisa p
inquietud. "¡Es mi cumpleaños! ¡Sonríe para las
s contactos. Encontró mi antiguo número. Lo intentó. Directo al buzón de voz. Intentó mi nuevo núme
taba cargada de veneno. "Probablemente todavía está revolcándose en auto
, un destello de actitud defensiva en s
eniente. Ahora me tienes a mí. ¡Alguien con conexiones reales, influencia real!". Apretó su braz
a multitud, un nudo de ansiedad apretándose en su estómago. ¿Dón
cercó a ellos, una mirada de falsa preocupación en su rostro. "Karla, cariño, ¿e
n poco abrumada, cariño. ¡Todo este amor! ¡Es demasiado!". Miró a Daniel, pe
de que no va a venir? La, ya sabes, la ex. Todo el mundo
gonzada para mostrar su cara aquí". Un destello de miedo cruzó su rostro, rápidamente enmascarado por una sonrisa depredadora.
o", dijo, su voz dulce como el azúcar. "El antiguo broche de esmeraldas de mi abuela.
. "¿No puede ir uno de lo
ente dónde está. Y estoy demasiado delicada en este momento". L
omplacer, asintió. "Por supue
irles a todos que el broche ha desaparecido. Y que necesitamos que todos lo busquen. Especialmente en las áreas de 'solo personal'. Ya sabes, d
icia. "¡Oh, Karla, eres brillante!". Se e
la ha desaparecido! ¡Una reliquia invaluable!". "¿Podría ser... un intruso?". La atmósf
el impulso de causar problemas, de buscar venganza. Y ahora, había tendido una trampa perfecta. Imaginó a
esmeraldas en su mano. "Lo te
ojos, sin embargo, estaban fijos en la entrada del salón de baile. S
reservada para los presentadores principales de la noche. Una figura comenzó a descender, bañada en una luz sua
da, brillando como la luz de la luna sobre el agua. Mi cabello, peinado en elegantes ondas, enmarcaba un rostro que era a la vez regio y etéreo. Mis ojos, una ve
oderó de la habitación. Descendí las escaleras, cada paso una declaración deliberada y desafiante.