icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Los príncipes de la mafia danesa

Capítulo 8 Sanguinario

Palabras:4833    |    Actualizado en: 14/09/2022

/

sé que el capítulo va a valer la p

*

eanor ¡Está va a ser la me

uier otro momento estaría refunfuñando como señora amargada, por la loca idea de mi amiga de salir

l siguiente día tendría que levantarme temprano para los entrenam

e un sermón y, desde, luego no me iba a arriesgar a que los hombres de mi padre se enteraran y le fueran con el chi

de los que pertenecían al klan, pues como dije, no quería que alguien informa

tado y un montón de balcones, a través de los cuales podían verse un buen número de personas bailando en el interior,

también se encontraba atiborrada de personas que disfrutaban de la

isando su maquillaje con el retrovisor, lo cual puso un

estros vestidos de lentejuelas volviéndolos más llamativos. Me dejé envolver por el ambiente del lugar, sintiéndome, por un momen

encima de la música, señalando co

nía mejor conocimiento del lugar que yo

mente absorta en la música y en las almas que disfrutaban del ambiente. Sonreí y me contagié d

esfumó en cuanto reparé en las tres figuras que estaban sentadas fr

oncertada, pero ella solo se encogió de h

, así que se nos ocurrió que sería buena id

rechazar su oferta. Prefería mil veces la seguridad de

uándo haces pl

gió de

bandona un día completo en su

no es por g

erte contado el plan completo, pero present

adamente. Podía sentir los oj

a rodó

y déjate llevar. Si algo no te gusta

media vuelta y largarme, pero mi amiga tenía razón, había pasado menos tiempo con ella de lo

ue Irem, no había convivido con ella, pero parecía una chica extrov

e Nabila, pero, a diferencia de los hombres, Irem tenía l

y depositó un beso en cada una de mis mejill

itaria. Él se encontraba en al asiento al centro de s

. Acomodó su largo cabello caoba detrás las oreja

en confianza —intervino

í, a mi cuerpo mejor dicho. Su mirada me recorrió de pies a cabeza, de una manera discreta pero intimida

noches,

da disimuló mi nu

tó un fugaz beso en ella. De soslayo pude ver cómo el rostro de mi amiga se teñía de rojo y

o deseaba como es debido debía mantenerse al margen. Aquello solo me incentivó a encontrar la manera de terminar con el abs

do por parte del turco

uavidad, pero a diferencia de mi amiga, alargó el momento, tanto que mi piel comenzó a cosquil

e se afianzó. Aquello no llegó a causa

fugaz a mi alrededor, solo para tratar de ignorar lo que sucedía en ese momento, pero, pa

ntó Nasra, liberándome de su agarre y bri

as —mu

micircular liberando el espacio suficiente para Nasra y para mí.

tas de Bozkurtlar, brindándonos privacidad, pero manteniéndose alerta, después

Fiore, dándole un vistazo a l

a. En la mesa había otro par de vasos con un líquido ambarino oscuro y bast

mesero y ordenó un campari con naranja, mientras que yo me incliné por una copa d

a amena conversación, que Farid (Pese a que se encontraba en el medio de aquellas dos chicas), ignoraba por completo, de hecho, no parecía que el herma

ílabo. No había nada que no nos llevara al tema de los negocios familiares y, honestamente, era en lo que menos quería p

esa forma mi carrera. Le confesé mi gusto por la literatura romántica y la mitología y, a diferencia de lo que habría imaginado, no minimizó ni

siento, haciéndome reaccionar ¿Por qué carajos estaba pensando en Nas

té entre desconcer

te del mundo. Le lancé un intento de mirada amenazante, que ignoró por completo —. Voy a envejecer aquí s

y aplaudió co

emoción, haciendo ad

obre la mesa. Irem lo miró con culpa y algo de súplica. No hicieron falta palabras para que l

con una sonrisa brillante, a

manera, retar al futuro líder de la mafia turca

hablando antes de que pudiera echar a perder lo que estaba a punto de hacer —Pero, lleva a Irem —dije con una sonrisa, la cua

ujo a Nasra y a mí para que nos apartáramos de su camino), tomó la mano de Irem y la arra

de satisfacc

un simple movimiento de cabeza, dos de sus guardias se dirigieron hacía la pista de baile, manteniéndose a una

mo el nombrado tensaba la mandíbula y empuñaba su vaso. Temí q

roveché para averiguar si Nasra tenía alguna persona especial en Turquía o en cualquier otra parte del mundo, sin embargo, pese a mis intentos de sacar el tema a flote, él terminaba

entonábamos la letra de Barbie Girl, dispuestas a enseñarle la canción a Irem. La letra reflej

on todo el alcohol que ya habían bebido. Esa era la señal para salir del club antes de que las cosas se salieran de control. No me

as chicas, quienes seguían c

les pedí que se adelantaran por la camioneta y que nos esperaran en la entrada del lugar. Helg

he había estado bastante tranquila, ¿q

un poco de recelo, pero

los pedí, caminé de regreso, la pista se extendía al final del pasillo, el cual estaba iluminado por una tenue luz azul neon. Traté de buscar a las chicas en medio de la gente, pero ya

ró y un escalofrío recorrió mi cuerpo, me sentí desorientada unos moment

po al mío, lo cual me confirmó que era al menos unos treinta centímetros más alto que yo. Mis ojos aún

xtraño, sujeto. Mis ojos se abrieron como platos

hubiera llevado todo mi aliento —¿Qué mierda crees que estás haciendo? ¡Suéltame! ¡Esto no

dijo, mientras tomaba mi mentón con su mano libre y levantaba mi rostro para que lo mirara d

ablando, imbécil

rdias? —Chasqueó la lengua en negación —No

ar

salgo de aquí en menos de cinc

mente me encargaría de llevarte a tí y a tu amiga

hijo de pu

stante, pero gracia

era la poca moralidad que pudiera haber dentro d

a futura esposa de tu hermano? ¿Tu futura cuñada?...

ensanchó provocando q

r nada hacía tamba

dejando una distancia nul

mi piel —Llevo días preguntándome si tu padre te había dado la buena nueva de que pron

bligándome a mante

te dentro de mi cama noche y día. Es una lástima que nuestras posiciones dentro de nuestras

s ojos

iotez acababa de

sta —lee mis labios, Farid Akdemir: NUNCA VOY A SER

an los ret

id, él decidiera echar atrás el estúpido compomiso. Después de todo Sten era receloso en cuanto al respeto de la familia y el matri

la realidad —Tu padre está cegado por el poder que le va a traer el

dije con una

apareció en los

tu altanería, p

labios ya se encontraban aprisionando los míos, sus movimient

ejarme llevar por la necesidad que tenía de él.

empujón en el pecho y una patada cerca de la entrepierna. Trastabilló ligeramente hacía atrás, gruñendo y vocife

nsabilidad. Repasé rápidamente la zona VIP, en la que habíamos es

ie

emblorosas, con mi mente trabajando a mil por hora: El compromiso, los Akd

diciones en su idioma, hice un paneo con la vista, logrando identificarla a no más de dos metros de donde me enco

tra mi

se había salido

donde se e

¡¿Qué mierda e

que se quiso pasar d

cadas. Iba a intervenir, cuando los hombres de Bozkurtl

ik! —vociferó pasándose las manos por el cabello, con frustració

em refugiándose en sus brazos —Po

enterarme? —Me

pero en mi caso era por una situació

ligeramente mi brazo desnudo con el dorso de su mano. Arrugué

aron un segundo en mí, ante

asunto que debemos resolver —agregó con una frial

con esas simples palabras, Nasra le hubier

ndonos paso entre la gente, que nos miraba con

de la nuestra, me analizó rápidamente, asegurándose de que estuviera en una sola pieza. No estaba segura de cu

Fiorella —pidió Irem, sujetando el br

on una sonr

der (Seguramente con una

de su hermano —...Es lo mejor —agregó, observándolo de manera

una ligera reverencia y s

a puerta y se montó en el asiento del copiloto. A través de los cristales polarizados pude ver

avanzaron en cara

? —pregunté

asin

ió con las mujeres equivocadas —g

abeza de aquel chico, resultaba bastante gracioso. Mi sonrisa se convirtió en un montón de carcajadas que

je a mi amiga, tom

o... ahora también a tí, pequ

rte del gru

o, aunque, a diferencia de Irem, Grette aún era meno

ho tiempo llega

irigimos cada una a sus respectivas habitaciones. Los pies me mataban, deseaba una ducha para liberar toda la tensión acumul

rior, llamaron mi atención. Me asomé por la ventana que daba al jardín. Los guardias parecían alterados por algo, sin embargo, lo que más ll

posible, corrí en puntillas hasta el pasillo en el que se encontraba la entrada principal

ie

que me brindara unos segundos para poder ingresar al lugar, pero lo único que me servía era el

desde el interior, permitiéndome llegar hasta la puerta. Me ade

en ese momento se encontraba vacía. Escuché sonidos y voces que venían del lado derecho del lugar, así que seguí por el pasillo, hasta donde estos

tro metros que semejaba una sala de interrogatorios, en el centro había u

club, el que había molestado a Fiore e Irem. Solo que ya no lucía para nada como aquel chico. El hombre frente a mí, ten

idos que emitía, podía haber pensado

ocultarme mejor tras el muro del pasillo

caba a una distancia prudente del hombre al centro. Se acomodó en ella y encendió

, valoro mucho esto que hace por nosotro

campo de visión. Llevaba la misma ropa de hacía un rato, pero se h

lando, mientras se limpiaba la sangre de las manos —, pero este hijo de pu

tiendo perfectamente. Haría lo mismo si alguien

mpezar por el ho

ns

(que no podía identificar del todo) brillaban bajo la luz. Lo vi sostener unas pinzas mientras las observaba

turco a Sten —Mi padre me ha dicho que sus mét

ntras le daba una c

ijo, expulsa

bra, el Sten que conocía podí

naron de lágrimas. Me había quedado congelada en el lugar, por más que traté no pude move

Obtenga su bonus en la App

Abrir