Te amo con todo mi corazón
Autor: Nevaeh Avery
GéneroRomance
Te amo con todo mi corazón
"Ya veo", respondió Rosina con una sonrisa irónica.
Su matrimonio con Caldwell era solo una parte del trato, así que no tenía derecho a interferir en su vida privada.
Además, se sentía más tranquila cuando él no estaba presente.
Solo entonces ella echó un vistazo más a su entorno. El dormitorio era espacioso y su decoración era minimalista pero hogareña, con una combinación de blanco y negro y muebles lujosos, aunque no llamativos. Evidentemente era el dormitorio de un hombre soltero.
"Esta es la habitación del señor Walsh", explicó Sabina sonriendo cuando la vio maravillada por la decoración.
Rosina abrió la boca para pedirle que le diera otra habitación, pero al final simplemente asintió.
Más tarde esa noche, Rosina empezó a dar vueltas en la cama. Le resultaba difícil conciliar el sueño en un lugar extraño, así que se dio por vencida y empezó a buscar trabajos en su teléfono.
Solo con un trabajo podría tener una vida estable, cuidar bien a su madre y darle un buen futuro a su bebé.
De repente, encontró una oferta laboral como traductora. Estaba sorprendida de que la empresa buscara un traductor competente en asiceano.
Asicea era el país al que Perry las había exiliado a ella y a su madre.
Además, para su mayor sorpresa, el sueldo era bastante bueno.
Por lo tanto, Rosina decidió solicitar el puesto inmediatamente.
Después de enviar su currículum, guardó su teléfono y poco a poco se quedó dormida.
Afuera, una luz blanca iluminó el patio cuando un Maybach se detuvo frente a la villa.
Caldwell entró tambaleándose a la habitación.
Luego de aflojarse su incómoda corbata, se sirvió un vaso de agua y bebió todo de un trago para aliviar el ardor en su garganta.
Había bebido mucho en la fiesta de cumpleaños de Sonya.
Por lo general, aguantaba muy bien el alcohol, pero ahora estaba borracho.
Caldwell se frotó la frente y se dirigió a su cama. Sin pensarlo mucho, se tumbó en la cama y se quedó dormido.
Entre sueños, Rosina sintió que algo se movía, pero no le dio mucha importancia y siguió durmiendo.
A la mañana siguiente, los rayos de sol iluminaron la habitación como hilos dorados.
En la cama, había una mujer acurrucada en los brazos de un hombre.
Ambos estaban profundamente dormidos.
Cualquiera que los viera pensaría que eran una hermosa pareja.
Caldwell abrió lentamente los ojos. Tenía un fuerte dolor de cabeza. Justo cuando estaba a punto de sentarse, notó un peso en su brazo.
Giró la cabeza y encontró a una mujer acurrucada en sus brazos.
Tenía la piel impecable y sus pestañas eran curvadas como las alas de una mariposa. Además, tenía los labios rosados ligeramente separados mientras respiraba de manera constante.
Estaba acostada de lado; viéndola de cerca, Cadwell podía decir que era una chica muy hermosa.
Su manzana de Adán empezó a subir y bajar. Estaba sintiendo un impulso que jamás había experimentado, ni siquiera con Sonya. No podía creer que una mujer a la que solo había visto dos veces lo excitara de esa forma.
Mientras tanto, Rosina estaba teniendo una pesadilla en la que un feroz león la miraba fijamente, como si fuera su presa.
Finalmente, se despertó sintiéndose inquieta.
Sin embargo, en el momento en que abrió los ojos, vio a un hombre observándola.
Su mente somnolienta se quedó completamente en blanco por un momento.
De repente, sus ojos se abrieron como platos. "¡¿Por qué estás en mi cama?!", preguntó.
Caldwell apartó la mirada y levantó la colcha. "Esta es mi cama".
Rosina quiso replicar, pero cuando vio dónde estaba, se tragó sus propias palabras.
"Pensé que estabas celebrando el cumpleaños de tu novia. ¿Por qué regresaste?". Rosina saltó de la cama y retrocedió unos pasos.
Sabina le había dicho que Caldwell no estaría en casa, por eso había bajado la guardia.
Al pensar en que había dormido con él anoche, sus mejillas empezaron a ruborizarse.
Avergonzada, bajó la cabeza.
Caldwell se desabotonó la camisa mientras contemplaba a la nerviosa mujer que estaba parada en una esquina. "¿Es el cumpleaños de mi novia más importante que mi noche de bodas?", preguntó con una sonrisa juguetona.
Rosina se quedó sin palabras.
Su matrimonio había sido solo un trato. No eran una verdadera pareja. ¿De qué noche de bodas estaba hablando?
Sin embargo, antes de que pudiera responder, Caldwell se quitó la camisa.
Rosina se dio la vuelta a toda prisa. No esperaba que él se desvistiera frente a ella.
Desde aquella fatídica noche, se había mostrado particularmente distante hacia los hombres.
"Tengo que irme", murmuró de inmediato.
Luego, sin esperar respuesta, salió corriendo del dormitorio.
Caldwell se encogió de hombros y se dirigió al baño para darse una ducha.
Estaba a punto de sacar ropa del armario cuando tiró accidentalmente una bolsa de lona.
Todas las cosas que estaban adentro se cayeron.
Cadwell hizo una pausa y se preguntó si era de Rosina.
Le molestaba que ella no hubiera dudado en poner sus cosas en su armario.
Con una mueca burlona, Cadwell se arrodilló para recogerlas del suelo. De repente, vislumbró un documento del hospital.
Frunció el ceño y lo recogió.
"Rosina Bentley. Mujer. 18 años. Seis semanas de embarazo".
¿Esa mujer estaba embarazada?