Vendida a la Bratva: La Traición de Mi Esposo
n Fer
iato. La muerte era dem
deliberado de mis zapatos de cuero italiano sobre
de la caja, dejando caer la manzana. Rodó por
e por su
err
a en la rótula antes de que su
rado. Gritó y se derrumbó, agarrando su pierna destrozad
o todo color. Miró de Marco a mí, su
a Dios! ¡Me obligó
iéndose en el suelo
hé -dije
se c
-dije, acercándome-. Es
néticamente-. Entendiste mal. ¡Le esta
a tu teléf
Qu
uea. Tu.
anto que casi se le cae. Finalmente, l
jes a Marco.
Llama primero sobre Sofía.
mente se cree la histo
ejar esta vida aburrida.
trás. Siete
Marco. Nos sacamos la loter
cosa fría y sólida en mi pecho. No
u, su confianza. La había enviado al infierno y de regres
pregunté, mi voz peli
Lucía-. ¡Se fu
ste el secuestro de
enc
el sonido resonando efuera! ¡Ella lo tenía todo! ¡El nombre, el estatus, a ti
ía, agarrando su
e -le dij
or favor,
s mío -dije-.
dejando un grueso rastro de sang
-. Y luego, voy a e
ró en mi bolsil
ibró de nuev
lesto. Un en
to. Está circulando en
e c
de seguridad de un club. C
mbres del cártel rival. El mismo cártel con el
. Estaba vendiendo secreto
olo una mentirosa
traidores no obtienen
é hacia
-. Antes de q
a. Tenía que decirle que t
la mirada en sus ojos cu
e engañó. Era el enemigo