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La Sombra de un Amor

La Sombra de un Amor

Autor: Samary
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Capítulo 1 La Verdad

Palabras:2294    |    Actualizado en: 06/01/2023

co Antonio de contestar, lo alcanzo y refunfuño al ver el identificador de llamad. Si

diatamente a Lima. Cerro los ojos y m

o.

a reunión con el Presidente de la Ca

e le faltaba, volver a esa ciudad

Julio

oz más de lo habitual, del otro

léfono-no te lo pediría si no estuviera seg

estaba de acuerdo en nada que refiriese a su hijo mayor, pero al fin y al cabo era su trabajo y pa

e estaba empezando a doler la cabeza solo

hó los primeros botones de la camisa. Se sentía ahogado

nce días, debe

u hermana. Todo fuera por distraerse y no pensar en lo que le esperaba una vez llegara el momento de volver a Lima, al lugar donde se enamoró. Estaciono el vehículo y fue poco a poco caminando hacia

es una bola mágica, presentimiento

la, quitandose para dejarlo pasar y caminar j

hermana y la paz y la tranquilid

s ? .Preguntó mirand

rsando con

ndias, sentados uno al lado del otro. Marco Antonio, obsevaba la casa y le gustaba que er

que aún estába

veas. Emitie

los días y com

nteresaba, sino que quería

as hojas del árbol y empezó a olerlas, dando tiempo para tener valor para preguntar, cómo sí no tuviera imp

omunicación con María Elena, se es

, cómo me cuesta

ma y la viera, si es que la veía, saber que no tendría un hombre en su vida, aparte de su familia por supuesto. Era un poco absurdo, cuando fácilmente le podría preguntar a su amigo Julio César,

la y déjame decirte hermano, que está muy her

Marco Antonio se aceleró cómo de una manera ins

o a su hermana con una

, Dónde la has v

que le doliese, necesitaba tener toda la información

ro profundament

aquí el m

respiración se agitó, pero tenía que mantener la calm

rmen Rosa y a mi por supuesto, está igual, a diferen

y está le desvio la mirada y

odo gira a tú alrededo. Le sudaban las manos de la impotencia, necesitaba aire, sabía que estaba en un

beso en la mejilla a

í, me teng

a vez salió, respiró hondo, haciendo que sus pulmones se lle

dijo nada y se preguntaba: Por que no me busco ?

íz, para así dejar de amarla y desearla como loco desesperado. Había momentos en los que soñaba con ella, recordando sus besos, sus caricias, cómo cuando le hizo el amor en la piscina, adorándola, y, deseándola con locura y volvia a retumbar las dudas en su cabeza y un

ura en la oficina, ya que su viaje a la ciudad de Lima se acercaba y tenía que dejarlo todo bien arreglado. Por lo cual, llegó a su apartamento temprano y

cama y empezándose a vestir. Estaba en shock, co

tá al borde de la muerte. Se escuchaba un llanto desgarrador. Marc

ace es repetir

lo ti

línica S

saliend

rranco. Le pedía a Dios para que le diera una oportunidad y conseguir a su papá con vida. No podía ser, no le podía pasar esto a él. Cuando llegó a la Clínica San José, entro por la emergencia y vio a

. Preguntó, sintiendo

no se más nada. Y está muy mal según los médicos. Dice

á es un hombre muy fu

os dan esperanzas. Y se tapo

ba que, fuera así. Nunca tuvo una relación buena con él, de hecho, siempre se interpuso

salió un doct

s familiares del

papá, ella es su esp

e encuentra

mos v

el doctor, cuando abrió la puerta, ahí estaba su papá, acostado, todo golpeado y lleno de

ap

mo la mano. Y sintio que algo caliente rodaba por sus mejill

a Dios, e

es papá,

go muy importan

ce mal

o. Debía decirle la verdad, confesarle lo que hizo para que su hijo no fuera feliz con la mujer que amab

esto a la tumba y menos sabiendo lo que has

llos momentos y mucho menos escuchar una mentira más de su padre

te lo quitaría todo. Y el contrato también fue un engaño, le mandamos flores a su casa y ahí fue donde conseguí la firma. A

té para que te sedujera. Yo soy el único c

sesperado-respiró hondo cuando ya

protegía, quería que lo supieras antes de morirme. No pret

gamente soltándole de la mano, apartándose de él. Escuchaba como

uizo preguntar él por qué? Los ojos del señor Rodríguez se cer

o, él tuvo que creer en la palabra de su padre, aun sabiendo que odiaba a María Elena. Le creyó y la perdió para siempre. Salió del hospital a toda prisa, metiéndose en su auto. No supo cómo llegó a su casa, tampoco cómo acabó con una copa de whisky en las manos, mirando a la nada. Llorando sin parar. Recordando cada palabra que su padre justo antes de morirse decidió confesa

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