El Gran Rey del Infierno
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bierto por la manta blanca. Era como ver a la propia MarÃa, la virgen e
de MarÃa, pero su bellez
mar a esa mujer. Elaine era como una divinidad en un cuerpo frágil, delicado y mortal; era una her
a -, sino también por entregarse a una causa como lo hizo (aunque yo secretamente lo considerara un
pude ver cómo sus ojos rosados brillaban
y con Elaine nunca lo tenÃa. Probablemente, ese habÃa s
sobre todo a salir de su zona de con
señaló a los demonios que maldecÃan constantem
saba
y él nunca dejarÃa que nada tocara a su hija predilecta, su arma mortal q
r cómo Callisto ardÃa por la ira que le quemaba el pech
o con una sonrisa malvada en los
muchos años, y cuando la miraba de cerca, cuando los ojos de Elaine se
o el tiempo que él tardarÃa en caer de los cielos
y, si esto fuera un sueño,
Azrael me miró con tal incredulidad que cas
es - , empezó, y ent
s cál
de Calisto e
iste que so
si era preocup
n estorbo que un intento de ser útil, pero eso no era un hecho extensible a mÃ; yo nu
con una sonrisa, -
ParecÃa una plegaria y desde la distancia podÃa oÃr los gritos de los demonios e infiern
hablé usando mi última carta -, pero esta
o, el dolor de Calisto era evidente cuando le dijo a Asra que nunca la converti
ora, yo estaba usando e
cia mà -, pero ten cuidado - dijo, y si no supiera que Calisto es incapaz de querer
o h
s de apartarse. Pude sentir mi respiración pausada durante demasiado
probablemente pensando lo obvio, que intentarÃa atacar a Elaine con magia, pero lo miré
-, ¿qué crees que v
gritó mentalmente, demasiado alto pa
n un breve impulso de pun
go, en el suelo, arrastrarÃa a la favor
l guion, Elaine me miró fijamente mientras avanzaba
el que tiene la sangre
os de leer, pero ahora que tenÃa que oÃrlos sali
salido mis palabras y una lanza dorada que parecÃa hecha de luz det
ó - la que lleva el co
o conocÃa. Esquivé y con un rápido movimiento y un giro en el aire, volvà a atacarla con precisión y
ente, porque Elaine -a diferencia de la malcriada duquesa Asra-, habÃa entrenado durante
ldita y el hermoso cuerpo de As
a -, re
r, y mucho men
n y al cabo es solo un sueño.