Te amo con todo mi corazón
Autor: Nevaeh Avery
GéneroRomance
Te amo con todo mi corazón
Con los ojos peligrosamente brillantes, Caldwell se levantó de la silla de ruedas.
"Eres más inteligente de lo que pareces, señorita Bentley. Parece que te he subestimado, así que dime: ¿de verdad quieres casarte conmigo?". Luego, entrecerró los ojos con frialdad. "¿Cuánto dinero quieres para cancelar el compromiso?".
Rosina lo miró a los ojos implacablemente. "Estuve comprometida contigo desde que tenía dos años, señor Walsh. ¿Crees que a esa edad conocía el dinero y los beneficios de ser parte de una familia rica? ¿Crees que a los dos años obligué a nuestras madres a arreglar nuestro compromiso?".
Caldwell hizo una mueca desdeñosa. Como esperaba, esa mujer era elocuente.
"En ese entonces, yo solo tenía dos años, mientras que tú ya tenías diez. ¿Crees que estaba interesado en un anciano?", agregó Rosina con ojos agresivos.
La expresión de Caldwell se oscureció.
¿Un anciano?
Todavía era joven, solo tenía veintiséis años, ¡y esa mujer se atrevía a llamarlo anciano!
¡Qué atrevida!
El ambiente se llenó de tensión.
Al notar el cambio en la expresión de Caldwell, Rosina frunció los labios y se preguntó si había ido demasiado lejos. La única razón por la que estaba dispuesta a casarse con ese hombre era porque Perry le había prometido que le devolvería las propiedades de su madre, no para enemistarse con su futuro esposo.
"Señor Walsh, yo sé que tú tampoco quieres casarte conmigo...", dijo con un tono más suave y menos agresivo.
Luego, se detuvo para observar la reacción de Caldwell. Aunque solo hubo un ligero cambio en su rostro, ella pudo notarlo.
"Entonces, hagamos un trato", propuso Rosina con determinación.
Caldwell empezó a reírse secamente. "Señorita Bentley, ¿qué te hace pensar que puedes negociar conmigo?".
Rosina reflexionó por un momento antes de responder. "Nos divorciaremos un mes después de la boda".
Caldwell arqueó una ceja. "¿De verdad quieres hacer ese trato?".
"Sí, tenemos que casarnos porque son los deseos de nuestras madres. Pero después podemos divorciarnos por razones naturales, como diferentes personalidades. De esa manera, no romperemos nuestra promesa, ni tendrás que vivir para siempre con una persona que no amas".
Rosina hizo una pausa. "Supongo que quieres romper el compromiso porque amas a otra persona, ¿cierto?".
La expresión de Caldwell se ensombreció. "No es asunto tuyo", siseó.
Luego, observó su rostro tranquilo. "¿Y tú? ¿Qué sacas de esto?".
No creía que solo lo estuviera haciendo por él.
Rosina sintió que su corazón le subía a la garganta. No podía decirle que lo estaba haciendo por su madre.
"Mi madre le da mucha importancia a ese compromiso", respondió con los ojos en blanco. "No goza de buena salud, así que no quiero decepcionarla".
"¿En serio?", preguntó Caldwell con un tono inexplicablemente frío, como si pudiera leer su mente.
Rosina estaba desconcertada. Sus ojos eran penetrantes, como si pudieran atravesar su corazón. Justo cuando ella se quedó sin palabras, el teléfono de Caldwell comenzó a sonar.
Mirando a Rosina, sacó su teléfono. Su expresión se suavizó cuando leyó el nombre en la pantalla. Entonces, se dio la vuelta y contestó. "Ya que solo estaremos casados por un mes, no es necesario que celebremos una boda", comentó.
Rosina asintió con la cabeza. "No tengo problema".
Después de tres días, Tyson fue a buscar a Rosina.
No hubo boda, ni siquiera una pequeña ceremonia.
A Rosina no le importaba en absoluto porque sabía que solo era una parte del trato.
Después de unos minutos, el auto se detuvo frente a una majestuosa villa.
Bajo los rayos del sol, el edificio de piedra se extendía hasta perderse en el horizonte.
"Por favor, entre", dijo Tyson con un gesto cortés.
No era entusiasta ni frío, solo formal y educado. Tal vez sabía que el matrimonio de Rosina y Caldwell era solo un contrato, y que ella no tenía ningún verdadero poder en la familia Walsh.
Aunque la villa era enorme, se sentía bastante silenciosa. Rosina solo vio a una criada en el enorme salón. Tyson no se molestó en darle un recorrido, y se marchó.
La chica se sintió un poco incómoda.
"Buenos días, señora. Mi nombre es Sabina Ellis. Soy una criada del señor Walsh. Puede llamarme Sabina. Si necesita algo, solo dígamelo". Esta llevó a Rosina a su habitación.
Un mes no sería mucho tiempo, por lo que ella había empacado unas pocas cosas. "Está bien, gracias", respondió. Sin embargo, dudaba que alguna vez necesitaría la ayuda de Sabina.
La criada estaba a punto de irse cuando notó la mirada vacilante de Rosina. "Es posible que el señor Walsh no regrese esta noche", agregó después de un rato. "Hoy es el cumpleaños de la señorita Brewer".