EL PRINCIPE DE HIELO
mismo hubiese deseado tener tiempo para pasar el duelo por la pérdida de mis padres, pero no podía hacerlo, mis obligaciones y respon
taba un poco más estable, sus heridas no se habían curado por completo,
deuda estaba pagada, ya no le debía nada más a ese hijo del fuego, a partir de este mome
ra el rostro para evitar que se aprendiera el nuevo acceso a mí reino, la entrada anterior había
dias que me cubrían, parándome a un lado de Likantor, necesitaba
te recomiendo que huyas y te escondas de por vida de ellos, no tienes ninguna oportunidad de recuperar tu reino, salva tu vida y la de tu familia y deja el pasado atrás, donde pertenece. Los dioses te han dado una oportunida
e jamás debería volver a cruzarse en nuestro camino ni osar acerc
abía otorgado y la hospitalidad recibida, tomó sus
o lo sé, en ese momento solo era un niño atormentado por el dolor de la perdida de mis padres y atrapado en el odio y el resentimiento que sentía por la gente de su pueblo, me duele po
s tallados, solo les gusta darnos la ilusión que tenemos alguna clase de control sobre nuestra vida, pero
aliadas por parte del reino de fuego no cesaban, Hashim, el nuevo monarca, sabía bien que, si eliminaba a los pueblos con los que te
o y transporte era casi imposible. Así que mis antecesores se habían encargado de crear alianza con diferentes poblados
do detener la guerra, pero era difícil lograrlo yendo en contra de una historia bélica de cientos de años, quizás su soldados y sus nobles eran más aferrados a la idea de continuar atacando y eso dificultaba llevar a cabo sus decisiones. Aunque Likantor insistía que no era más
ajas eran muy considerables. Mi ejército no podía dividirse entre todos los reinos para protegerlos a la vez, mi padre nunca fu
o es el traslado a otro sitio más alejado, aunque eso implicara perder la alia
los cuales Hashim no sabe nada, ya que mi padre lo mantuvo oculto de todas las demás personas, except
s, algunos nerviosos, otros agresivos, si no se realizaba el vínculo entre humano y dragón, los dragones se comenzaban a sentir ansiosos de la presencia humana en sus montañas, no había un motivo por el cual tuvieran que confiar en nosotros si no había conexión con el líder, y por supuesto que al morir mí padre eso se h
uficiente fuerza tanto física como mental para poder lograr que la conexión sea posible sin morir en el intento. Pero ahora mismo tengo so