Un Destino Inesperado
, y Mariana, Ricardo y Car
tela, ni cualquier par de zapatos, también encuentro cuaderno, lapices y todo lo necesario para un estudiante.
rdó que Eduardo le habÃa pedido, o más bien ordenado, que lo ayudara a entrar a la universidad pero conforme fueron pasando los dÃas y fue analizando e
el y se balanceaba en su silla. También se dio cuenta de que el muchacho era una especie de m
al Global San Clemente. sospechando que le pedirÃan una especie de informe. Cuando estuvo en el despacho del pr
to seguido le dijo el monto d
ado. Entre su madre y él, en el pasado, nunca habÃan logrado reun
.. -Pronto aprenderás que este estilo de vida tiene un precio. Dijo Eduardo, interrumpiéndolo-. Harás amigos que no t
a ellos, pero entonces deberás fingir, d
o entendÃa mucho, pero tenÃa lógica,
u cÃrculo. Pero yo creo que nunca me aceptarán del tod
urguesÃa, lo que dicta las normas aquà es el dinero; si lo tienes, o si parece que lo tienes, entrarás. Deberás, adem
nrió de m
e ayuda de e
ió la sonrisa mir
eres quedarte do
arlos borrando su sonrisa y odiando el co
valorar su sacrificio, surgiendo tú. Ella te dejó sus últimos recursos, que no fueron dinero, ni bienes; su más grande recurso fue una promesa que le hice hace mucho tiempo, y por eso vino a mi casa. No acabó con v
verdad tan crudamente, pero tuvo que aceptar que lo que Eduardo decÃa era razo
cente sin que este se altere y empiece a
señó a respetar
r eso.¿ Cómo t
me le acerque en el colegio. Est
tú podrÃas haber aprovechado como
rándolo fijamente, y Eduardo
osa que decirte –siguió-. La otra sema
tó Carlos miran
ciendo
mos otro
A
ar cuando salgas de la escu
ie
te q
eber
lo que no estoy a
a dar órdenes y que se le obed
centes. Ricardo esta
imag
duardo tomando un papel
tropezó con Mike Carrie que al verlo frunció el ceño
o Carlos, pero entonc
buen ami
parecÃa confundido, o tal vez no se es
uién
los J
La última vez lo dijo mira
el hijo
adre?. Le pregunt
e veces. Trabaj
miso –dij
una mueca d
te muchacho aqu� ¿ Y por
que lo
amor que sentiste ha
pa
a otra
coraz
sto. Se echó a reÃr y
ro escu
vez te rÃas, pero creo que ese ch
já
rando a que éste se explicara. Cuando no lo hizo, se
oso. Aso
hizo un
zcas un poco me
casa? Tienes una hija adolescente, ¿ recuerdo. Parte de l
o tiempo. Sus
l un hombre digno, respetable. A pesar de sus orÃgenes y su histo
La mÃa y la de todo el
buen
do en mi casa con una hija a
ores se h
uen chic
pero que las cosas s
dar esta vez al destino. Aún más confund
eva escuela. Por la mañana un auto los llevaba a él y a Mariana hasta la escuela.
o Mariana se dio cuenta de que era bueno en matemáticas, muy a menudo fue a su habitación con sus apuntes par
r en marcha el plan de Eduardo lo buscó por todo el colegio encon
do Ricardo se dio cuenta de qu
as a interrum
s que h
razo sobre sus ojos y sigui
rtante que hablar c
s que entiendas su lenguaje. Ri
ate de mà o diré a todos aquà que eres algo asà como un caso de asistencia social. ¿ Sabes lo
me. Ricardo s
des. Déjam
iguió Carlos ,terco-, pero tú definiti
Carlos tuviera el atrevimiento de seguir molestándolo. Se sentó en
al San Clemente. El puesto te corresponde por sangre, pero estoy seguro de que sé más acerca de
é estás
sitos, la mesa de accionistas podrá libremente elegir a otro presidente y tú perderá
s un experto
usta
go asÃ? No basta con tenerte en todas partes por mi c
te a entrar a una universidad como... Harvard, por ejemplo. Y luego de que te hayas graduado allÃ, nadie pondrá en duda que
ó interesado p
uesto qu
las clases no
elita regañando
escuchado-: te ayudaré a entrar a la universidad e inc
si de verdad ere
ntraré a los primeros cinco de es
muy bueno que seas, las escuelas privadas ti
rumpió Carlos-, cambiarás tu actitud en
atis? No
esidente me tengas en cuenta, me contrates. Seré tu empleado aun cuando tu pa
gurando desde ya un emp
Puede que yo monte mi propia compañÃa
e la lata y me suba la asignación. Y ser un universitario en Harvard suena bien. Las chicas allà han de e
aceptarás
ando de tramp
icardo se e
o y hablaremos. Si no, no volverás a
las clases, harás los deberes, estudiarás par
Qu
er el presi
cesario
con esas palabra
ugar en el primer trimestre. No del salón, sino de todo el colegio, los profesores tuvieron que empezar a tenerlo en cuenta, y a contar con él. Mari
ago, y habÃa unas piedras con madera dispuestas
bandejas. El paisaje estaba precioso. El sol se estaba poniendo y el cielo estaba bastant
jamás podrÃa hacer algo asÃ, odiooooo las matemáti
nrió Carlos, observando cómo Alexis el nue
n la escuela. Siguió ella-. Pienso irme a Europa y e
? ¿ De manera
propia galerÃa de arte, y tendré mi propio estudio de p
a que aun para abrir una galerÃa de arte y dedicarse a pintar
la proporción, amaba los colores vivos, y usaba diferentes técnicas. PodÃa enzarzarse por horas en disertaciones acerca de DalÃ, Picasso,
tó ella acostándose en el mantel y mirando al cielo, que empeza
de una, es de la
ad te sa
mo se
lación de la
uenta, p
mbres, estaban sujetos
La mitologÃa Gri
na, contin
ró de una ninfa llamada Calisto, que salÃa a cazar en los bosques de Arcadia y bajó a la tierra para conquistar su corazón. Cal
stÃa un
lema?. Pregu
, diosa del matrimonio y como entenderás el dios Z
eguntó Mariana muy ansiosa d
uy celosa y le mando un c
castigo ?. Int
nvirtió en
n un
eambular sola por el bosque de
tan mala¡. E
nca supo porque su madre nunca volvió a casa y mucho
re n
virtió en un hombre y en un excelente
encontrarse con su hijo en el bosque, lo reconoció y salió corriendo para abrazarlo. Pero Arkas, cuando vió que el oso s
ada lo interrump
ó a su mamá. Que horror
minado. Le
favor. Mordié
cuando estaba a punto de tocar su corazón. Zeus apareció y para la flec
so y para que su hijo, pudiera verla, la agarró por la cola lanzandola, hacia e
tan bonita –sus
inate si te conviertiran en osomo tal
oria. Carlos reÃa a carcajadas batiente, y resistÃa los golpes como si sólo fuer
distancia, y Carlos giró su cabeza y se leva
s. Él era un miembro de esta familia, podÃa estar en cualquier lugar de la casa y divertirse s
me. Carlos miró a Mariana, y ésta elevó sus cejas inte
mana?. Preguntó Ricardo con voz ominosa
intentando? ¿
Te gusta esa estúpida?. C
cardo lo mi
ida para ti! ¡ Ni se te ocurra enamorarte de ella !¿ Enamorarse?, se repitió Carlos y le dolió el pecho. Tuvo que ponerse u
l sabÃa acerca de estar enamorado era muy ma
en lo bella y buena que era, y sin
tenido que oÃrlo de Ricardo para darse cuenta. Ricardo se ech
recogido, no tienes familia, un pobretón sin futuro. Papá algún dÃa le impon
to y por ese motivo, he decidido que eres capaz para que me ases
o un ser vivo que era un superviviente, que no morirÃa hasta que él mismo lo