Desde la tumba del océano hasta Reina
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ce a
do, Bruno, y yo pasamos construy
ía matrimonio, una sola llamada telefón
arte, Valeria, quien luego me incriminó en ataques vi
tilado, donde nuestro rival lo obligó a
ó el nombr
onarios de la tecnología que acababan de encontrarme
qué el hombre con el que construí una vida y la familia que
ron que est
onterrey, lista para recuperar mi
ítu
Punto d
mano debió
ce a
tina de mala muerte en el barrio más peligroso de Monte
fuerza imparable. Una
rlo, en público, para
a mis costillas, un ritmo alegre por
sonó mi
, con la
al muelle industrial. Bru
familiar que siempre precedía al c
vez era
estás h
arte. Bosco "El Halcón" Garz
sper
bía elegido para mi propuesta -un secreto que planeaba so
e a toda velocidad, tratando de un
Bosco.
ba con la noche qu
, la escena e
as pintaban el muelle de
lona, estaba en el suelo, una mancha carmesí qu
a salvaje y protectora en sus ojos que no había visto desde nue
a por mí. No er
trás de él, aferrándose a su brazo, su rost
esar de su herida,
tita, Gallardo? Creí
primitivo de rabia pura
olvió el
lo humillaran, públ
ado rumores interminables, permanecido a su lado e
rdiendo el con
a rival con una botella rota, mi mano sangrando, solo
ado allí, apoyá
ignidad por una chica que apena
e las
Br
aja, pero co
se abrieron de par en par, con un
etó más fue
con la voz plana
ntre mí y la ch
na,
n la mirada dura-. Llév
ía como una pesa d
La eligió sin pe
un gesto posesivo que me r
r con las consecuencias, las cámaras parpadeantes,
. Todos l
propia vida, mi coche una som
to, el lugar en el que habíamos vertido
abía prometido qu
aba irre
privado, que llegó a mi teléfo
de cada recuerdo, de c
o. Nos había bo
és de un accidente de coche, una historia conve
o, con cuidado,
clic final y definitivo
amargo en mis pulmones, igua
brillo de la colilla del cigarro el
supuesto, se d
ardo, lo sacrifica todo por una
tratándome como la empresa
liente. Valeria, l
espo
e compartido, el que gritaba "éxit
te, ya había contac
ntavo de nuestro imperio
n las mano
na, escuché a Brun
baja, casi
nestamente, Valeria... es tan pura, tan sencilla. Elena sie
eló la
siado fuerte. D
en mi cabeza, una confi
mo una aliada, sino
os para la transferencia completa de mi mitad de las prop
o, y luego una sonrisa de su
a que lo rec
ejando que los pedazos cayeran al
usurro, pero co
ces, Bruno? No has
do lentamente el color, mient
é haci