Los tonos negros del arcoíris
uego de correr desde su habitación hasta la sala. Debía ser Aaron, esperaba su llama
ena excusa, Aaron Lee —le
es como una especie de ri
l departamento para ir por Aaron y advertirle
s sus preguntas podían incomodar a otros. No quería que Marcus se molestara más con él o que o
olo, pero no estaba solo. Para su sorpresa c
eguro de que volvería a sacar el tema de Marcus, además, conversaría con
e acerc
no primero. —Milus miró como Josh que se acercaba a ellos—.
i Marcus se enteraba podía armar un gran alboro
Aaron hacia
ones así?, ¿me
respondió. Comentarle a Aaron lo de Marcus y su exnovia podría ser arries
resentarlos, así tal vez dejaría de tener una mala idea de sus amigos, la que fuera que imaginara su turbule
su primer encuentro dedujo que tomaba gran parte de su tiempo libre para ejercitarse. Además, hacía unos días, mientr
a despacio y c
es? —mencionó sin
ó. Quiero p
onversar con ning
er
on indiferencia. Milus intentó que sus palabras
r la cena más tarde, y si no vienes entonces q
pondió con
an de malo sus amigos? Aaron era alegre y una maravillosa persona, y no se merecía que despreciaran su visita de esa manera. Su
Marcus está
óxima —respondió sin darle gran importan
ofesor
S
nico que podría oírnos es Marcus, y créeme, no está
ir a tu
varé galletas y
*
ninguno de sus amigos en casa y no le importó. Le gustaba la tranquilidad, y ahora no tendría ningún momento de paz debido a ese idiota. Y podía
el mundo. Sí, debía admitir que tenía razón, pero ¿qué más le quedaba? Su hermana era el único motivo para seguir respirando, y lo poco que podía hacer bien era tocar su música, aquella que le costó retomar después del accidente, ¿
ués pasó a sentarse frente al teclado para sacar algunas nuevas melodías en las que había estado pensando días atrás. El
escuchó
sus oídos pudieron captar a su cuidador, ¿le había sucedido algo? Caminó hacia
n afort
e tener u
n, cál
staban los hombres? Pero él le había dicho que no en una ocasión, ¿por qué le habría mentido?, ¿para traer a cuan
risitas.
*
ón. Era como un sueño. Tenía tan buena suerte, después de tantos malos tratos de parte del o
artar la vista del espectacular con el
r un orgasmo —s
llate! ¿Per
dijiste que lo conociste en tu pueblo, ¿no? —observó el rostro del tal Sean
expandir sus tiendas
impresión de que no tienen mucho en común, tú eres tan naturista, ale
de ser un hombre rico, pero
palabras con él una vez y le pareció muy atento. Le hubiera gustado tener la o
reparando una cena sencilla para tres personas. Aaron acomodó
se molestaría en ir con ellos. Y así fue, llamó a su puerta, pero na
mó un lugar
te, no
sión invitaría también a Casey y entre los tres pensarían en un plan para llamar
cus en el refrigerador y caminó hasta su recámara; después de lavar sus dientes se terminó por recostar en su cama
l balcón donde admiró el enorme espectacular de Sean Carter esperando que le ayudar
—se reprendió a él mismo—. Cie
ean y caminó hacia l
a en el microondas cuando te dé hambre, ¿sabes usarlo? —Suspiró—. No tienes
, pero no pudo hacerlo.
Marcus, abr
daño en el pasado, que procuraba no dejarlo solo por mucho tiempo, y mientras estaba en la Universidad n
odía encontrar todas las llaves de las puertas del departamento. Pero la chica había dicho que no
esperarse, al tercer intento se le cayeron al piso y cuando la recogió para seguir intentando,
e volvía
das cuenta de l
mueca de desagrado antes de darle la espalda y volver a la cama do
qué no respondes ni abres la puerta?! —Gritó detrá
, tu voz es
desconsiderado. Creí… cre
oda su atención en él. Aplastó el bot
lorando? —preguntó
impió sus lágrimas con una de sus manos
hubiera hecho daño, tocó sus muñecas, examinó su cuello, su rostro, brazos…
arte a ti y a tu novio tener relaciones en el c
—Marcus
rre—. Ahora llévate tu falsa preocupación fuera de mi dormitorio. De lo contrario voy a creer q
retó los
no eres un hombre p
ndo un p
la puerta por donde había salido. Algo se había estrellado del ot
ar
con mis cinco sentidos funcionando. Me lo
cha,
impo
a tan grande, todo
o que provocó una fuerte confusión en el otro ¡Lo estaba besando a él, al ogro! Milus se permitió abri
sto? —dijo aún
se s
ó con las mejillas
? Había besado a Marcus, el antipático, grosero, y por desgracia, atractivo