Servida con sobras por mi cruel esposo
onando en el silencio. Iba a su oficina, su santuario. Y
Se interpuso entre la puerta de la guardería y y
uiere que lo lleves al sitio del nuevo desarrollo. Ya sabes, do
a, su sonrisa
e hará bien ver algo de la ciuda
n el aire. No tienes permitido ir a ningún lado sola.
, con la voz plana-
satisfacción. Una pequeña victoria para ella.
osas, cada giro un eco doloroso de una vida que una vez viví. El horizonte de la
arrollo. Mi corazón martilleaba contra mis costillas. Conoc
de mis padres. La que Braulio y Karla
con más fuerza.
vieja puerta familiar. Braulio ni siquiera se dio cuenta de que me h
y tropezando en el camino de grava. Mis ojos se abrier
rmosa y extensa
o de construcción. Un agujero enorme en la
anchadas de barro. Trabajadores con chalecos naranjas
lón de pedazos. No solo la hab
ador levantó la vista, sobresaltado-. ¿Qué están haci
y luego señaló un
complejo comercial. Aunque movieron el cementerio familiar al nu
ombros, totalme
s, se acercó. Me miró a mí y luego a Br
. Increíble lo que está haciendo con el legado Montesin
vio, vio la herida abierta donde una vez estuvo mi hogar. Y entonces, una sombra pasó po
con la voz tensa-. Era solo una casa vieja. Valor se
me con un brazo
Desaparecido. La tierra parecía inclinarse bajo mis pies. Una ola
ración, se abrió. La lluvia cay
uevo sitio, hacia cualquier apariencia de lo que había per
vía en carne viva por el castigo de Braulio, rasparon co
los escombros, desesperada, buscando cualquier cosa. Un trozo de porcelana del jue
tó la palma. Apenas registré el dolor. Mis dedos se c
ue una vez adornó nuestro vestíbulo. Me do
de lluvia en mi cara-. Ay, papá. Lo siento tanto. Te
sibilidad bajó a casi nada. El mu
io, distante y tensa, cortó el
ncias. No podía permitirse que su esposa mentalmente in
contraste con la penumbra. Me encontró primero, con los ojos muy
cia adelante, agarrándome por mi brazo bueno, clavándome las uñas-. ¿Qué demonios te
ropecé, mis pies res
sionado por la rabia-. ¡Deberías haberte quedado ence
eé, luchando por respirar, el hedor a tierra húmeda y sueños rotos llenando mis pulmone
s haciendo?! -el rugido de Br
vuelta, con lo
me elegirás a mí! ¡Dile que
tropezar. Grité, cayendo de cabeza al pozo, con
aterrorizado. Perdió el equilib
a crujiendo contra algo sólido. El fragmento de mármol perforó mi
nto más profundo. Jadeé, la sangre llenando mi boca. Se
se nubló. Podía escuchar lo
icones por la pendiente fangosa. Llegó hasta nosotras,
ba, agarrándo
llo! ¡Está roto! ¡E
de un cálculo aterrador. Alcanzó
urmuró, acariciándole el c
sma traición. Mi padre, desangrándose en el suelo, y
entonces. La esta
, un sonido crudo y d
ello de algo, tal vez culpa, tal vez molestia. Pe
e dijo a ella, con voz frenética-. Quéd
so por la pendiente fangosa, dejándome s
to de mi padre. La lluvia seguía cayendo,
. Lo siento tanto. Debí haberlo visto. Debí habert