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Atrapado en el cruel juego de los gemelos

Capítulo 3 

Palabras:1245    |    Actualizado en: 07/11/2025

Clara

ro alrededor de mi cintura. El tacto que una vez encontré reconfortante ahora se sentía como una

rar mi brazo. Mis esfuerzos fueron

e contra mi sien. Apretó su agarre, forzando mi cu

lo vi. Elías. Estaba de pie cerca del borde de la pista de baile, con Kassy a su lado, su expre

-susurré, mi voz ahogada por

isa aterradoramente familiar qu

nombre. Dil

nderse, la música se cortó abruptamente. Parpadeé

ía estaba cerrado alrededor de mi cintura. Elías y Kassy nos miraban fijamente.

temente alto para que todos lo oyeran-. Parece que

oltó un

da. ¿Ni siquiera puedes dis

ía. Era un chiste. La pieza central de su juego

de su brazo-. Vámonos. Sol

dio un pa

ecto director ejecutivo manejando una pequeña crisis de relaciones públ

, enfurecerme, arañar sus rostros perfectos y

mientras miraba de un gemelo al otro-. ¿Cuál de uste

ilian y me alejé, con la cabeza en alto, incluso

scaleras arriba a

de él. Comenzó a desabotonarse los puños, la imagen de un espo

ina y me serví un vaso de

, comenzando a masajear mi

e Kilian. Ya

spués de un largo día de sesión de fotos. Todas las veces que me había recostado en su tacto

n mi pecho, un aullido pri

é preguntar, mi voz quebrándose-. Los úl

iendo el silencio sofocante. Lo miró. La pa

cia mí, su expresión suavizándose

sto por la mañana, C

jos. No le importaba. Ni siquiera iba a negarlo. Mi dolor

davía estaba allí, una herida masiva y abierta en m

raría. No

provista de emoción-. H

ía siguiente, reservé una cita en el Registro Ci

n mano. Al pasar por la habitación de invitados, la puerta

zo, luciendo pálida y frágil. Él le acariciaba el pelo, su expresión llena de una preocupa

cto gentil, la misma voz tranquilizadora. Le estaba dando el cuidado que yo había p

mi corazón. Un nuevo y a

percibida, pero él

lamó, su

ando mi camino. Kilian apareció desde la

an pronto,

s, su tono no dejaba lugar a discus

era un blo

brazos alrededor de la cintura de Elías por

la carta de aceptación en el escritorio de Elías. Felic

ije, mi voz peli

nviando el portafolio -y a ella misma- a estrellarse contra el suelo.

anada de aire contra

ó. Corrió al lado de Kassy, s

stás bien?

ticos. Me miró entonces, y la furia fría en su mi

hiciste

mí, su cuerpo ir

o. No te atrevas a po

vestigios del hombre que creía conocer. Me veía c

n un charco de café. El acuerdo postnupcial, que

bios. Quizás era lo mejor. Un corte limpio

a abierta en mi alma. Me di la vuelta y salí del penthouse, del ed

mente al Re

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