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El engaño de su falso amor

Capítulo 2 

Palabras:1775    |    Actualizado en: 18/12/2025

a Bar

rutal del tiempo que se agotaba. Las llamas, antes confinadas, ahora se extendían con una v

mentalismo. Éric y Soraya se

ando una salida, una debilidad en la estructura, algo que pudiera usar. ¿Q

ervivencia. El humo espeso y negro llenaba la parte superior de la habita

estaba a mi derecha, su conducto tal vez ofrecía una ruta. Pero el balcón ya

pen

podría humedecer un paño para respirar. En el armario, un par de mantas gruesas, tal vez de lana,

undación de proporciones catastróficas, o quizá un sistema de tuberías ro

tas, eran pesadas y ásperas. No eran ideales, pero eran algo. En el fondo, encontré una pequeña bolsa

El calor era sofocante, el aire pesado. Escuché un crujido aún más fue

Tenía que intentar c

a pequeña, pero mi cuerpo era delgado. La navaja en mi mano. Rompí el cristal con un golpe sec

daba a un acantilado, y debajo, el lago. Oscuro y tra

ntura, no eran muy largas, pe

red rocosa. La caída era aterradora, pero el fuego a mi espalda me imp

emoción primal, me pellizcaba la garganta. Pero no podía ceder

nte. Las mantas me pesaban, me arrastraban hacia abajo. Luché por subir a la superfic

os del incendio en la montaña. La orilla parecía lejana, una promesa i

agotados, se quejaban. El frío se filtraba en mis huesos. Mis ojo

ía. Pero la otra parte, la que había aprendido las lecciones de una vida anterior,

eron en el viento, mientras él se aferraba a la vida de otra persona, a una promesa que no era para mí.

rente. Esta vez, yo era

acercarse milímetro a milímetro. La adrenalina me impulsa

ero, ligeras, luego, más intensas. El agua golpeaba mi rostro, m

nue resplandor en la distancia. Otra embarcación. ¿

un susurro ahogado por el vien

e acercaba. Mi corazón se hi

La visibilidad era casi nula. La pequeña embarcación s

mi voz desgarrada. "¡No m

cia y soplé con toda la fuerza que me quedaba. Un so

rcación se acercó de nuevo. Mis ojos se fijaron en ella

bierta. Un hombre. No lograba disti

nuevo, soplando el

ola de alivio, tan profunda que me hizo temblar, me recorrió. Con m

ecidos por el frío, se aferraron a ella con una fuerza primigenia.

la borda, mi cuerpo colap

u cuerpo se irradió a través de mi piel empapada y helada. Me

n la cubierta.

los se habían rendido. Me desplomé, apena

z grave, profunda, llena de

onder. Solo podía respirar, tratando de absorber tod

os penetrando los míos. Parecía evaluar mi estado, mi nivel

n una ternura inesperada. Me llevó hacia el interior del

del infierno y el frío. Me depositó suavemente en un sofá.

da de ropa limpia. Era una camiseta grande y unos pantalone

lar, agradecer, pero mi boca no respondía. Mi

mento, significaba el mundo. Rápidamente, me quité la ropa empapada, sintiendo el frío

i salvador abrió. Una mujer alta y delgada, con

sopa, señor

z? Ese nomb

sonrisa. "Gracias, Elena. Por f

opa. El aroma era embriagador. Mis intestinos rugi

n una expresión de suave preocupación. Su rostro era fuerte, cincelado, con una barba bien cuidada que

i voz aún ronca. "

en sus labios. "Lázaro Vélez", respondió,

e sopa. La calidez se extendía por m

ejor", r

bordo. Revisará que todo esté en orden. Si

el de atención. "No es necesario",

pasado, es lo mínimo que podemos hacer. Además, con la tormenta, no podremos ll

n brillo de genuina preocupación que no había visto en mucho tiempo. H

Elena me tomó la temperatura, revisó mis pulsaciones. Todo

ando con Elena en el pasillo. Parecía estar dando instrucciones, su ton

salvo. Afuera, el mundo era un caos. Adentro, en la cabina de

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