icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

La hermana que él despreció, ahora adorada

Capítulo 9 

Palabras:1331    |    Actualizado en: Hoy, a las 18:57

Garz

ventanilla, observando cómo el mosaico de pueblos y campos se encogía hasta el olvido. Una profunda sensación de liberación me invadió,

iento. No el tipo que aplasta el alma y que me había atormentado durante semanas, sino la pacífica secuela de una batalla librada y ganada. Por

iado y café reciclado. La luz del sol entraba a raudales por las ventanillas, bañando la

a anticipación, una frágil espera

mas, un caleidoscopio de rostros, un mundo alejado de la sofocante familiaridad de mi antigua vida

ces l

dadosamente peinado, su traje oscuro impecablemente entallado. Parecía mayor, quizás, con algunas líneas más ma

sa se extendió por su rostro. Caminó

mbó, su voz cá

a de su costosa loción, familiar y reconfortante, llenó mis fosas nasales. Sentí un

mi voz espesa por las

n poco, las emociones reprimidas finalmente encontrando una salid

murmuró-. Ya estás a

rosas, me aparté, secándome los ojos con el

to. Vuel

us ojos b

onozco a mi pequeña Sofía. Pero creo que me gusta. -Me apretó el hombro-

onrisa genu

almente lo miré-. Te ves bien, tío.

o displicent

bien, de hecho. Y me alegro de que finalmente estés aquí para compar

que mi antiguo pueblo se sintiera como un sueño lejano. La ciud

edán negro, el tío Gerardo

una mudanza permanente

irada, mi res

No voy a volv

una mirada de comp

sonrisa en su rostro-. Ya he arreglado algo para ti. Una beca en Parsons es solo el comienzo. También moví algunos hilos. Hay un pequeño estudio de

pasantía? ¿Con un arquitecto de renombr

o, has hech

o más presente cuando crecías. Tu madre... bueno, digamos que tenía sus propias prioridades. -Suspiró, un toque de arrepentim

eté la

tío. Estás

iló, su mirada per

na noticia? ¿Cómo está

dolor fantasma. Mantuve m

ero, borré mis redes sociales. Ahora tiene a Camila. Y su fie

izándose. Pareció sentir el dolor no dicho, el muro cuidado

-Sonrió, una sonrisa genuina y reconfortante-. Este es tu momento, So

iudad, Alejandro Lobo miraba fijamente la pantalla de su computadora. Los correos electrónicos se acumulaban, sin leer

a ensordecedor, un vacío enorme donde su presencia habitual, casi sofocante, solía estar. Cada año, sin falta, le enviaba un sincero

ntando por su cumpleaños. La había ignorado, irritado, preocupado po

pregunta mundana sobre la cena, era de hacía días. Había respondido con un gruñido. Recordó su rostro cuando Camila la había menospreciado, su

cualquier discusión, cualquier

, todo sonrisas, copas de champán en mano. "¡Celebraciones tempra

su propio corazón vacío. Las celebraciones

ño! ¡No olvides nuestra cena de esta noche! ¡Mis padres están muy emoci

pantalla vacía. Ningún mensaje de Sof

fundo de lo que jamás había conocido. Había perdido algo. Algo

Obtenga su bonus en la App

Abrir