Desde la tumba del océano hasta Reina
Punto d
mujer. Era cru
amiento fue se
fundo dentro de mí, algo que tod
, no hacia el sonido, sino hacia el bo
s rodeaban una fi
contra la pared mugrienta,
. El tercero solo miraba, un
sangre, y lu
njusticia, no
una ráfaga de ag
que miraba, haciéndolo girar, y luego
bó con un
rendido, y aproveché su momentánea confusión
de aire, agarrá
nía a la mujer, finalmente se di
contra mí, un rugido gutu
nde, pe
iré y le clavé la rodilla c
pido uppercut a la mandí
un saco de
ligeramente, evaluando e
brosa, que ahora estaba acurru
-pregunté, con
os abiertos de terror, y
Vale
niverso, en su infinita crueldad, m
mplicadas. Asco, ira, un destell
-dije, con
e y entallado, y lo puse sobre sus homb
r de aquí. Y lla
ente me alejé, dejándola en med
alvé a la mujer que, en efec
en la delegación, d
en el club, se sorprendieron al verme, y má
pintando el cielo en tonos enfermizo
ra una nube
e del brazo, sus dedos
ero el coche y ahora esto? -Su voz era un gruñido bajo, lleno de
ión. Honorable. ¿Se atr
, una neblina roja
e ingenua inocente me pasaron. -Las palabras salieron
mo si lo hubi
coche. Cómo la atacaste en el callejón. ¿Cómo pudiste
e golpeó como
ue perdí sola, el que él ni
pasado, ahora retorcido en
y dura escapó
estado destruyendo sistemáticamente todo lo que construimos? -Mi voz se elevó, cruda con un dolor que se sentía demasia
ostro pálido, la confus
estás h
tonces, y no escucharás ahora. Tomaste tu decisión, Bruno. Elegist
de un todo destrozado, el abismo
lloroso de Valeria y los susurros vengativ
onstructora de impe
lto perfil, un evento al que todavía tenía que asistir
roso, luciendo en todos los sentid
ración que fue un puñ
, admirando su "historia
a alguien decir-. Haría
o a mi lado, se movió para enfrentar
, con la voz tensa
momento fugaz, un destello
enterrando su cabeza
y acusación en sus ojos, y luego apretó s
os se inte
ia, tan asus
esitaba un momen
mas, echándome ag
eria estaba allí, apoyada en el mostrad
villosa. -Se tocó el estómago, un gesto delicado y posesivo-. Bruno y yo estamos esperando un
zón se
creto que llevaba, la esteril
eron una cruel
runo, el nombre que habíamos su
Valeria sin duda reclamarí
ndo que el suspenso creciera, sus ojos brillando con un placer
era
ara nuestra hija, años atrás, an
dó en silencio