Enmarcada por el amor de mi esposo
ier Bravo, el primer amor de Catalina Herrera. El hombre que
liendo con los ojos hinchados y una mirada distante. Poco después, comenzó a lleg
enzó a cambiar, l
ayudando a Ángel con su tarea. Ángel, que rara vez sonreía, incluso para mí, se estaba riendo. Una risa genuina y desinhibida que me retor
a familia, mi mundo cuidadosamente construid
os, peleamos como extraños. El
. Estamos casadas. ¿Por qué estás tan celosa? Es solo un colega, aquí po
Comenzó a resentir mi discip
-se quejaba, sus ojos llenos de ac
cortaron más profundo
n rostro contraído por la ira-. ¡Él me com
irregular. La sangre brotó, espesa y oscura, manchando el blanco inmaculado del p
de Ángel. Todavía recordaba su deseo, susu
r una familia para siempre,
a torció mis labi
ridos a los bordes, y la arrojé al bote de basura rebosante. Aterrizó
vibró. Una notificación de mensaje