icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

La hermana que él despreció, ahora adorada

Capítulo 5 

Palabras:1962    |    Actualizado en: Hoy, a las 18:57

Garz

vés del suelo. Camila se quedó en su habitación esa noche, sus susurros ahogados y risitas ocasionale

Cada tic-tac del reloj era un paso más cerca de la libertad, y una vida más lejos de él. Me palp

do rastro de Alejandro de mi existencia, tanto física como digital. Mi habitación, que una vez fue una explosión caótica de telas y bocetos insp

as. Su felicidad, transmitida para que el mundo la viera, era un recordatorio constante y abrasador de mi propia devastación silenciosa. Nuestros caminos se habían separado por comp

sonó, una intrusión b

uché rápidamente, el agua caliente un alivio temporal del dolor frío en mi interior. Mientras me vestía, vislumbré mi reflejo.

imo adiós a este pueblo sofocante. Debatí saltármela, pero una parte obstinada d

s, rostros familiares en un paisaje desconocido, me saludaron con abrazos y charlas emociona

ó Sara, mi amiga más antigua

nrisa, levan

zos -repetí, las palab

asentó en un calor sordo en mi estómago. Quería sentir algo más qu

úsica parecía más fuerte, la risa más genuina. Una ligereza vertiginosa se apoderó de

e -le murmuré a Sara, al

de la fiesta. Caminé sin rumbo, dejando que la brisa acariciara mi rostro

jan

za echada hacia atrás en una carcajada. Se veía encantador sin esfuerzo, carismático, el centro

r la mirada, darme la vuelta, disolverme en las sombras. Pero mis pies se sent

as, con las cabezas juntas, se rieron-. ¡A

cia ellas, la neblina del alcoho

alabra fue u

un poco loca tratando de que él hablara con Sofía, y él simplemente explotó. Dijo qu

o y peligroso, se encendió en mi pecho, una brasa desesperada y moribunda. Pero ent

llas. Conocía su voz. El

. Porque estaba cansado de mi supuesto "drama". Porque estaba can

más fuerte esta vez. El alcohol, e

cortando la neblina. Él nunca me amó. Solo ama

o. Había sido posesivo. No había estado alentando mis sueños. Los había estado m

se estaba despojand

l. Implacable. Y abso

de estabilizarme. Mi cabeza daba v

mano se posó en mi brazo. Un agarre firme. M

jan

s, nublados con algo que no pude descifrar.

tás bien? Te

a ternura de años atrás, envió un escalofrío por mi espalda. Mi cuerpo reaccionó antes de que

ería decir tantas cosas. Me voy. V

y melodiosa cortó el aire,

ariño! ¡A

mi

fante sonrisa en su rostro. Corrió hacia Alejandro, rodeando

r todas partes! ¿Por qu

us ojos, que habían mantenido esa emoción indescifrable, ahora se en

re, mi amor. Y encontré a S

una fracción de segundo, luego reaparecie

Te ves un poco mareada.

surrando lo suficientemen

an frágil, ¿no

e que una vez llenó mi mundo de calidez. Levant

Te llevaré a cas

o engreído y victorioso en sus profundidades. Se fueron, su brazo todavía alrededo

cabeza estaba clara ahora, la neblina del alcohol completamente desaparecida, reemplazad

ras? -La voz de Sara, teñida de

as lágrimas corrían por mi rostro, calientes y silenciosas

demasiado ponche,

fruncido-. Y acabo de ver a Alejandro irse con C

plana-. Pero luego camb

sus

o contigo, siempre cuidándote. -Me apretó el brazo-. Recuerdo cuando se mudó por

mayor. Inseparables. El pasado, idealizado y distorsiona

sta de emoción-. La gente cambia. Ambo

lgica en su rostro-. Es una lástima. Us

al. Una ilusión.

ofundo cansancio apoderándos

ndose como un adiós a una parte de mí misma. Al salir, la lluvia había com

estacionado justo al final de la calle. Camila, con la cab

ventanilla, su e

estado esperando. Sube, te llevo a ca

tándome la chaqueta con

-. Está lloviendo a cánta

sonrisa empalagosamen

te preocupes, Sofía, no nos importa. Estamos acostumbrados a que nos acomp

Paseo familiar. La vieja dinámica

abía terminado. Que me iba. Q

luego a Camila, y de nuevo a Alejandro. Su rostro e

je, mi voz ape

dentro, la tela fría y húmeda de mi

través de los charcos. Camila, en el asiento de

ndo en mis huesos. Alejandro se estiró, tomó una manta de

princesa -murmuró, s

o por mí. Arropándome, cubriéndome con una manta cuando me quedaba dormida e

parte de atrás. La lluvia corría por las ventanillas, reflejando la

l e innegable. Él nunca me el

ía que dejarlo ir. Y tení

Obtenga su bonus en la App

Abrir