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Los príncipes de la mafia danesa

Capítulo 6 El futuro prometido

Palabras:2780    |    Actualizado en: 22/08/2022

aunque estaba lista, no me sentía capaz de salir de mi habitación. Karen había subido a ayudarme a petición

paisajes naturales de Dinamarca, pero mi mente, mi alma y toda aquella pizca de existencia intangib

a media coleta con trenza francesa y mis ondas cayendo suavemente sobre mi espalda; el maquillaje discreto que iluminaba mis mejillas pálidas y disimulaba mis ojeras y ojos hinchados; l

s en la falda de mi vestido y me tragué mis lá

echo a dos aguas y decorado en su interior por enredaderas, rosas, tulipanes y peonías (Las flores favoritas de mi madre, mi hermana y mías, respectivamente), dicho lugar había sido mandad

movía de un lado a otro, con premura, mientras que en mi mente pasaba todo mucho más

ndo de una mañana agradable. Sequé mis manos con la falda del vestido antes de atreverme a cruzar el umbral. Montones de ojos po

la mesa del costado izquierdo era ocupada por la Camorra y la Bratva, la del centro, desde luego, era c

de mí se helara. Desvié la atención a Fiorella, que me sonreía de manera encantadora ajena a todo lo que sucedía a su alrededor.

rendió la frescura de Anton, considerando el estado en el que lo había visto llegar hacía menos de una hora.

icialmente sobre cargamentos y nuevas ventas; yo, por mi parte, estuve concentrada todo el ti

una lástima que tuvieras que ausentarte tan abruptamente de tu propia fiesta . Espero que te sientas mejor, está mañana —Su comenta

smo tiempo que la sangre escapaba de mi rostro; aún así trat

villeta de tela antes de depositarla sobre mi

orine. Gracias

e pasó? —interv

alta de descanso, tía —apunté —. No habí

ue algo pasajero

s de volver la atención a mi desayuno, que de pronto ya no me

de la persona que me interesaba. Por lo poco que había entendido, André había regresado a Aarhus para

de tranquilidad. Al parecer t

nes desaparecieron sin rumbo exacto; mi madre y las mujeres de los otros líderes decidieron que era buena opción pasar el resto de la mañana dentro de la

nto y esa voz oscura

uso tiré de Fiore y mi prima, con quienes iba enganchada de los brazos. Un

en sus rostros. Los ojos de Nasra parecían mucho más claros a la luz del día, y, en contraste con sus pobladas y negras cejas, podían l

e apenas con u

azo; la conocía tan bien que estaba segura que se e

s manos por detrás de su espald

té anoche?... Para conocernos mejor… —sugirió. Yo estaba en sh

uesto que estaba decidida a hacerlo, pero un par de ojo

queño empujón que me puso un par de pasos más cerca de ese hombre —,

Fiorella con una sonrisa pícara,

dita

en la distancia, me presionaba en silencio —No ten

jo Irina, antes de desap

turco a un lado mío, y con nada que deseara más que el que se abriera

me volver a la realidad, me miraba con atención e i

ía preguntado

veces, sin saber qué decir. Me

anera que me puso

¿Puedo tute

mediata dentro de mi cabeza, aunq

..Te decía que... luces pr

Es muy amable de tu parte —dije fijando mi m

bra, rompiendo el silencio desagra

im

o, me gusta decir exa

ahora qué

estaba muriendo de los nervios, me man

mujeres sumisas y yo, ante los ojos de Nasra iba a ser todo, menos

exactamente lo que piensas en

ces aún. Hemos cruzado apenas unas cuantas palabras y parece que… deliberad

verdad e

u comentario, tenía razón, había creado

rarlo a los ojos. Aún continuaba intimidándome su presencia, aunque con aquellas pa

demás por su familia o su estilo de vida, sin detenemos a conocer

a as

la oportunidad de conocernos sin prejuicios, más allá del neg

trampa detrás de las palabras de Nasra,

erecemos esa opor

racias, p

riz y negué r

e nunca me ha gustado muc

, solo había una voz en la que me gustaba escuchar aquella

un pequeño asentimiento de cabeza

reanudábamos la caminata por el corredor que

tisiete años, comencé a involucrarme en el negocio familiar apenas cumplí la mayoría

e atreví a preguntar, ya que

arid… o al menos es lo que intentan —sonrió di

o de pesar. Los rostros de Grett

tranquila a la que se pueda aspirar dentro de este mundo —agregó mirándome fijame

í el

de lo que no estaba segura era si por "sacrificio" se refería a

emir no era tan narcisista y machista como lo había supuesto. Aún así, no en un

taba sucediendo antes de bajar con las chicas a la alberca, donde suponía que aún se encontraban

ó a una de molestia —¿Qué estás haciendo Fiorella Rossi? ¿Estás loca? ¡Casi me matas del susto! ¿Cóm

ática larga y detallada —sentenció, poniéndole seguro a la puerta

guí su ejemplo de hacía un rato y levanté mi mano, obligándola a

ncogí de hombros restándole importancia. Me dejé caer

o que entrelazaba mis dedos sobre mi pec

arte de mi amiga, antes de escucharl

rla mejor, en sus ojos

ojos, como si un recuerdo hubiera llegado a su mente de repente —. No, no, no ¿Sabes qué?, primero cuéntame qué pasó anoche ¿Por qué saliste corriendo en medio del discurso de tu padre?... Por

ida de la noche a la mañana —dije con pesar y todo ras

conmigo ¿verdad? —Puso

s lágrimas que liberar. El resultado fue realmente terapéu

s aquellas personas, durante la hora de la comida. Entonces me per

e para juzgar el tipo de persona que era. En mi experiencia, la mayoría de los hombres dentro de mi círculo tenían la habilidad de endulzar el oído de quien

mientras hacía un repaso mental a lo que debía hacer en los próximos días: Hablar con

*

/

ello, ev

do con el capítulo de la

Qué les parec

r? ... ¿Será que él tampoco quiere el

e cuando Eleanor l

sta la próxima seman

virt

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