icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Lienzo Roto, Espíritu Indomable Surge

Capítulo 3 

Palabras:986    |    Actualizado en: Hoy, a las 12:16

sta de Keyl

dome el aliento. Los gritos desesperados de mi madre se desvanecían en el fondo, amortiguados por el zumbido en mis oídos.

ueño cuerpo temblando con el esfuerzo. No era lo suficientemente fuerte. Su voz se quebró mie

nuevo. Ella gritó cuando su cabeza, aún sangrando por el impacto anterior, golpeó el su

protectora, caída. Mi corazón dio un vuelco, un escalofrío aterrador invad

cruzó mi mente, una súp

jará que te salgas con la tuya! ¡Te hará pagar!

mi padre, Garrison Castillo, un hombre respetado en toda la ciudad, un hombre al que no

da! Y tú, Keyla, eres igual que él. Mucho ruido y pocas nueces. -Dio un paso atrás, sus ojos barriéndome con desprecio

los gritos y los golpes. Rostros curiosos se asomaban a trav

ndo ahí dentro?

éstica! -susurró otro,

chos se abrió paso entre los espectadores,

tó a Axel-. ¡No puedes estar golpeando a u

giró bruscamente,

uebrándose de furia-. ¡Esta es mi esposa! ¡Y es un

paso adelante, su

encima. ¡Mírala, está sangrando! ¡Y tu ma

ecirme cómo manejar a mi esposa infiel? ¿Crees que puedes interferir en mis asuntos familiares? -Señaló con un d

su voz, comenzó a dispersarse, sus murmullos apagándose. Se de

, sus ojos brillando co

oteger al bebé de ese bastardo! -Miró fijamente mi vientre, un brillo escalofriante en sus oj

e control. Era aterrador. Mis instintos me gritaban que protegiera a mi bebé, que escudara mi vida creciente d

yectar algo de calma en el caos-. No me acosté con Jule. Hay un error. Solo hablem

isa áspera

ya? De esa víbora ya me encargué, Keyla. No

ló. ¿Qué le hab

sa ornamentada que usaba para apretar las bases de mis esculturas. La levantó

ntamente, amenazadoramente-. ¿Vas a admitirlo? ¿Vas a

orazón martilleando un ritmo

¡Este bebé es tuyo, Ax

entrecerra

me lo contó todo. Y Jule... Jule simplemente lo confirmó. -Levantó la

n grito aterrorizado escapando de mis labios. No podía conf

ó al suelo con estrépito. Abrí los ojos, mi corazón deteniéndose en mi pecho. Mi madre, Dalia, estaba parada dire

Obtenga su bonus en la App

Abrir