icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

La cortina de cristal

Capítulo 7 Cap. 7: Sorpresa

Palabras:2812    |    Actualizado en: 14/04/2022

su frialdad habitual. Seguramente porque estaba conve

ace falta que lo decidas ahora mismo.

ró su proposición durante largo rato. Posiblemente él tenía

rante e

taba. Michael Escotet no miraba más allá del final d

Hunter se incorporó mientras ella se ponía la bata y

tentempié de median

orejas y salió tr

¿eh? Michael y tú respondéis mu

uvo la boca cerrada y permaneció alerta mientras Clare sacaba una galleta para perro y se

no puede dejar de preguntarse cómo te las arreglabas para alimentarte antes de que yo apareciera. -Hunter abrió la boca intentando componer, seguramente,

as semanas antes. Todavía estaba intentando quitarse de la cabeza el último párrafo del capítulo que había leído el día anterior. Dud

encia tan inocente. Un monstruo debía parecer un monstruo. Había que ser capaz de distinguir entre el bien y el mal al primer vistazo.

rró el libro. Sabía que no debía leerlo a

nos moriremos de miedo. ¿De dónde crees que saca sus ideas un escritor

-

de Adam Campos estaba encima de la mesa, junto a la p

ichael es más bien celoso. Y además es arrogante, orgulloso y capaz de sentir rencor

r <<¿a quién le importa?>>. Luego bostezó y

-

xtendía por el valle. A lo lejos, la cascada de la Prisionera derramaba su plata por los risco

exactamente el efecto que temía: había av

ridículo no compartir la misma casa durante el verano. Clare no parecía de las que se preocupa

render cuánto deseaba conocerla mejor ahora qu

l. En segundo lugar, Clare ni siquiera era su tipo. Era demasiado introvertida y estaba demasiado se

mbre. Había que esforzarse mucho para convencerla de que los hombres tenían sus ventajas, aunque

se sus propias reglas, y decidida. Ella nunca esperaría que alguien la sacara de un lío en el que se hubiera metido. Era evidente que lleva

erto con suma satisfacción que pod

infi

afos escritos y se levantó. Llevaba trabajando desde las seis. Ya casi era la hora de ir a recoger el correo. Si llegaba a la oficina de

lí. Pero su sonrisa se desvaneció al recordar la carta que ella había recibido el día anterior. Confiaba en que esa mañana no estu

le rogaba a Clare que volviera a su antiguo trabajo, y había algo en el tono de aquella súplica que molestaba prof

ck de cuatro puertas de Clare. Hunter lo miró con

no puedes hacer nada

rte, que se le oyó a

, Es

Eddy Rivera lo estaba saludando desde el ot

ías, Eddy

ndo habitual: unos pantalones del ejército muy descoloridos, unas pesadas botas y una gorra de visera. Iba limpi

ndo que bajaras esta mañana. ¿Qué te parece s

r más tiempo. Veinte años era mucho tiempo, pero no podía olvidar que, en otra época

Eddy, en

asa esta tarde.

er una tarde bebiendo con Eddy Rivera. Tenía

che estoy oc

realmente buena. Parece muy fría con esas ropas ta

digas,

ertencia. Luego su sonrisa se hizo más amp

, ¿cuándo quieres que tomemos esa cerveza? Tenemos muchas

jor sería fijar una cit

por las mañanas. Me pasaré por tu casa por l

ece genial -dijo Rivera

r al otro lado de la calle. La gente d

lo mismo decían d

n empleo a tiempo completo, así que tal vez respecto a él también se hubieran equivocado. Era evidente que Riv

ivocado. Ni Michael ni Rivera habían acabado en la cárcel

ciertos lazos. Se tomaría esa cerveza con Edd

s, guardando un fajo de cartas en su gran bolso de piel

y besándola en la boca delante de Luisa y de un puñ

jos de todo el mundo. Si había alguien en el pueblo que ignorara que Michael Escotet seguramente se acostaba con aq

echo al ver el leve rubor

jo Clare con frial

on deliberada satisfacción sensual mientras se ace

a darle un largo sobre blanco que llevab

ría la sensación de perplejidad y alegría que exper

enar esta noche -avanzó hacia ella con una amplia sonrisa, pero se detuvo bruscamente c

a, p

la puerta. Su hijo era la última persona a la que esperaba encontrarse allí esa m

samente los hombros de una bellísima pelirroja, menuda

e trabajaba. Estará dos semanas cerrado. Así que decidí venir a hacerte una visita. Le p

ndo con evidente interés. Se recuperó rápidamente e hizo las presentaciones-. Clar

dales que Michael le había inculcado tras leer un libro sobre

rte, Matthew -respon

miró a s

eh, una amiga mía. Roxana, pe

jo Roxana con voz suave y tímida, clavando los ojos

co el corazón. Una terrible premonición comenzó a tomar forma en su cerebro. Intentó reprimirla. No había necesidad de de

gusten mis libros -miró a Clare y v

mo que, cuando yo conocí a Michael, no tenía ni la más ligera idea

chael-. Es incapaz de ac

areció a

s una de l

o del terror llegó a las listas de best-sellers

ra en lo que se refiere a la literatura de terror.

ew y tú, Roxana, podéis seguirme hasta casa de la tía Jesse. Estaré con

eñaló con la cabeza el bonito Mazda biplaza que Mich

leta de Roxana Lambert mientras la chica c

en los vaqueros -dijo Clare lacónicamente-. Pero

ra Matthew también. O puede que él sea de

o menos de

a puerta del lado del conductor del Buick y agarró ligerame

ara sacar el hocico por la ventanilla abierta, muy cerca del musl

ro i

atisfecho por haber logra

a pelearse

pensaba ir a cenar a tu casa esta noche otr

ce mucho a ti. S

e su madre -dijo Mic

asqueó l

amiliares. Elizabeth Velut

hablar de los ojos de Matthew. Como te dec

o si

ero ahora tendremos

que tuviér

el inclinó la cabeza y la besó-. Bueno, entonces -dijo un momento después- cómo te iba diciendo, tendr

ew sabe

eñé a leer lib

e so

l? Creo que has debido d

ecto a ser padre es que uno sobrevivió y

besó ligeramente-. Anoche me quedé impresionada. Tenías r

vemos a las cinco. D

Obtenga su bonus en la App

Abrir
1 Capítulo 1 Cap. 1: A mi regreso2 Capítulo 2 Cap. 2: Encantos3 Capítulo 3 Cap. 3: Encontrando el pasado4 Capítulo 4 Cap. 4: Disculpas5 Capítulo 5 Cap. 5: Pétalos de pasión6 Capítulo 6 Cap. 6: El ocaso7 Capítulo 7 Cap. 7: Sorpresa8 Capítulo 8 Cap. 8: La Cena9 Capítulo 9 Cap. 9: Decisiones10 Capítulo 10 Cap. 10: La cascada de la Prisionera11 Capítulo 11 :Seduciendo al ocaso I12 Capítulo 12 Seduciendo al ocaso II13 Capítulo 13 : Sucesos del pasado14 Capítulo 14 : Elizabeth Velutini15 Capítulo 15 : La sombra16 Capítulo 16 : Aprender a confiar17 Capítulo 17 : Aprender a confiar II18 Capítulo 18 : Encuentros19 Capítulo 19 : Malentendidos20 Capítulo 20 : Malentendidos II21 Capítulo 21 : La sombra oculta22 Capítulo 22 : La sombra oculta II23 Capítulo 23 : Comandante de la policía24 Capítulo 24 : Comandante de la policía II25 Capítulo 25 : El intruso26 Capítulo 26 : El intruso II27 Capítulo 27 : La noticia28 Capítulo 28 : La noticia II29 Capítulo 29 : La Cena30 Capítulo 30 : La cena II31 Capítulo 31 : Pasados oscuros32 Capítulo 32 : Pasados oscuro II33 Capítulo 33 : Oficina de envíos34 Capítulo 34 : Oficina de envíos II35 Capítulo 35 : Oficina de envíos III36 Capítulo 36 : Oficina de envíos IV37 Capítulo 37 : Fiesta38 Capítulo 38 : Al fin juntos39 Capítulo 39 : Al fin juntos II40 Capítulo 40 : Desacuerdos41 Capítulo 41 : Desacuerdos II42 Capítulo 42 : Persecución43 Capítulo 43 : Persecución II44 Capítulo 44 : Persecución III45 Capítulo 45 : Persecución IV46 Capítulo 46 : Disputa47 Capítulo 47 : Disputa II48 Capítulo 48 : Nueva vida49 Capítulo 49 : Nueva vida II50 Capítulo 50 : La gota que derramó el vaso51 Capítulo 51 : Incordio52 Capítulo 52 : Incordio II53 Capítulo 53 : Bajó el mismo efecto54 Capítulo 54 : Bajó el mismo efecto II55 Capítulo 55 : Decisiones56 Capítulo 56 : Decisiones II57 Capítulo 57 : Tregua58 Capítulo 58 : Convalecencia59 Capítulo 59 : Convalecencia II60 Capítulo 60 : Rivales61 Capítulo 61 : La verdad62 Capítulo 62 : La Verdad II63 Capítulo 63 : Más allá de la oscuridad64 Capítulo 64 : Destino65 Capítulo 65 : Destino II66 Capítulo 66 : Destino III67 Capítulo 67 Epílogo