Vendida a la Bratva: La Traición de Mi Esposo
le se disolvió
a Damián intentar
, dirigiéndome ciegamente hacia el santuario del toc
costillas, un ritmo frenético q
oble y giré la cerradura, derrumbánd
ergamino, labios manchados de un rojo violento
e la cerradura girando cong
la v
estaba
uesto que sí. Había sido la dueña de esta mansi
a perra
ho añicos. Su rostro estaba contorsionado, to
inast
voz temblando-. Un concepto que t
amente -o quizás posesivamente- sobre su estómago. Era
es que avergonzarlo en público te l
ía -susurré-. No pued
y quebradizo que rechinó con
comparados con lo que Damián hará ahora. ¿Y sabe
con
andonó mis
me había amado sin condiciones antes de qu
r el champán en su aliento-. Mientras no estabas. Quería pagar tu rescate
agarrando los hombros de Lucía
rió Lucía, sus ojos brillando con malicia-. Estaba hac
inclinó so
oja se filtró
a. M
pa. Por cu
ucía, no para lastimar al bebé, sino porque la necesitaba
Golpeó la pared con un r
sus ojos
se. Vio la madera crujir mientra
ba entrando
segundo, el cálculo
deliberadamente contra el gran exposito
do fue ens
ristal por los aires. La habitación se llenó instantáneam
suelo en medio de los
jó! ¡Está tratando
ó de golpe con un
aptó la escena al instante: Lucía en el suelo, rodeada de cristales
una exp
de sangre en el
os guardias que entraba
os con una fuerza de tornillo. Lu
o! ¡Damián, ell
o me
precisión clínica. Cuando finalmente levantó la vista
la al tec