icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Servida con sobras por mi cruel esposo

Capítulo 2 

Palabras:1256    |    Actualizado en: 11/12/2025

rebelarse. Forcé el último bocado hacia

lso de vomitar, luché con cada fibra de mi

ctuación perfecta de servidumbre. Mis ojos, sin embargo, mante

s ojos, muy abiertos y horrorizados, iban de Braulio a mí. Pare

ni una mancha en mis cubiertos. Mi antiguo yo, la que organizaba meticulosame

er de la basura. Habría despedido a Braulio, y lu

raulio. Vio el fuego en mis ojos, el acero en mi columna vertebral. Sabía que yo no to

rgo, fue rápidamente

traba en reconstruir mi vida, ellos envenenaban el medicamento para el corazón de m

.. todo fue retorcido y presenta

dre, Braulio, habiendo asegurado su posición a través de m

Sus nombres estaban pegados en cada titular, en cada logro. Mientras

nfrontado a Braulio, gritando, acusándolo del asesinato de mi padre. In

aban. El "colapso". El "peligr

mor por mi hijo,

para él, Cassandr

n, fue rápidamente influenciada por las mentiras encantadoras de

ria robada, de su fortuna robada. Pensaron que habían gana

de vuelta. Leo. Estaba ll

piernas pesadas, cada paso un esfuerzo consciente. Lo lev

un gorjeo. Se acurrucó contra mí, su peso

Había algo no dicho en su mirada, algo casi sup

levando a Leo a la cuna. La escuché

ra Braulio. Había seguido a Karla.

voz era baja, burlona-. Ella

botella de limp

ce que lo

s temblorosos. No me miró, pero sus

ró, con la voz

rden silenciosa. Entendí. La limpieza. El r

suavemente. Leo dormía plácida

aire. Mis manos todavía estaban en carne viva por el fregado forzado de a

s picándome la nariz, los ojos. Me arrodillé, emp

i piel gritó. Me mordí un grito, un

ada un castigo por mi propia existencia. Mis ma

de Braulio, desprovista de emoción

do. Rápidamente me puse una camisa limpia y demasiad

e estaba

e fingida preocupación-. Tal vez deberías tratar de

un brillo depred

te obedeces, nada de

n amenazas tácitas. Obedece, y tal vez no termine de nuevo

luz cegadora. Era el talento joven, ambicioso y brillante qu

ión, juró que siempre s

andra. Contigo, sie

a se sentían como

movió con i

siquiera está

zando una s

to, Braulio

a guardería, impulsada por una nec

la mano en mi brazo. Su agarre fue

u voz era baja, casi un susu

te perplejo, tal

tro de mi pecho. ¿Qué me pasó? Tú me pasast

e, me robaron mi empresa y me marcaron como loca. Me hicieron pasar por u

aroma de rosas frescas, su mano en la mía. Sus votos, susurrados cont

. Tan com

staba cerca ahora, sus

Cassandra -murmuró

, como par

do instintivamente. Sus labios roza

estaba cargada de algo que casi confundí

mentira, cada traición,

La que creían haber enterrado. Todav

mar su mundo has

Obtenga su bonus en la App

Abrir