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Destinos entrecruzados

Capítulo 7 Luna, mucho gusto.

Palabras:3543    |    Actualizado en: 04/01/2023

mi

pregunta Pilar, ingresando

evado su pregunta, con la intención de

ientras comienza a servir el café en dos tazas-. No creas que me voy a olvidar q

iatamente me doy cuenta del error en mi comentario. Ambos nos sonre

retoma finalmente mi hermana, cruza

ienzo un servicio -

cara con las manos, cuando las vuelve a

aron de encubierto?

ntesto v

za, depositando un

iendo sus hilos desde arriba, te aseguro

osos rulos oscuros alborotados, que le dan es

ieso mientras mantengo mi vista en sus ojos marrones profundo

preocupa su expresión, por lo que me

e algo malo? -preg

servicio peligroso? -me co

intentando sonar convincente, lo cual por suerte logro, ya que vuelve a sonreír abiertament

sulto, viendo que todaví

el otro lado -miente con descaro,

la y no perder nada de su expresión-. ¿Y cómo sabes, si nu

es así? -responde resuelta, aunque algo

ía desviar sin problema -afirmo intentando de

undos-. Quedé en verme con un amigo e ir a la primera entrevis

onocer cuanto antes a ese a

cenar, te prometo -dice saliendo, mientras me dispo

n la que estoy infiltrado y al hacerlo

de que me llame por mi nombre no me simpatiza, pero sí que haya colocado un “bue

ete minutos -respondo con formalidad

eo que se trata de un lujoso edificio de departamen

para luego descender del auto y aguar

negro sale del ascensor, acompañada por un hombre trigueño, de aproximadamente mi edad, que va enfundado en u

yo sigo con la vista perdida en el frente, esperan

isa que deja ver una hermosa y perfecta dentadura, que jun

chagüe. Mucho gusto, yo

nfundido, yo espero a Selene

sonríe abiertamente y

nocen como Luna, preferiría que me llames así

se por favor -respondo mi

logro entender. Me quito las gafas negras, esperando intimidarla co

descansa el peso de su cuerpo en una sola pierna, mie

que me quieras llevar la contraria -dice con altanería, pero sin dejar de ser educada -. “Señorita Lutof” no me gusta. “Sele

ado este trabajo, o quizás había subestimado a mi asistida, pensando que se

ncillo llamarla por su nombre de pila. Si le parece, al menos de momento, podría llamarla

su vista, lo que me incomoda, pero al mismo tiempo no puedo neg

na vez más y por fin

endo de ver que su agarre seguro no se queda atrás-. Vamos a casa Ramiro, tenemos mucho que conversa

arizada por unos segundos, para luego colocarme l

artamento, suponiendo que se trata de la dirección a la

zando sus redes sociales, confirmo mis sospechas cuando la veo sonreír y luego tomarse una fotografía. No puedo evitar negar co

hacia mí, indicando con la mano hacia la derecha. Su cerca

tacionamiento. De ahí, el tercer lugar es el mío -dice con tra

en ella parece despertar esa idea en mí, algo que jamás imaginé que me pasaría al tomar este serv

ue le abra la puerta, porque lo hace sola y comienza a

abran sigue escribiendo en su teléfon

que yo, una vez que ambos estamos montados en el cubículo, toco el número once,

con piso de un fino porcelanato y muebles en tonos de beige que comb

dad a los pies, generando una sensación de ampli

a pantalla y al llegar al sillón se desplo

ada de trabajo -se queja mientras estira su cuerp

o de que esa es la información que tenía en la carpeta sobre ella, aunque recuerdo que me advirtieron que la

stida, de haberlo hecho al menos hubiera estado preparado para sus encantos, pero como entendí desde el primer mome

a, separada del living solo por una barra. Me hace señas hacia una de l

me controlen o me quieran limitar. Entiendo que vos tenés que hacer tu trabajo, pero te propongo un simple trato para que ninguno de los dos tenga problemas con mi

las manos en la barra, con los brazos abiertos

avor? –pregunta, señaland

, gracias -conte

y cuando vuelve a levanta la vista

ta son los desafíos –dice con una sonrisa sexi, mientras se acerca sigilosamente hacia mí-. Así que si no querés que tentemo

a comience a cosquillear, lo que me alerta de que si no me siento

a la banqueta, donde me siento obedie

señorita? -pregunt

uelve a su lugar, del

vaso de jugo para mí y se instala

as, lo que no ayuda en mis vanos intentos por bajar mi erección, qu

ar tu trabajo. Así que te propongo lo siguiente. Quiero que hagamos un pacto, por el cual, vos no le contás nada de mi vid

con este trabajo? –pregunto intriga

los custodios que no aceptaron mis términos, duraron

íos -suelto sin pensar, inclinándome sobr

xpuesto que quedé en mis intenciones con esta mujer, en especial c

lo a la cama -dice con naturalidad-. Quizás te podría proponer algo más interesante, pero no

se tratara de una promesa de que, efectivamente, tie

que guardar? -pregunto intentando cambiar de tema y de

nte se instala, dándome a enten

lar en diferentes muestras o competencias a las que soy convocada como bailarina -suelta con naturalidad, dejándome atónito ante la confesión-. Ahora bien, me gustaría muchísimo que él siga sin saber este dato, porque me dejó muy en claro que no apoyaba esta actividad, y estoy más que convencida de que, de enterarse, lo dejaría de finan

s -respondo

nrisa y yo la estrecho, sin estar muy segu

te como en tu casa -dice señalado el departamento mientras cam

s, que gracias a la calza deportiva que lleva puesta se pueden apreciar a la perfección. Sus nalgas redondas y bien forma

scuchar que la puerta se cierra comienzo a trabajar. Saco del bolsillo interior de mi saco los

etamente desnuda. Una vez más mis pensamientos me traicionan y la excitación se hace presente. Sin dudarlo tomo mi telé

arme pacientemente a esperar, intentando

L

me crema corporal, masajeando delica

ovocarlo hace que el cosquilleo en mi entrepierna se haga presente una vez más, pero recuerdo que tenemos

sos, este hombre, por más que me provoque miles de fantasías, tiene que estar fuera de mi radar, cua

rial, sumado al cuerpo trabajado que el traje no logra disimular, las ganas de

esura a abrir la puerta, invitándome a pasar. Lo hago sin poder evitar sonreírle en agradecimient

generar algún tipo de vínculo, pero con solo mirarlo y recordar todas las emociones

to me doy cuenta que colocó alguna especie de traba que no me

jada al bajar, con los bra

tión de seguridad no la voy

me fastidia esta situación, de tener

podemos convenir en que no es verdaderamente nece

o puedo evitar notar lo atr

an que no la necesitan. Es un factor común -co

y decido dar esta b

todos lados incómodo, seguramente pensando qu

e mi oficina y le h

ranquilo. Te prometo que no salgo sin avi

mente comienza a recorrer los d

ndo los espacios. Cuando llega a la oficina se toma más tiempo del ne

acá. Muchas graci

pensando que al ser de vidrio la puerta

pasando y su presencia sentado en la

jo a la oficina, con la idea de pedir algo para comer, pero para mi sorpresa, al ingresar me encuentro con que,

igada y me so

mo le parece -dice con

ve, aunque mi estómago realmente agradece no tener que espera

tancia tiene que ser la regla entre nosotros, aunque sentir su perfume en mi oficin

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