Atrapado en el cruel juego de los gemelos
Clara
do de un monitor cardíaco. Un hospital. Mi mano estaba ven
apresuradamente, s
a todos. Su esposo estaba muy preo
ga. Ella sonrió y salió de la habitación, d
antes de desmayarme. El plan de Elías. Él había en
n teléfono negro y elegante que reconocí al instante. El de K
ficación de un chat grupal. Los mensajes
eso estuvo muy cerca. Elías
ensando? Deberías haber visto la car
plan? Elías probablemente se va a volver
a arriba, mis de
rse loco todo lo qu
enía que hacerlo parecer real. Es tan ingenua que
do peleando por ella desde que eran niños. Todo este i
él quiere. Él consigue a su «amor verdadero», y yo
Elías termine con Kassy. De todos modos, ya que se van a casar, ¿por q
monitor se aceleró, un ritmo frené
uanto me aburra de
ó de los dedos, cayendo
solo se estaba rompiendo; estaba siendo sistemáticamente desgarrado, pieza por pieza sangrienta. Él es
re, forzando el grito a volver a bajar. Mis ojos ardía
ento. Se convirtió en un estado del ser. Ya no era una persona. Era
de mis restaurantes favoritos. Me leyó mis libros favoritos en voz alta. Manejó mis correos electrónicos de
o con el rostr
a, tan convincente, que las
una de ellas mientras me cambiaba el ven
a curva muerta y v
Escuché su parte de la convers
ahora? Bien,
presión suavizándose de nuevo
pero giré la cabeza y sus labios rozaron mi mejilla. Se congeló por un segundo antes de endereza
ad, un impulso morboso y autodestructivo, me hizo tomarla.
aban en un jet privado, la cabeza de ella en su hombro, el brazo de él alre
n era de hace
do con ella. El príncipe había corr
sonido se
e alta del hospital, tomé un taxi
ndo mis cosas. Estaba
ientras pretendía ser mi esposo. Cada libro que me había leído. Cada
ado. Y aunque Kassy y su café habían arruinado la copia física, el registro digit
ra. Estaba harta de ser
los hombres que me habían roto.