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Los tonos negros del arcoíris

Capítulo 6 Llamada

Palabras:2340    |    Actualizado en: 19/06/2022

do y no se le veían ganas de nada más que eso, aunque de vez en cuando salía de su habitación para encender el televisor y escuchar las noticias. Así que después de pensarlo mucho, se le oc

ara preparar una cena para cuatro personas,

ara escuchar las noticias en la sala, así que se acercó para ofrecerle el plato. Para su sorpresa se levantó directo al

taría que llegando aquí tuviera que preocuparse por la cena —comentó, probando de vez en cuando la comida—. Me gustaría comprar lo que utilizaré

le reprochó el otro chico, quien

r amable y tener

s irritante. Me g

ierto —r

pero estaba seguro de que no le gustaba la soledad, después de todo había hecho un berrinche cuando supo que su hermana Sunny se iría a trabajar fuera de la ciudad, supuso entonces que no le g

a estar sol

hablando solo. Pudo dejarlo por la paz, pero estaba enojado con él por no afrontar las cos

, pero no dejaría que su actitud volviera a lastimarlo, no le gustaba llorar y Marcus parecía ser de esas personas especializadas en lograrlo—. Te encierras aquí todo el día y no sales del departamento, le haces

do ambos cuerpos. Entonces Marcus hizo algo que no se esperaba, dio un paso frente a él, logrando que ambos cuerpos chocaran. Estaba clarísimo que

uerza. Milus volvió a perder el equilibrio donde le esperaba una caída, pero antes de

turbación. Ciertamente, el chico de cabello castaño era más pesado que él, pero no pensó en ello, se dedicó a observar aquellos ojos perdidos que tenía a escasa distancia. Marcus no era su t

enseguida y acomodó su camiseta que había quedado arrugada. Hubo un corto silencio bastante incómodo donde ninguno dijo n

ar respuesta. ¿Qué cosa acababa de suceder?, porque no entendía nada. Se

*

ue solo escuchaba el sonido del teclado. No había probado bocado alguno desde el desayuno pese a que la comida estaba preparada mucho tiempo atrás

or el mismo camino. Suspiró con cansancio, se volvería loco en ese lugar; había hablado con unos cuantos vecinos, pero solo palabras cortas, Josh era quien le había parecido más amable,

on Aaron unos minutos y salvar lo poco que le quedaba de su vida social.

hablar, Marcus se la pasa encerrado y solo intenta intimidarme,

undo —respondió con la respiración agitada—. El prof

al que

en el comedor conversando tranquilamente con algunos compañeros, entonces él lle

a alguien más detrás de ti,

. Han pasado cosas que no te he contado, pero ahora

idad —lo animó, pero presentía que Aa

sa mirada fue… no los sé, no encuentro pala

más, él no tiene idea de que te gusta, ¿no?, solo da tu pal

i era tan buena idea, ¿y si le daba un ataque de pánico? Peor aún, ¿si comenzaba a

se enterará, ¿qué dices? —No deseaba pasar un día más aburriéndose hasta morir, Aaron er

o, acordaron reunirse mañana viernes a las cinco de la tarde. Milus estuvo bastante feliz luego de colgar la llamada. Pero cuando se disponía a marc

rostro de fastidio mientras esperaba una explicación a lo que acababa de oí

e haces? —preguntó

fono, espero que no te

rden. Milus no pudo evitar abrir la boca, demasiado sorprendi

! —Respondió en un tono de voz más alto—. Aaro

de tus amigos pise este departamento. Y si sales no dejaré

te guste o no! ¡Y no pienso seguir las órdenes de un tipo con un humor tan odioso! Por

l adorno de vidrio que se encontraba cayó al suelo quebrándose en varios pedazos. Poco le importó porque volvió a caminar hacia él ignorando lo gri

idió, esta vez c

ncargaría de ello. Se dispuso a recoger los vidrios con cuidado, mientras le repetía a Marcus una y otra vez que no se levantara por si aú

su sorpresa al ver a Joshua del otro lado. Tenía en sus manos un pequeño pastel de vainilla y una sola botella de alcoh

que pasara?— Lo siento, pero creo que este no es el mejor momento —dio un pequeñ

Necesito hablar con

arcus no está listo para escucharte. Así que te agradezco t

castaño, era mejor aceptar y olvidar, solo así podría recuperar su vida. Volvió hacia la sala y comenzó a tratar la herida. No dijo nada mientras pasaba el alg

r —las repentinas palabras lo dejaron a

rían hablar uno de estos

hablaré co

sentó al lado de él y permanecieron algunos minutos más en silencio, entonces Milus lo recordó

N

aba un poco caminar debido a la herida de su dedo, así que no insistió más. Corrió hast

erida, no tengo parálisis m

mporta —

que no habían probado y cenaron juntos en la habitación del castaño. Su alegría fue bastante aparente pues el joven había escuchado su cha

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