El arrepentimiento de mi ex-marido, mi nuevo comienzo
máquina fría y eficiente desmantelando los restos de nuestro matrimonio. La noticia de nuestro divorcio se extendió como la pólvora
ciones de galerías, bailes de caridad; asistí a todos, un fénix deslumbrante resurgiendo de las cen
que rayaba en la obsesión. Le conseguía exposiciones, organizaba visitas privadas, incluso -oí decir- financiaba una enorme
or marchante de arte del Cityzen, me
un brillo de complicidad en los o
té un
ugiriendo
lo so
cómo se desarrol
de una era. Elegí un elegante vestido negro, simple pero innegablemente poderoso. No más ve
a favorecía. Al entrar, una ola de dulzura empalagosa me golpeó. Todo el espacio estaba adornado con flores. Miles de lirios blancos, mis favoritos,
. Lo recordaba. Siempre lo recorda
cerca-. Damián realmente se lució. Se rumorea que superv
que simbolizan, ¿verdad? Pureza. Devoción. Un nu
e estaba furiosa por algo en la
amián siempre lo toleró, pero Kalia es tan dulce, tan artística. Es exa
vándose en mis palmas. Materia
hablando se giró y me vio. Sus ojos
o... lo siento mu
con una mir
n bastante frecuencia. -Mi voz era tranquila, pero el hielo en mis venas era palpable-. Solo ten cuidado, ¿quieres? Las palabras, como los rumores, tienen una forma
al. Tocó una pieza inquietante y minimalista en un piano de cola, sus dedos danzando sobre las teclas. Damián estaba sentado en primera fila, di
jos que una vez me miraron con tanta intensidad, tanta promesa. Los mismos ojos que ahora solo contenían desdén cuando se posaban en
y desgarrador de comprensión. Él nunca me había amado. No de la manera en que la amaba a ella. No de la manera en
. La música, la expresión pura y artística de Kalia, ahora sonaba como una marcha fúnebre p
, haciendo una reverencia con gracia. Luego, con una sonrisa radiante, cam
llegando claramente en la sala repentinamente sile
mente su mejilla. Sus ojos, todavía suaves
ró, su voz espesa por la
adas en el cálido resplandor de las luces del escenario, una imagen perfecta de su retorcida historia de am
e había atrevido a caer. Esto n
la pared. Era
brazo fuerte me rodeó la cintura, atr
estás! ¡Te he estado buscando por tod