icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
Un Destino Inesperado

Un Destino Inesperado

Autor: Samary
icon

Capítulo 1 El Pasado

Palabras:4002    |    Actualizado en: 23/02/2023

a Años

de su mamá, ya que ella estaba en sus últimos días de vida y que tenía mucho tiempo padeciendo de terrible cáncer y lamentablemente estába ya es etapa terminal. Por supuesto su amiga se había co

stá proposición ya que era muy diferente al

podía

ducir clientes, para luego llevarlos al bar y mucho menos se sin ropa desnuda y permitiendo que hombres desconocidos

aunque no demasiado ingenua. Y era bonita. S

donde había disponible una pequeña habitación. La señora encargada, parecía b

ica, sin estudios, que no

a hacerlo, y para que iba a volver si nadie la esperaba allá. Había llegado a los Es

le echaban una mirada y la descartaban. Demasiado bonita, demasiado llamativa. Su cuerpo y su posaderas no podían pasar invertidas, por los caballe

a adelante, ya con los pies cansados de tanto caminar, paso por un parque y se s

mano y lo depósito en un cesto de basura que estaba cerca de ella. Espero un rato que

írculo, cómo sí alguien la hubiese marcado, quien más podría

to y si le alcanzaba para pagar el metro, le pregunto a una señora que pasaba por casualidad le explicó como llegar, pero le dijo que el metro, la dejaba un poq

sión, lo grande que era, de varios niveles y un gran jardín espectacular, cómo

mpleo la motivaba a seguir. Cuando se acercó al jardín vió un señor, que pa

¿ cómo

e por e

la cabeza en forma pos

, usted

y este la condujo hasta

acó al señor con un

personas vivían allí?, ¿ Cuánto niños tenían los señores

ños. Sólo es el señor.

, o

hasta una sa

es, s

Aqu

encuentra y Susy l

S

gada de la a

o y en unos minutos se apareció una mujer muy morena y de cabellos oscur

encargada de la casa. Ti

ema no le entendía casi nada a la señora Su

alor ensegu

ta, se de los quehaceres de una casa y muy traba

se le quedó mir

las in

le sincer

lo es

, s

é darte la oportunidad que me estás

a pensó que no le había entendido y le vo

semana d

ra usted que no se arrepenti

ón ya que habían cómo siete casas grandes dentro, pero

como de treinta y cinco años, de cabellos marrón oscuro y pi

sana ensegui

recha para que pudiera pasa

itas hoy en

, ¿ Cenar

S

ntas p

serem

mirando y vió sus ojos de color avellana l

én es la

le estoy enseñando la ca

le quedó mirando, u

Qui

, es una inmigrante,

olvió a mirarl

hablar en tú idioma con toda la tranquil

hablará español, le tomó

semanas m

na dice que eres eficient

me esforzare y seré muy e

ombre Mike Carrie y que prepara algo sencillo, mientras hablaban de negocios y que luego les lleva

a. María Guadalupe volteo a verlo, en verda

l principio le había dicho que era para oxigenar su propio idioma, luego tuvo que admitir ante sí mismo que le agradaba hablar con ella. Era inteligente, tenía chispa, e ideas

a como hasta ahora. Pero a menudo se sorprendía a sí mismo observándola mientras limpiaba, o sacudía, o simplemente caminaba de un lado a

oz de su amigo Mike. Tomado por sorpresa a Eduardo se giró a mirarlo. Lo habían anunciad

e, sólo meditaba mi

asiado bien a Mike, y cuando a éste se le metía un tema en la cabeza, era difícil sacárselo. Mike se

mitir que tienes buen gusto

co? No ves

no les importa tener una aventura con el se

treinta y ocho años y nunca te he visto demasiado entusiasmado

punto de mira. S

que hablar, di lo que piensas y luego

erdes nada, y segura

rabaja conmigo. No corrom

nada, caminó hasta su escritorio y sacó unos doc

u vida personal trata de negocios. Mira tu nueva casa, incluso tienes un ama de llaves ahora. De

itió él para sí. La idea le

a de ir por un vaso de agua, aunque al lado

sta los sitios que más frecuentaba. La encontró en la mesa c

duardo intrigado, y ella

siento.

eas. No puedo hacerlas en la habit

Estás es

dio In

s apuntes. Sonrió al notar que tenía buena le

aci

e?. Ella lo mi

ero mol

los cuadernos. Con un poco de desconfianza María Guadalupe empezó a mostrarle las partes en las que tenía dificul

tumbre, una peligrosa costumbre. Ella fue mejorando en el idioma, y él fue des

Le preguntó una vez. María Guadal

oría del personal t

s Hamptons tiene sitios preciosos, y estoy segura de que tampoco conoces N

e había puesto en pie y reco

a.¿ Te i

go, señor. Contestó María Guadalupe en voz baja y la

toy propo

a puerta que llevaba a las habitaciones del personal de servicio, y Eduardo se quedó allí, mirando la cocina vac

ría Guadalupe no se estaba mucho tiempo en la misma sala que él si sólo estaban los dos.

ba ganando socios que confiaban plenamente en su capacidad para llevar el negocio al éxito. En la tienda ubicada en la Quinta Avenida se vendía no sólo ropa y calzado, sino que ahora también estaba incursionando en todo tipo de accesorios para mujeres y hombres. La respuesta del cliente no

on unos apuntes delante. Sonrió y detuvo el auto dejándolo en una

ía de México tierra, donde se prepara un buen café de olla, así que no podía traerle cualquier co

y sonriéndole con cierta pic

uso la taza delante de ella. María Guadalupe cerró las libretas y miró la negra y humeante bebida bastante tentada a recibirla. Para tener derecho

mó la taza y le dio un sorbo. Ah, directo de las montañas de México, se dijo, y pegó la

menos tu

uc

volver. Ella la d

cosas grandes aquí, así qu

ho contigo, sabes?. María Guada

el sueño americano. -Pero usted lo con

ablando, buscando entablar con ella una conversación, y al fin, María Guadalupe cedió y puso de su parte conte

intención de irse, él

aquella vez. Dijo él, y ella lo miró de

el hombre llega hasta donde la mujer le permite. Quedó

lo h

abras son

ñor de la casa me haga este tipo de invitacione

do que no te so

me obligue a renunciar

res, mujer. Ella sonrió, y él ad

rizado, negro, cargaba muchas pulseras y collares y tenía un tono de voz española. María Guadalupe y Eduardo la miraron un poco tomados por sorpresa e incluso Eduardo dió un paso atrás

como pidiéndole salir corriendo de aquí, pero la mujer abrió de nuevo sus ojos y miró fijamente a Marí

des por perdido, cuando tus esperanzas se hayan agotado, llegarás por fin a tu dulce destino. María Guadalupe levantó una ceja, so

legará a convertirse en el jefe del mal hijo, y hasta se queda

está destin

par de veces, sorprendidos por este gran espectáculo

n derredor como preguntándose dónde estaba y Eduardo guió a Sandra en dirección al auto queriendo reír por lo extraño de to

de la extraña mujer y sus locas palabr

el automóvil, un BMW, de color verde, estacionado frente a la mansión.

o bien?. Pr

oja, de ojos marrones y piel muy clara, que al ver a Eduardo se ajustó sus lentes de sol y caminó a él. A

preocupada. Dijo ella con voz muy

frente a la fineza de esta mujer, sus ropas, su bolso, o

ía. Salud

-. Así tan simplemente

Guadalupe y no pudo hacer nada c

do de allí, ir detrás de Mar

a la hija de su nuevo

tenía renombre, estaba demostrando ser un brillante hombre de negocios. Había ganado mucho diner

a muchacha del servicio?. Preg

s que preocup

as pasees delante de mí, ni las subas en el mismo auto

é vin

, precis

ás mo

¿ Tenías la esperanza de que cancelara el compromis

se encaminaba a su convertibl

d de camino se detuvo. ¿Para qué? ¿ Qué ganaba reteniéndo

eado un poco con la muchacha del servicio, pero no era más que eso, un sueño. La

fue capaz de pedirle que recapacitara, sintió que el cor

s mejorado mucho tu inglés. No tienes que se

s rápido a mi meta, pero no estaré cómoda con eso. Él la mi

teme que cuando necesites ayuda, vendrás a mí. No importa qué tan

ada hará que me sienta mejor, María. Pero cuando te conocí, ya

cha desesperación, lo tomare en cuenta y acudire a usted. Pero lo haré sólo c

pero no tuvo más que a

de su despacho y su corazón, estába muy triste y no dejaba

Obtenga su bonus en la App

Abrir