La Novia Fugitiva y el Magnate Misterioso
Autor: Irita Sarkar
GéneroRomance
La Novia Fugitiva y el Magnate Misterioso
Celia no se despertó hasta el día siguiente.
Ella se encontró completamente desnuda, y sintió miedo y vergüenza al mirar al hombre que yacía a su lado. La cicatriz en la cintura de este fue lo siguiente que vio.
Aquello era simplemente absurdo.
Es decir, la noche anterior ella se había acostado con un extraño, y a pesar de que había estado mareada, tenía un vago recuerdo de que lo habían hecho muchas veces.
Secándose la frente, ella tuvo muchos sentimientos encontrados, sobre todo al mirar las manchas en la sábana.
Desafortunadamente un completo extraño le había quitado la virginidad.
Lo peor era que ella no tenía idea de cómo había ocurrido eso, pero el hecho de que ese hombre tuviera una cara realmente hermosa no la ayudaba a sentirse mejor.
La familia Kane tenía la culpa de su situación.
Ahora ella estaba arrepentida y resentida. No podía confiar nunca más en Adrien, ¿verdad? ¡Era imperdonable lo que ese imbécil y Cerissa le habían hecho!
Al pensar en eso, la rabia le comenzó a hacer hervir la sangre. ¡Definitivamente debía regresar con los Kane para buscar venganza!
Entonces fue al lado opuesto de la cama después de ver su ropa esparcida por el suelo.
De pronto sintió como si su cuerpo hubiera sido golpeado con mucha fuerza, ni hablar de su intimidad, la cual aún sentía un poco irritada. Lo más probable era que recordara la noche del día anterior por el resto de su vida.
Habiendo recogido sus pertenencias, levantó la vista y vio el sereno rostro dormido del hombre.
Sus rasgos eran notables y él era realmente atractivo. Tenía pestañas y cejas gruesas, y un semblante distante e impenetrable. No obstante, eso simplemente le sumaba encanto.
Seducida por completo, ella se inclinó y le pasó el dedo por la boca, la barbilla y la manzana de Adán.
Entonces recordó lo suaves que eran esos labios contra los suyos y cuánto placer le había dado ese fuerte cuerpo.
Sonrojándose al instante, sintió una especie de picor electrizante que la calentó.
Aterrorizada por esa respuesta, retiró la mano rápidamente.
De hecho pensó que estaba loca.
Y es que había sido cautivada por un completo extraño al punto de tocarlo en lugar de salir corriendo.
El hombre de repente frunció el ceño como si estuviera listo para despertar.
Desconcertada, Celia no estaba segura de qué hacer.
Alguien que viviera en una mansión así debía ser rico y poderoso, y ella no quería tener nada que ver con un hombre así. Tensándose un poco, los pensamientos de Celia eran un revoltijo ahora que se había acostado con un extraño.
Después de pensarlo por unos segundos, finalmente se dio cuenta de que tenía que irse.
Era mejor salir de allí antes de que él despertara.
Celia se apresuró a ponerse su vestido de novia y dejó todo el efectivo que tenía, pero antes de escabullirse de puntillas, escribió una nota y la dejó en la mesita de noche.
El hombre dormido abrió los ojos tan pronto como ella se alejó.
Él tenía un horario de sueño bastante estricto, y antes de que Celia se despertara, él ya lo estaba, solo fingió estar durmiendo para ver cómo reaccionaría ella. Después de todo, ella fue la elección de la familia Shaw para él.
Sin embargo, su respuesta, fue algo inesperada. Ella no creía que él tuviera la culpa de lo que había ocurrido, y cortó la relación abruptamente.
Parecía que la novia se había escapado de nuevo, y él no sabía cómo sentirse al respecto. Acto seguido, agarró la nota de la mesita de noche y leyó las hermosas líneas en ella. "Sé que es rico, pero no me gusta tener deudas y nunca permito que se me acumulen, así que aquí está el dinero a cambio de sus servicios. Ya que estamos a mano, sigamos nuestros propios caminos".
Entonces desvió la mirada hacia la mesita de noche, y de hecho había un montón de billetes arrugados.
Después de echar otro vistazo a la nota, leyó la línea "no me gusta tener deudas" y se quedó sin palabras.
¿Acaso ella pensó que lo que había pasado la noche anterior había sido un servicio de él, y que tenía que pagarle?
Esa chica comenzó a despertar su curiosidad.
Entonces agarró su celular y llamó a Briar. "Vigila a la chica de anoche".
Tras detenerse por un momento, este dijo: "Sí, señor".
"Además, investiga al conductor y al guardaespaldas del auto de la boda y descubre quién es su empleador".
Ella era la esposa que los Shaw quería para él, pero por alguna razón, el día anterior, ella no estuvo en la casa de la familia. Lo más probable era que ellos no fuesen a dejarle las cosas fáciles a ella ahora, en cambio, de seguro tomarían algún tipo de acción.
Por su parte, él no iba a dejar pasar eso.
Después de todo, ellos habían tenido sexo la noche anterior, y no hay que olvidar que se suponía que esa sería su noche de bodas.
En ese momento su celular sonó. Wayne Evans, su amigo más cercano, lo estaba contactando.
"¿Dónde estuviste ayer? ¿Por qué no te casaste con la señorita Kane? ¡Los Shaw están sumidos en un caos!", dijo este no bien él le atendió.
No obstante, no hubo respuesta. Ansioso, Wayne volvió a preguntar: "¿Qué estabas haciendo anoche?".
"Consumando mi matrimonio", respondió él en un tono insensible antes de colgar.
Al dejar su celular a un lado, examinó las manchas en la sábana, y una pequeña sonrisa se dibujó en sus delgados labios. Una ligera sensación de expectativa nació en su corazón cuando tocó suavemente la nota.
Ahora no podía evitar sentir curiosidad por saber qué pasaría la próxima vez que se encontraran.