Escuché su mente: El arrepentimiento del Don
lvió a casa
ó a casa la n
su oficina, ahogando sus "penas" en u
a habitación
llo
nado con la
a pla
, me vestí. U
ofesional.
hasta
rar, aunque sus ojos se desv
sab
lo s
endo en desgracia, y todos te
, ignorando las miradas ardientes
aleras hasta
erta de la ofi
eramente e
del interior.
tono grave del C
al, Dante -
fatal -gr
un vaso contra otro
li-. Se está convirtiendo en una dis
len -esp
u casa -presionó Vitali-. Dicen
ilidad -dijo Dante, su
ás pasando las noches aquí, mientras
la res
s a la rendij
ra el
to de la
te-. Es fría. Es exigente.
las palabras no dichas: *Solo quiero pa
i tuvieras que elegir. ¿La deud
ncio largo y
contra mis costillas
ilia está muerta por mi culpa. Elena... Elena es una Vi
necesita.
igió
ue la a
o era lo suficientemente
astigando p
té de l
sintió físico, como un cuchill
claridad me invadi
a ra
hecha d
rro no s
pea
puerta par
ó la vista,
r, los ojos inyectados en sa
na fracción de s
muro se
oz endureciéndose-
-dije-.
cia su es
ré a
sobre de
había u
ocument
renu
untó Dante, mirando
rimonio es un contr
re en el escri
umpliendo
runció
gar, Elena.
hago
i mano i
l anillo d
pe
peso de m
aer sobre
que resonó en la h
edó mirando
tro pa
o lo h
, Dant
ré y
na! -
e de
avesé el salón y salí a
í a mi
a la
ta la estac
no empezó
nt
no por la ventan
visor cómo se hacía añ
enc
alm