En el nombre de Los Hicks
su escritorio, reclinado en el sillón y con las piernas cruzadas sobre el mismo. S
cia él–. Llegas tarde, ¿se te olvidó que esta mañana era la reunión con los accionistas? No me dig
escritorio–. Pido disculpas por la tardanza, pero Norma
ne? Tengo días que no
o y no era nada. Algo relacionad
sorpresa, aplaudió una y vez chasqueó los dedos de la mano derecha–. ¡Ya sé! ¿No será
sabe de sus intentos por tener hijos? ¿Cómo es posible que lo sepa si lo
ue lo delate–. Norma y yo no estamos interesados en estos mome
primo. Necesitas un hereder
os segundos, y luego se dio medi
juntas –le dijo–. Te esperamos. Hay
ntes, luego buscó en una de las gavetas de su escritorio una carpeta y la sacó, revisó los documen
tas, donde cada planta representaba una sección operativa o administrativa de la misma, siendo la últi
onistas para evaluar lo que para él era una leve pero preocupante baja en la cotización de las acciones de la empresa, producto de algunos problemas con una de las concesionarias de la empresa encargadas de extraer el oro en una de las minas de la corporación ubicada en el Estado de Nevada. Esos problemas tenían q
as y rumores había alguien interesado en hacerle daño a la empresa, y ya estaba comenzando a hacer sus propias indagaciones, aunque ya tenía a un po
upó su lugar a la cabeza de la gran mesa en el centro del recinto. Louis conversaba con dos de ellos e
a convocado para aclarar los rumores sobre los proble-mas que at
ciones de la empresa han caído levemente por esa causa, lo que ha despertado cierta preoc
s cotizaciones. Aquí tengo en esta carpeta copias certificadas de todos los permisos de la empresa Maxwell-Raines Incorporated, la cual está al día con los mismos y los cuales yo mismo me encargué de verificar con los entes gubernamentales. Mi secretaria les hará ll
evemente y le miraba a su vez con cara de «me has gana
quiero pensar que tras estar tantos años a la cabeza de esta empresa te comiences a confiar de tal macó Nathan–, y cuando tienes tanta como yo
o, primo,
intenciones de Louis de quitarle el liderazgo a su primo en la empresa, pero preferían mantenerse al margen d
poración. No es saludable tratar de confundir a la opinión pública con chismes y comentarios malsanos, tomando un leve descenso en las acciones
do Robert Ickovitch–, creo que todo ha sido aclarado, y espero que en lo sucesivo no se nos haga perder el
trañable amigo del padre de Nathan, sabía las inten
atando de asumir una postura de ataque frente al mismo–, solo e
de su asiento–, y yo, particularmente, no toleraré otro llamado a reunión como este,
euniones, los demás hicieron lo mismo, despidiéndose
eron distinciones entre ellos –dijo Nathan–, y no hubier
r, jugueteando con sus dedos y haciendo c
lmente, sin quitar la vista de los círculos imaginarios que dibujaba en la mesa–, y él se
sta empresa lo que es hoy en día. Es cierto que mi padre, por ser el graduado universitario, siempre estuv
a que de repente se detuvo y levantó
ó, cediéndote el control de todo a ti, que acababas de graduarte de la universidad. Mi padre mur
rdiciara tu talento... Sí, Louis, que no dejara de tenerte a mi lado, como siempre lo he hecho, ¿y ahora me vienes con todo ese cuento de quién fue mejor que quien? ¿De dónde sacas esas ideas? Desde que también te graduaste he procurado ten
sosteniéndole la mirada, se detuvo a su lado, y sin decir n
ara más de todo aquello que le afectaba, y que l