El engaño de su falso amor
a Bar
te vagaba por los pasillos oscuros de mi vida pasada. Cada sorbo era
ocio familiar. Una noche, mientras discutíamos sobre una inversión arriesgada, intenté ad
anquila, "los números no cuadran. Hay algo tu
vo. "Siempre tan miedosa, Ximena. No e
iedo, es prudencia. Mis cálculos dic
itación, reventando contra la pared. El sonido me hizo encogerme. Nunca me había golpeado,
rmones!", gritó. "¡No sabes nada! ¿Crees que
a alejarme, pero él me agarró del brazo con una fuerza brutal.
na punzada de agonía me atravesó. Lágrimas ardientes brotaron de
zo inútil colgando a mi lado. Él me miró con d
coñac. "¿Crees que esto es dolor? El verdadero dolor es perder una inve
rocesar lo que acababa de decir. ¿Comparaba mi dolor físico, mi brazo rot
No puedes hablarme así! ¡No fue mi culpa que esa inve
do excusas. ¿Sabes? Desde el principio no quería casar
ue me había prometido amor eterno, que me había convencido de que era mi refugio
no sabía que poseía. "¡Tú eres la verdadera carga! Un narci
ante en mi brazo. Salí de la mansión, buscand
ranza, ni siquiera resentimiento. Solo un vacío frío. El recuerdo
Lázaro Vélez en mi frente, mientras me revisaba la temperatura. Su
. Intenté ocultarla, avergonzada de mi vulnerab
, mi voz apenas au
"No hay nada que agradecer, Ximena. Me alegra que estés a salvo." Su s
la puerta interrumpió el momento.
ro asintió y se
. Solo para asegurarse
un hombre de mediana edad con gafas, entró con su maletí
nquila. "Necesita mucho descanso y líquidos. Su temperatura es un poco alta
de la tormenta. Miré por la ventana. El cielo estaba completamente cubierto de nubes oscuras, la lluvia caía con fuerza. La
preocupación sutil. Se sentó en el borde
s ahora?", pregu
ealmente, gracias por salvarme. No sé qu
que llegaba a sus ojos. "M
"Cuando la tormenta amaine, te llevaré a
. Mis padres. Los Barba. El compromiso con
quería volver a ser la pieza en
s padres estarían furiosos. Su preciado acuerdo matrimonial,
era una cadena, mi vida, una jaula dorada. Pero ahora, después de la trai
e las expectativ
brotó de mis labios. "Por favor, Lázaro
ude contener. "Mis padres... ellos solo ven el beneficio.
ojos imploraban. "Por favor, no
efactor anónimo que había financiado mis estudios en la universidad. El hombre que, en secreto, había hecho posible mi
hombre de buen corazón. Tenía que creer que
El silencio se prolongó, solo roto por el golpeteo de la
n refugio. Si te quedas, las cosas no serán fáciles. Tendrás