icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Los príncipes de la mafia danesa

Capítulo 5 Algo huele a podrido en Dinamarca

Palabras:2677    |    Actualizado en: 15/08/2022

gunté al montarme en la camioneta. Arrojé sobre el as

rmitido dormir nada. Helge, a su lado, llevaba unas gafas oscuras que no me dejaban apreciar su rostro, pero seguramente tenía la misma pinta que Tanya. Me sentí todavía más culpable por h

s escapado. No hizo un escándalo para no llamar la atención de las otras organiza

extendió e

hague está

mon

traron"? —Dibujé unas comill

nuestra responsabilidad llevarte sana y

etrovisor con la

ijo exa

as de nosotros tres, antes que cualquiera —Apuntó con un movimiento de cabeza a He

sabido de mi padre

había descubier

onciencia. Tení

s había un claro ápice de reclamo —. Pudimos haber pasado la noche en la camioneta esperándote como otras veces y no dando vueltas p

onsciente. Dudaba que hubieran descansado suficiente después del vuel

encio pesado, hasta que otra duda saltó a m

incómoda familia Akdemir, pero sí quería despedirme de Fiorella antes de que volvier

celular probablemente avisando que me habían encontrado y estábamos a escasos veinte minutos de Paladse

arme con ellos iba a ser al

tantes; nadie había preguntado por André ni por Anton, seguramente pensaban que habían desaparecido juntos de la fiesta; desde luego, los Akdemir habían sido el

nsión, el lugar estaba cubierto hasta los dientes, había hombres de los cuatro clanes por todos lados. Tanya fue la primera en abandonar la camioneta y comenzar a subir las escaleras

iedad, sus ojos oscuros me estudiaban disimuladamente, su mirada

o que dijo cuando estuve a su altura. Dió media

e las mucamas pasaba junto a mí para tenderle mi ropa y pedirle que la llevara a la lavandería para que se encargaran de ella. Eché a andar por el pasillo del lado opuesto al que

caporte y me adentré a la cueva del lobo sin perder la s

do, desde el cual se tenía una visita preciosa de la reserva del bosque de Vestskoven; e

amente y se dió la vuelta, me miró un segundo mientras caminaba hacia su escritorio. Yo continuaba parada cerca d

trasero, señor. El resto aún continúa en su

ntió en

jos —ordenó c

é sal

a a ser campa

arme. Cambié mi peso de un pie a otro con incomodidad y empuñé mis manos, hiriéndome la piel con mis propias uñas. R

esperé pacientemente a que él tomara la palabra, yo, por ningún motivo, iba a comenzar con un "Lo siento" que cl

los reposabrazos de su asiento de piel fina y d

blar? —cuestion

e decir —respondí

lpeó la madera de su escritorio, haciéndola crujir al mismo tiempo que su copa se tambalea

que puedes hacer lo que te venga en gan

mpuñar las manos

no se me ocurrió que eso era lo único que t

fuertemente lo

ué fue lo que me hizo salir corriendo de esa estúpida f

remarcando cada palabra con su dedo índice sobre el escritorio —. Cuando eras más joven lo dejé pasar; dejé pasar tu renuencia a los entrenamientos, a aprender a defenderte y a comenzar a involucrarte en el negocio… Después vino ese estúpido capricho por querer estudiar

supone que lidere de Krone si no me dejas tomar mis propias decisi

tantos dolores de cabeza como tú! —Quedé pasmada ante

nerme a pensar en todo lo que aquello significaba. Y no, por ningún motivo q

s cuchillos; estaban rojos e hinchados; la vena e

a, porque mi palabra aquí se obedece y no se cuestiona ¡¿Entendiste?!... —Palmeó con fuerza el escritorio. Una vez más, la mad

ones. Mi cerebro se aletargó, tratando de procesar sus palabras

on irremediablemente, los oídos se me ensordecieron

hé la voz de mi padre a

ero mu

r, mald

ue lo primero que salió de mis labios. Las palabras fue

mento lo único que quería era alejarme de e

parte inferior de su suéter de cashmere

e y poner la mejor cara de felici

del suéter entre ellas y tratando de controlar las

a y dirigirme a la salida, pero la voz d

z oscura —, André desaparec

rpo se

a. Agradecí estar de espaldas, porque, para cómo se encontraban la

e pareció eterno. Sabía que, aún sin ver

epararte

os y salí cor

nzaron a brotar de manera irreverente. Caminé por el pasillo, que en

lugar totalmente ajeno, un mundo paralelo en donde el dolor, la decepción y la traición reinaban. Subí corri

ton Rochester en un estado deplorable. Solo entonces comencé a comprenderlo, tal vez la presión del mundo en

onflictos con mi padre, no imaginaba la pre

a donde tiraría mi padre de la cuerda con la que me tenía sometida? ¿Cu

permití llorar por todo lo ocurrido en las últimas doce horas. Parecía irreal la manera en la que se había transformado mi vida de l

gurando que todo iba a estar bien. Necesitaba continuar aferrada a e

ndo. Quise dejar caer la bomba, que enfrentamos juntos a nuestros padres y lucháramos por lo

Era la voz

rma mecánica hasta mi cama, la cual ya se encontraba perfectamente tendida. Los recuerdos

rillo habitual, me miraba con pesar y tristeza, tal vez hasta con un poco de pena. Bajé la mirada

sto? —Mi voz ape

ta que ambas quedamos a la misma altura, levan

difícil, El

Sentía un coraje inmenso con mi padre, pero no era nada

el rostro de m

no te oculta nada… Todas las veces que hablamos du

os con Ilhan. Hace dos semanas me infor

as volvier

klan, Sten, nosotras... Nu

*

/

capítulo... Comienz

pareciendo l

ué creen que se venga tras el conocimiento sobre su c

por le

o, pequeños

Obtenga su bonus en la App

Abrir