Atrapado en el cruel juego de los gemelos
Clara
La furia cruda en sus ojos fue rápidamente enmascarada, reemplazada por l
ijo, modulando su voz para que sonara c
amable extraño, le ofrecí una pequeña y
ro Kilian estaba allí, paseando por la sala como un animal enjaulado. En el momento
ien? Debes estar helada. -Intentó
dolor sordo y punzante detrás de mis ojos. La lluvi
mi voz cortante-. V
y me dirigí a
mí-. Tu ropa... nunca te habí
les suaves y siluetas clásicas y elegantes. El vestido simple y oscuro que había usado para la sesión
amarga torci
nuevas -dije por encima del hombro
raran en mis huesos, tratando de lavar el frío del día, el frío de los últimos tres años. Cuando sa
asunto de negocios urg
ías. La farsa era agotadora. Arru
de la sesión del día a mi asist
torio, tu vuelo a Londres para la bec
do de mi solicitud de divorcio cuando apareció
l ha sido generado. Estará dispon
Una ola de alivio, tan profunda qu
le respondí a
dolor de cabeza y caí en un
comedia de situación. Elías y Kilian estaban ambos en la cocina, atendiendo a Kassy, que
ngibre -decía Elías, su v
n estómago revuelto -argumentab
sus plumas para la misma pava. Habría
te dejó la actuación de la avena y
abas tan cansada ayer. -Volvía
de Kilian sobre la mía, su mandíbula tensándose por una f
ivada -anunció Elías, su voz casual-. Para celebrar mi... nuestro aniv
e el diván, su voz e
cócteles en la playa. Serán unas pequeñ
o sin sentido en mis oídos. Me sentí como un fantasma en mi
triste. No sentí
días más, pensé. En dos días, tendría mi certific
on su isla. Yo
a. Era un escape per