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Traición Viral: La Agonía de una Esposa

Traición Viral: La Agonía de una Esposa

Autor: Gavin
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Capítulo 1 

Palabras:996    |    Actualizado en: 03/12/2025

eo se hizo viral. Yo estaba en casa, embarazada y preparando su la

sesión por jugar al héroe me costó nuestro p

mi cita prenatal, pero me aband

odilló, llorando y suplicando otra oportunida

un vacío frío y desolador. La mu

los ojos y, con calma

aborto. El be

s papeles

ítu

la pantalla como una sirena de emergencia. Me limpié las manos llenas de harina en el delantal, con una pequeña sonrisa en los

a era un susurro frenético, cargado de u

ándome un mec

tro video de gati

un video de gatos

no se quedó suspendida en el aire,

¿Qué pasa

uego, un torre

partes. Interrumpió una boda.

azo. Daniela. Después de tanto ti

De ese pobre novio -la voz de Sara se a

ificaciones. Mensajes de texto, mensajes directos, llamadas perdidas, todo parpadeando f

ofreciendo condolencias mezcladas con un juicio apenas disimulado. Había has

ba ahí. Era un torbellino de furia y desesperación, su rostro usualmente sereno, ahora contraído, con las venas del cuello a punto de estallar. Gritaba algo sobre el amor, sobre salvarla de un error. Daniela, con

bían pasado tres años desde la última vez que los "actos heroicos" de Jav

ntarios de aquel

metió en esa pelea de b

comentarios, mi

¿este tipo otra

e falta un torni

tres años? ¡La del pleito en el bar

n un comentario de un usuario desconocido-. Literalmen

ata -escribió alguien más-. Est

saña olvidada. El olor a salsa de tomate quemada llenó la cocina. Miré hacia abajo. La olla de cerámica se había agrietad

iendo era un dolor sordo comparado con el

el número de Javier. Sonó una, dos, tre

stá disponible por el momento..

l que me arañó la garganta. No

había besado al despedi

aré temprano, justo a tiempo para tu cita prenata

tas promesas. T

Nunca. Nuestro bebé merece una fam

i alguien me hubiera vaciado por dentro y me hubiera dejado hueca. El momento más desesperado, e

harina por todas partes, salsa quemada chisporroteando en la estufa. Lo limpié

léfono. No para llamar a J

-mi voz era plana, desprovista de emoción-. Y quisi

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