Desde la tumba del océano hasta Reina
Punto d
en el aire, una escalofr
ero los hombres de Bruno fueron más rápidos,
n horror cómo uno de los enormes matones de Bruno levantaba una bo
seabundo reson
un sonido gutur
lágrimas corriendo por mi rostro-. ¡
ro impasible, una mirada
licadamente a su lado,
s gritos de Esteban desvanec
heló. Este no era
uo, alimentado por
dejando a Esteban como un montón
a satisfacción en sus ojos, y se
e Esteban, mis manos temblando mientras intent
édate conmigo
idriosos, su respi
e y triste sonri
-susurró, una tos
otó de su
varlo. Tu imper
ieron en blanco
acunando su cabeza, su s
la desesperación a
dolor agudo y abrasado
, y luego mi propio mund
, lo último que vi fu
on la nauseabunda sens
y que revolvía el es
golpe y se me cor
mordiendo mis muñecas, mis pies colgando precari
só mi rostro, una
dida, su rostro pálido, sus ojos abierto
sé nadar! ¡Bru
acia a
staban Bosco Garza, sus hombres y, para mi ho
Eliana de la Vega, estaban a s
na muere! ¡Bruno, tú eliges a tu preciosa Valeria! ¡Y los De la Vega, ustedes eligen a s
tra mis costillas. Un jueg
o a mis padres. Mi
esperanza desesperada y to
irían a ella. No por en
zó una cuen
¡Nueve
s moviéndose entre Valer
só en Valeria, un anhelo
co! ¡
una imagen de torturad
a buscó la de He
! ¡Dos
gritó Bruno,
on mis padres, cas
e quedó en
cosa frágil y tont
n a ella. T
tira. Eligieron
que me había tr
ga y sin humo
eguía ta
héroe para su in
a. Nunca a
los
me invadió, una extraña
la lucha interminable..
ndría qu
n el peso de un amor que nu
con un chasqui
a
to y agua, luego el impacto he
d. Frío.