La Sombra de un Amor
ados. Alberto empezaba a molestarse, pero se quedarÃa callado hasta saber algo más sobre el "hermano
no puedo decir lo mismo de tÃ, se te ve t
? . Pregunto
daron espichado". No podÃa estar tranquila estando en la misma habitación que su
rabia de ver a la mujer que amo con otro hombre
do la cabeza de un lado a otro. Cuando pensaron que MarÃa Elena se callarÃa,
ue al final acabarÃan sacándose los ojos o lo que es peor, peleando con un novio celoso y no estaba dispuesto a dar el espectácu
llama?. MarÃa Elena se puso nerviosa ante esa pregunta
Respondió con la v
ada vez estaba más seguro de que la niña era su hija y si eso era asà y ni
amiga casi hermana la sacara de ese aprieto. Mariana comprendió y pidió que se sentaran, pues ya iban a servir l
io, que lo único que querÃa hacer era llevársela lejos para hacerla suya. Julio César estaba a su lado y le pellizcó en la pierna para que dejara
recuerda mucho a mi hermana . Se discul
o le preguntase más o acabarÃa enterándose, pero no podÃa hacerlo, porque si huÃa, él lo sabrÃa de igual forma. " No, puedo hacer nada", pensó mientras respiraba hondo y ponÃa
ella tiene dos años . Res
os. ¿No crees? . Antes de qu
ella, a solas. Ahora pondrÃa toda su atención en el acompañante de la mujer que ama para asà poder saber más de él y ver si se merecÃa tenerla, aunque realmente él no iba a dejar que la tuviera. Ya habÃa pensado en la posibilidad de dejarla ser feliz co
ar ese carácter de ella que tanto amaba y echaba de menos. A Marco Antonio siempre le gustó sacar a MarÃa Elena de sus casillas, era como un juego y
ra nuevos momento, nuevos
aquà ¿verdad? -¿Tanto se me nota? Soy Per
a estaba soportando demasiado y encima saber, que el hombre que estaba ante ellos
i ex . Aclaró MarÃa
as cosas se estaban estropeando y esa no era su intención. Lo único que querÃa, era que MarÃa Elena se diera cuenta de que él era el único que podÃa hac
ncomodidad. Dijo Marco An
que veo e
mento llegó Mariana y Julio César con los platos y se encontraron a Marco Antonio levantado, con ambas m
adada estaba, más hermosa la veÃa. Se sostuvieron la mirada, hasta que MarÃa Elena se levantó y se dirigió a él, pidiéndole que la acompañase a la cocina, bajo la atenta mirada incrédula de Alberto. Cuando llegaron a la cocina, ella cerró la puerta y él echó su espalda en la pared, esperando que ella hablase, pu
io?. Preguntó tocándose la p
directa.
so lo único que conseguÃa era apartarla de su lado, pero era algo
dos veces. No entendÃa qué querÃa ahora. Él fue quien no la creyó, quien dejó que se marchara y ahora querÃa volver como si nada hubiera pasado entre ellos. MarÃa Elena
cambiar de opinión. Pidió reprimiendo las ganas de llorar-. OlvÃdate de
dio varios pasos atrás, hasta que su cuerpo quedó entre la isla y Marco Antonio, teniéndola
rco Antonio en su oÃdo erizándole la piel por completo-. Yo no puedo s
a lejos , esperaba fuera en el salón y encerrarla con él por el resto de sus vidas. La desesperación que ambos sentÃan era mucho más fuerte que el odio que, según MarÃa Elena, decÃa que sentÃa por él. Marco Antonio no esperó más y la alzó para sentarla en la isla, mientras se agarraba de su camisa. De
ser un lince para saber que, a ella, le habÃa gustado tanto como a él, vol
tonio ya pensaba que le dirÃa que sÃ, pero de pronto, la expresión de ella cambió, dejándole ver una muy diferente a la de antes de besarla. HabÃa ¿decepción? MarÃa Elena comenzó a negar y separándolo de ella, se bajó de la isla y se dio la vuelta para secarse esas lágri
me, por favor, nunca
i, si me amas como yo te amo a ti. Asegur
y él la cogió por la cintura, pegándola por la espalda en su pecho. MarÃa Elena ahogó un gemido, sintiendo como su pecho subÃa y bajaba rápida
Marco
ún pegado a ella-. No quiero estropearles la noche. -Se separó y la oblig
emos que habla
a subió su mano a su pecho y después se secó las lágrimas con fuerza mientras sonaba
as ganas de cenar y mucho menos de hablar con nadie. Lo único que necesitaba era volver a su casa, encerrarse en su habitación y cobijarse bajo las sábanas para hundirse en su dolor. Miró a todos, buscándole,
ntró en la habitación de Mariana y se sentaron en la cama, una al lado de la otra. Su amiga, cad
a, MarÃa Elena?. Rompi
mejor amiga, de hecho, ella sabÃa todo su pasado, toda su vida, pero le daba miedo que, al decirle lo que habÃa pasado
me pidió otra oportunidad... Y, y. -Hablaba muy depr
as? -Pregu
lo
oportunidad que te pide?. MarÃa
ándo estás
o que digo, es que, si tanto le amas y él te ama a ti, p
Marco Antonio. Se suponÃa que ella debÃa estar de su lado, que le dirÃa que era una mala persona que no la creyó y que dejó que se marchara.