EL PRINCIPE DE HIELO
a pens
nte buscarlo con la mirada, obligando a mi cuerpo a girarse para quedar boca abajo. Mi corazón casi se detiene al ver
jos cachorr
terrizara sobre su lomo, intentando controlar mi miedo tanto como me fue posible, ajusté mi pos
ad de su espalda, permanecí adherido a él como una larva chupasangre se adhiere a su víctima mientras intentaba recuperar
isa burlona apar
o, si hubiésemos volado cerca del suelo, ahora mismo estarían tus entrañas esparcidas por medio bosque. Así que, de hoy en adelante, me dejarás las lecciones de vuelo a mí, harás lo que diga sin c
señ
ntre mi gente... pero aquí, en el cielo, él era quien mandaba, y hasta no enten
olver a montar sobre mi lomo, no quiero ser yo quien tenga que sujetarte todo el tiempo, cuando hayas aprendido un poco más y tu
orque mi padre me decía que hasta que fuera adulto podía montar por primera vez a un dragón a pesar de mis múltiples insistencias, Krad lo sabía y podía sentir mi cansancio así que cuando mi cuerpo perdió la poca fuerza que me quedaba y mi conciencia se comenz
, sentir el viento en mi cara. Pero parecía que ese día no llegaría nunca, mi actividad con él se limitaba a visitarlo en su cueva, acompañar
sto, estudia más, ejercítate más", sabía que él tenía la razón, no podía estarme desmayando cada
erlo y así lo hice. De la misma manera me sumergí por completo en los estudios sobre política, cultura, costumbres, estrategias militares, cualquier cosa que me ayud
ad, buscamos estrategias para conseguir alimentos de los pueblos vecinos sin que ellos nos detectaran, era difícil pero no imposible, la ventaja de las bajas temperaturas de mi reino, e
s, nos permitía permanecer alejados de la furia de los dragones de fuego, en nuestro territorio eran débiles y no se atrevían a entr
a mi primo salir a jugar a los jardines después de sus lecciones que duraban solo medio día, mientras las mías duraban prácticamente todo el día, los únicos momentos en los que no estaba estudiando, estaba intentando resolver algún problema, dar alguna indicación o ejercitando mi cuerpo y puliendo mi habi
ilibrio en su lomo y aguante más tiempo en el aire, pero seguía siendo muy pronto, aun no tenía la fuerza suficiente para s
ue solo revoloteara dentro del reino con recorridos cortos para que yo pudiera acoplarme a
r a caballo con un pony, pero supongo que era lo mejor, de esa manera fui aprendiendo como sentarme, de donde sujetarme, sobre todo como ir balanceando mi cuerpo con cada
ría tanto esfuerzo, pero para mí, sentirlo en mi cuerpo, era completamente agotador, era como si mi mente de pronto se transportara a su cuerpo, podía sentir cada respiración, cada latido, ca
ibros podían expresar... supongo que por esa razón, todos mis antecesores habían formado su vínculo con un dragón pasando los 15 o 16 años, cuanto su mente y su cuerpo había sido lo suficientemente preparado para recibirlo
en verdad eso era una ventaja, al menos por ahora, pero no sería definitivo, es decir, conforme yo fuera fortaleciéndome y el vínculo se fuer afianzando cada vez más, yo podría sentir todo su