En el nombre de Los Hicks
Hicks y comenzó a limpiar el gel que momentos antes le había aplicado. Cuando te
al lado del ecógrafo–, el sangrado que tuvo fue por el desprendimiento del óvulo. De
a, quien dejó escapar una lágrima
e dijo Nathan casi con un s
a vez que tratamos a petición suya, por lo general cuando el útero rechaza los óvulos implantados en dos oportunidades e
el doctor le extendió una servilleta de papel–, tendremos
alguna forma de lograr que salgas embarazada, no
azada, señor Hicks –dijo el doctor–. Es definitivo. Sin
–. ¿Adoptar? Esa sería nuestra última o
a bajar de la camilla, para luego sentarse también en las sillas fren
u hijo; le implantamos un óvulo de la señora Hicks fecundado con su esperma y ¡listo! Tienen un bebé a los nueve
opuesta–. Muchas parejas han hecho eso y logran
pesar de todo trataba de recomp
tienen problemas? ¿Si no qui
tó Holloway–. Hasta ahora he logrado fecundarlos satisfactor
decide no entregar al bebé? Puede
o suceda. Además, no será biológicamente hijo de esa mujer, así lo haya llevado en su vientre nueve meses. Será de ustedes porque tendrá e
intentarlo, siempre y cuando usted siga al
, si me traen a una buena can
mos –dijo Nathan–. En los próximo
uardar silencio durante todo el camino. De vez en cuando escuchaba a la pareja decirse alguna que otra cosa
n la casa, Bernard, y lu
d diga, se
Norma Hicks en la misma y luego siguió camino hacia la empresa de sus jefes. Durante el trayecto no cruzó palabra alguna con Nathan, y
athan luego de un rato y cuando estaban a punto de llegar a su empresa–. Mi e
i incumbencia su vida privada. Usted me contrató para ser su chofer, no
e pensar. Era solo para asegurarme de q
hacerlo bien. De todas formas, si tiene algo que decirme para que no me
refieres? N
usted, su familia y el resto de sus trabajadores, me gustaría saber a qué atenerme con todos ellos, para que no me
l control de la empresa, y entre los dos no me destruyan a mí, aunque mi hermana últimamente ha estado un poco alejada de todo esto, procurando no meterse en el manejo de la empresa para no echar por tierra todo lo que mis padres y yo hemos hecho por ella todos estos años, y por supuesto, porque amenacé con quitarle algunos de sus «beneficios» y lujos con los que ha contado desde
malo
de las personas que tengan cerca, pues siempre tendrán q
discreción y confianza, señor
víboras, Bernard –Nathan sonrió apenas mientras le de