La mujer de los tres dominnantes
or Omni
e la calle. Ya no había casi nada de personas, y era debido a l
la conclusión de que sería imposible y peligroso, llevar a la débil mujer en ese pequeño espa
la avenida, le indicó a
es, lo hizo. Alzó la mano,
sa chica en el asiento trasero, mientras
la mujer que, claramente, estaban socorriendo. Pero su reacción fue inm
e cualquiera, se veía prá
dijo Jackson a Jeremy, asománd
ás con
el camino hac
o la llevaremos
que no
no podía decir, ni una palabra. Nada le aseguraba de que los jóvenes eran inofensiv
ares, se cruzaría con alguna escena parecida. Tenía claro, q
gación, si deseaba llevar dinero de regre
asintió. Entonces el rubio corrió hacia su moto, y con toda pr
a abandonada, que por fuera se veía como un edifici
bien llegaron, saliendo del
has visto nu
contestó
asa, Jeremy. De verdad, estás
lame
con mal gesto. Y con arrepentimiento, se ace
e veía más pál
estábamos buscando ―le dijo impaciente mientras se acercaba, sin embargo, cuand
uestionó: ―¿Q
or la calle, y fui obligado a t
na señal para que lo siguiera―. ¡Ven rápido!
icamentos, que, siempre venía a ayudarlos c
gado bien, pero hicieron la
era, y luego corrió detrás de ellos, c
*
a iniciado a limpiar con un paño mojado, sobre el rostro de la misteriosa chica. Su propósito era ayudarla a b
se llevó una sorpresa muy grande. Resultó que la
pensó dentro de él con mucha pena, acomodándole
ue ella también tenía el mismo color de cabel
que su madre era la única mujer que manejaba un color tan único, sin embargo, acababa de descubrir que aq
su imagen se le había incrustado en el corazón. Por ese m
bebiendo una cerveza con el resto de sus amigos de la pandilla. Conversaban de cosas irrelev
no entrometerse más de lo que ya había hecho. No quería molestarse innecesar
tarde, Johana
la mujer que había ing
―le cuestionó
leggin metálico y chaleco de cuero negro, en donde ex
asi
poco en su capacidad, pero no tenía en
e su labio, y rodando los ojos, se acercó a la c
do abiertamente el cicle dentro de su boc
cimiento, así que no era demasiado alto. Aparte de eso, su rostro de niño definit
o ves raro que yo esté aquí?. He visto v
a de vestir, es claro que eres un niño rico. Deberías tener cuidado por dón
pelirrojo un poco incómodo―. No hay tiempo de
as, y ahora sí prestó
uego la destapó de la s
―gritó impactada al detallar el
o sab
ó a examinarla, notando a su paso que tenía un
e la cabeza se detuvo. N
irrojo ―blanco de la tela, y rojo por l
vergonzado, se vo
resa, una sorpresa agria―. Si no me equivoco, esta mujer hac
stante con cara de desconcierto―. P
asiado, no creo que dure mu
ero y
guntas a mí?
ercó a Johana y la tomó de los hombr
ho algo así, solamente he ayudado a los chicos con sus cortes y heridas de balas. En cambio, esta chica ha
con los que ve
―le dijo, ella con resignación
es, replicó: ―Un doctor. ¡E
que llegue a tiempo al hospita
pondió, él aparentemente decidido, a
madre cuando el cruzaba los seis años. Ella en una terrible escena traumática, murió delante de sus oj
él que debía ayudar a la joven, como no p
car a Jackson. Ni bien le encontró, l
? Nadie pued
ón de sangre. ¡Esto es urgen
Jeremy. Si ese es su des
ota! ―le grit
o e inescrupuloso. Por lo tanto, sin querer di
se decidió dirigirse al cuart
ía de hacer, hasta que de pronto su mente se iluminó, cuando r
k, el secretario de su padre. Él era co
dudó, pero decid
*
ntro, se estacionaron fuera de la fábrica. Todos los vagos d
a a Jeremy, se acercó y le cuestio
se momento salió Clarck del auto, con su traje de lino neg
al hombre con una reverencia. Jackson al descubrir lo qu
ándose los lentes y los guardó en su bolsillo―. Me sorpre
Clarck. ―Jeremy, se disc
ú Jac
qu
o saben en lo
ciocho y puedo realiz
dad, pero aún sigues bajo
los dientes, y rodó
le como siempre
tiempo. ¿Hizo lo que le pedí? ―
actitud del joven rebelde. Luego retiró el celular de su bolsill
Haensen, que s
e canoso, acompañado de una enfermera. Ellos
os, agradeció al secretario Clarck, y de