El Gran Rey del Infierno
750 A.
Ã. TendrÃa una abertura, Elaine siempre dejaba una abertura cuando adoptaba una postura ofensiva; ese fue el punto que Cali
Ãa esa
rando? ¿Me seguÃa
ergüence, porque aunque fuera un sueño, estarÃa bien ser la única fuente
por inter
a entregarme, no podÃa caer y menos de
sentir mi cuerpo pesado y mi piel arder mientra
Asra, pero este sueño empeza
rÃa d
onreÃ, su mirada vaciló y apareció la apertura que yo querÃa
mis movimientos, un destello y la imagen frente a mà era la espalda
iado
de herir incluso a los arcángeles; la espada forjada por Gabriel - atravesó e
borrosa, la lanza en manos de Elaine se habÃa hecho añicos, la vi desvane
la boca el sabor f
ueños no deberÃas
n podÃa mantenerlos. Las runas se desvanecieron de mi piel y p
Calisto
a respirar. No podÃa decirlo, solo sabÃa
que el ruido sordo del frÃo suelo me golpeara y, s
acias, pero era un sueño y cuando
eso pen
â™±
lgo de la espalda con fuerza y podÃa oÃr la
istencia - decÃa y el sonido de pasos caminando
s, señor... - intentó a
radlo -gruñ
drÃa ayudar - intervino una tercera voz - al final
da era letal par
-, ¡sois sacerdotes de Samael, m
hizo que mi conciencia, ya turbia, v
voz femenina, aún me dolÃa la espalda como si me
o rotundamente l
preguntando? - Sonaba incrédula,
quién perte
o todo
da - , dijo, y en su voz casi se podÃa pal
oño tengo
parecÃa a pun
s que lo hag
ó, era una súplica clar
de una herida con energÃa sagrada, y Calisto nunca supli
a deli
Ãa so
r, y unas manos heladas me t
era magulladura y volviendo a unir los nudos que la maldita lanza
asiado
por un momento -aunque no pude ver
, pero era una sorpresa que p
n una dulzura que hizo que me doliera el corazó
â™±
ojos, no estaba
nte cerca, tan cerca que parecÃa 5 veces más grande de lo normal y las est
n, pero no parecÃa
espalda y sólo entonces me di cuenta de qu
Calisto y mis ojos se desviaron hacia s
un sillón en la esquina
a, la chimenea que nunca estaba encendida y la cama gigante con do
urmuré, - ¿por
Calisto, pero el pelo rojo que me caÃa por lo
a la curiosidad? ¿S
Ãa en
ha oc
atravesándome la espalda y
regunté aunque sabÃa e
a muerto, no p
a puta -, murmur
rzo rosa parecÃan más vacÃ
con voz entrecortada, casi como
or Asra? ¿Qué demon